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¡El desayuno está de moda! Ya no se lleva cerrar los bares, sino abrirlos
  1. Estilo

¡El desayuno está de moda! Ya no se lleva cerrar los bares, sino abrirlos

Después del brunch y del vermut, llega el plan más tempranero. Apúntate a esta tendencia para quedar con amigas y probar exquisiteces de lo más healthy 

Foto: Quedar para desayunar, la mejor forma de empezar el día. (Foto: Wildfox)
Quedar para desayunar, la mejor forma de empezar el día. (Foto: Wildfox)

Hace un par de décadas estaba de moda cerrar los bares de las urbes y gritar aquello de 'la noche me confunde'. Y aunque esa opción pervive, ahora cada vez son más las alternativas a la vida noctámbula. Las meriendas con cupcakes (las magdalenas de toda la vida encumbradas), los brunch (que aún no se sabe bien del todo si es una comida temprana o un desayuno tardío) o los vermuts (recuperando del baúl de los recuerdos el vino macerado) ganaron posiciones, como una forma de sociabilizar aprovechando la luz solar. Y tras estas iniciativas se ha puesto de moda el desayuno, como un encuentro entre amigas que tienen ganas de mantener el contacto en una franja horaria que hasta ahora no se contemplaba. Los fines de semana suelen ser el reinado de esta nueva tendencia, aunque también, entre las profesionales liberales se lleva a cabo durante la semana, como un modo de pasar un agradable rato antes de ponerse a trabajar.

No se alarga tanto como la cena

El desayuno resulta ideal porque se puede calcular el tiempo que dura. Una cena, por ejemplo, se puede alargar más de lo deseado. En cambio, a media mañana es normal que cada una tenga sus compromisos: ya sea una comida o algo relacionado con el trabajo. También es un tiempo que algunas madres pueden combinar más fácilmente, dejando a sus hijos con su pareja o a la abuela de turno durante una hora o dos. En general, este tipo de encuentros dura entre una hora y hora y media, lo que resulta una forma bastante cómoda de poder sociabilizar.

placeholder El desayuno según Mamá Chicó.
El desayuno según Mamá Chicó.

El mejor momento del día

Tras unas buenas horas de sueño y un tiempo para despejarse, la hora del desayuno es una en las que tenemos la cabeza más lúcida. Habitualmente, nos rondan unos 50.000 pensamientos al día y muchos de ellos son repetitivos por lo que provocan un gran desgaste. En cambio, por la mañana aún no hemos tenido tiempo de agotarnos de darle vueltas a la cabeza. Es por tanto un momento de lucidez, en el que compartir nuestras cuitas con amigas y escuchar las suyas nos puede ayudar a encontrar soluciones a los problemas de forma relajada.

... Y sin alcohol

Lo bueno que tiene el desayuno es que no contiene alcohol. La copa de después del trabajo, por ejemplo, es mucho más peligrosa, tanto por las calorías que aporta como por acabar con la cabeza abotargada en el mejor de los casos o con una resaca de órdago en el peor. Existen un sinfín de locales de desayunos que ofrecen, además, opciones muy saludables: desde zumos hasta fruta. Tampoco hace falta pasarse de sano, pues otros establecimientos brindan algunos deliciosos pasteles que bien pueden ser una recompensa que compartir entre conocidas.

Solas en casa

Otra de las modas que se está instaurando es la de invitar a desayunar a las amigas a la propia morada. De esta forma, los gastos se reducen para las economías precarias y, además, también se cuenta con un espacio de intimidad en el que darle a la sin hueso sin mirar si el comensal de la mesa vecina se está escandalizando por las confesiones de la Samantha del grupo.

Mézclalo con yoga, con shopping...

Otra opción para estos encuentros es tener un plan para después del ágape. Algunos centros de yoga, por ejemplo, ofrecen un completo: desayuno saludable más sesión con amigas. Hay alternativas similares en centros de estética. También se puede customizar el plan y después de desayunar, pasar por una exposición, una librería o irse de compras. Los bueno de estos planes es que se da por hecho la flexibilidad: una puede ir al desayuno y apuntarse a la segunda parte o simplemente acudir a tomarse unas buenas tostadas. El desayuno tiene algo libre, fuera de las convenciones, que lo aparta de las obligaciones: no es lo mismo anular la asistencia a un desayuno que a una cena. Y esta es la razón por la que en tiempos estresados se está convirtiendo en una nueva moda.

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Hace un par de décadas estaba de moda cerrar los bares de las urbes y gritar aquello de 'la noche me confunde'. Y aunque esa opción pervive, ahora cada vez son más las alternativas a la vida noctámbula. Las meriendas con cupcakes (las magdalenas de toda la vida encumbradas), los brunch (que aún no se sabe bien del todo si es una comida temprana o un desayuno tardío) o los vermuts (recuperando del baúl de los recuerdos el vino macerado) ganaron posiciones, como una forma de sociabilizar aprovechando la luz solar. Y tras estas iniciativas se ha puesto de moda el desayuno, como un encuentro entre amigas que tienen ganas de mantener el contacto en una franja horaria que hasta ahora no se contemplaba. Los fines de semana suelen ser el reinado de esta nueva tendencia, aunque también, entre las profesionales liberales se lleva a cabo durante la semana, como un modo de pasar un agradable rato antes de ponerse a trabajar.

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