Tragedia y bótox a temprana edad: el cóctel del comentado cambio físico de Ariana Grande del que todos hablan

El inesperado éxito de la cantante Ariana Grande como actriz gracias al taquillazo del musical ‘Wicked’ ha descubierto al ídolo pop para un público que hasta ahora no había reparado en ella. Pero con su omnipresencia en los medios, tanto por la campaña de promoción como en la temporada de premios (se espera que incluso esté nominada al Óscar) también ha desempolvado los comentarios sobre su aspecto que la llevan persiguiendo años. Su delgadez y su evolución facial han sido una constante en su ya larga carrera, a pesar de sus 31 años, pero parece que con su salto a la gran pantalla se han endurecido.

Ella, pizpireta pero muy honesta, como siempre, no los ha esquivado y ha respondido doblemente. Primero, en diciembre, con cierta solemnidad -y al borde del llanto- en una entrevista con una influencer europea. “Me miran con un microscopio desde que tenía 16 o 17 años y he oído de todo. En todas las versiones posibles (…) Es difícil protegerse a una misma de tanto ruido. Es incómodo a cualquier nivel, incluso cuando estoy en la cena de Acción de Gracias y la abuela de alguien dice: ‘¡Oh, Dios mío! Estás más delgada, ¿qué ha pasado?’ o ‘Has engordado, ¿qué ha pasado?’”.

Luego, ya en los últimos días, en una entrega de premios en Palm Springs, cuando la nombraron estrella naciente, primero fingió que no tenía fuerzas para agarrar el trofeo, y luego, en una entrevista a pie de alfombra roja dijo, con mucho salero: “Nunca pensé que a los 31 años volvería a oír que soy una estrella naciente, así que quiero agradecer a mis dos amigos Bótox y Juverderm”. No fue solo un buen zasca a sus críticos, sino el principio de una explicación: reconoció que su rostro no es totalmente natural, pero aclaró que después de una época en la que usó mucho bótox y mucho relleno para los labios, decidió recular y ahora, dice, lleva más de cuatro años “limpia”. “Durante mucho tiempo, la belleza significó para mí ocultarme a mí misma, pero ahora siento que quizá no sea así”, añadió.

Así que, antes de despellejar a la pequeña gran Ariana Grande, quizá haya que pararse a pensar que esta cantante nacida en Boca Ratón, en Florida, en 1993, pertenece a esa generación que ha revolucionado la industria de la estética por haber empezado antes que nadie a recurrir a tratamientos invasivos de belleza. El USA Today publicó el pasado septiembre un artículo sobre cómo la generación Z está utilizando bótox y cirugía estética de manera preventiva y un 75% de las clínicas reportan aumentos de clientela entre 20 y 30 años. Aun estando ya de vuelta, Ariana sería solo una representante más visible de un fenómeno preocupantemente extendido entre la juventud.

Pero, sobre todo, haciendo un repaso a la vida personal de la cantante de temas como ‘Break Free’ y ‘Thank You’, ‘Next’, hay que reconocer que, más allá de los posibles retoques, ha sufrido los suficientes disgustos como para que, cuanto menos, se le agrie un poco el gesto. Recordemos cuando, al ser nombrada mujer del año por la revista Billboard en 2018, subió al escenario y dijo: “Qué curioso que este ha sido uno de los mejores años de mi carrera y de los peores de mi vida”. Tras un silencio, prosiguió: “Mucha gente pensará que lo tengo todo, pero en lo que se refiere a mi vida personal, realmente no tengo ni idea de lo que estoy haciendo (…) Solo quiero decir que, si tú tampoco sabes muy bien qué va a pasar en el próximo capítulo de tu vida, no estás solo”. Ella, qué duda cabe, siempre ha tenido la virtud de la transparencia.

Eso fue el 6 de diciembre de 2018. Rebobinemos: tres meses antes, el 7 de septiembre, el mundo de la música lloraba la muerte por sobredosis accidental de Mac Miller, el rapero de 26 años con el que, otros tres meses antes, en mayo, la cantante había roto una relación de varios años y al que había intentado ayudar a salir de sus adicciones. "Te adoré desde el día en que te conocí cuando tenía 19 años y siempre lo haré”, escribió ella en sus redes. “No puedo creer que ya no estés aquí. Realmente no puedo entenderlo. Hablamos de esto tantas veces…. Estoy tan enojada estoy tan triste que no sé qué hacer. Fuiste mi amigo más querido. durante tanto tiempo, por encima de cualquier otra cosa. Siento mucho no poder arreglar o quitar tu dolor. Realmente quería hacerlo”.

Con Miller, además de varios temas en común, había intentado sobrellevar la otra gran tragedia de su vida reciente: el 22 de mayo de 2017, en un concierto suyo en Manchester, el Estado Islámico perpetró un atentado que dejó 22 muertos entre la fanaticada de Ariana. Una situación que ella intentó gestionar con gran generosidad hacia las víctimas organizando un concierto benéfico con varias estrellas invitadas apenas dos semanas después, entre ellas Mac Miller. En lo individual, como no podía ser de otra manera, le dejó un estrés postraumático sobre el que también quiso concienciar -incluso compartió su escáner cerebral en redes- y le reencontró con la depresión, una enfermedad que empezó a desarrollar poco después del divorcio de sus padres, cuando tenía 8 años.

Después de esos dos años horribles para ella, intentó recuperar la felicidad al enamorarse de un agente inmobiliario llamado Dalton Gómez, con el que se casó el 15 de mayo de 2021… pero se separó menos de dos años después y se divorció oficialmente en marzo de 2024. En el acuerdo le dejó a Gómez 1,25 millones de dólares y la mitad de la casa en común, así como 25.000 dólares en costes legales del procedimiento. Así que, es cierto, Ariana Grande ha cambiado de aspecto en los últimos años y está claro que algo se ha hecho. Pero con los disgustos que la vida le ha dado, a usted, ¿qué cara se le habría quedado?