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Cuando Meg Ryan encontró la estética: cómo llegar a los 60 con una piel pletórica de volumen
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Cuando Meg Ryan encontró la estética: cómo llegar a los 60 con una piel pletórica de volumen

La actriz acaba de cumplir 60 y por fin ha regresado a las alfombras rojas, eso sí, con un rostro muy joven, lleno de volumen y sin arrugas. Revelamos sus trucos beauty

Foto: Meg Ryan, en los Governors Awards en 2019. (Getty)
Meg Ryan, en los Governors Awards en 2019. (Getty)

Igual que la escena en la que Richard Gere cierra de sopetón el estuche con el collar de diamantes pillando los dedos de Julia Roberts en ‘Pretty Woman’, la mítiquísima escena de Meg Ryan fingiendo un orgasmo ante Billy Crystal en medio de una cafetería perseguirá a la actriz durante toda su vida. Ambas carreras, la de Julia y la de Meg, nacieron en paralelo, incluso Ryan fue la primera actriz propuesta para el papel de Vivian que catapultaría a la fama a Julia Roberts, pero rechazó el papel por no querer interpretar a una prostituta.

placeholder Meg Ryan, en 1998 en la première de 'City of angels'. (Getty)
Meg Ryan, en 1998 en la première de 'City of angels'. (Getty)

Sin embargo, y a pesar del paso de los años y de la acumulación de éxitos cinematográficos -además de algún que otro parón laboral-, Meg Ryan puede presumir de tener casi la misma cara que tenía en ‘Cuando Harry encontró a Sally’ allá por 1989, prueba de ello fue el aniversario que unió a los dos protagonistas de la cinta en 2019, con motivo de su 30 aniversario. Billy Crystal parecía haber absorbido todos los años que no habían pasado por Ryan. Por supuesto, en vez de valorar que la actriz mantuviera su físico imperturbable, los comentarios más repetidos hacían referencia a su abuso de la medicina estética.

placeholder Meg Ryan y Billy Crystal, en 2019 con motivo del 30 aniversario de 'Cuando Harry encontró a Sally'. (Getty)
Meg Ryan y Billy Crystal, en 2019 con motivo del 30 aniversario de 'Cuando Harry encontró a Sally'. (Getty)

Igual que le ocurriera a actrices como Nicole Kidman o Renée Zellweger, la presión del sector para que las mujeres eliminen cualquier tipo de signo de la edad de sus cuerpos animó a la actriz a caer en el 'overfill syndrome', un trastorno desarrollado como consecuencia del abuso de rellenos. “Principalmente, sucede por 3 razones:

  1. por infiltrar demasiado ácido hialurónico y probablemente otras sustancias de relleno,
  2. por inyectarlo en zonas mediales de la cara como pueden ser los pómulos,
  3. porque el ácido hialurónico inyectado de forma repetida y en exceso puede tener un efecto de estimulación de la propia producción de grasa en la cara, lo cual todavía acentúa más estas caras redondas o bien de 'ardilla', como las denominamos”, explica María Cudeiro, directora general para Iberia de Croma Pharma.
placeholder La evolución del rostro de Meg Ryan en 2000, 2006, 2008 y 2010. (Getty)
La evolución del rostro de Meg Ryan en 2000, 2006, 2008 y 2010. (Getty)

Pero mientras Nicole o Renée tuvieron que entonar un innecesario ‘mea culpa’ por haber abusado del bótox, los rellenos y las cirugías para alcanzar la inalcanzable perfección, Meg espació sus trabajos hasta llegar a convertirse en una actriz que se dejaba ver en un photocall cada cada cinco años. Tras analizar las últimas imágenes de Ryan, la experta apunta además a la probabilidad de un trastorno: “Estos perfiles de pacientes suelen sufrir lo que llamamos una ‘dismorfofobia’ o, lo que es lo mismo, una alteración de la percepción de una misma, algo parecido sucede con otros trastornos mentales como puede ser la anorexia”. Este tipo de trastornos hace que el paciente no vea en su reflejo su verdadera imagen sino que proyecte otra distorsionada.

placeholder Meg Ryan, en la amfAR Gala de 2021. (Getty)
Meg Ryan, en la amfAR Gala de 2021. (Getty)

Aunque el caso de Meg Ryan no es el más dramático, existen protocolos para evitar que este abuso de rellenos y demás retoques estéticos no se excedan fuera de lo recomendable, existiendo incluso una regulación de la industria estética que limita la cantidad de ácido hialurónico que se puede infiltrar por paciente al año. Otra alternativa son los tratamientos en los que se localizan los fillers en zonas concretas, como el T-frame del Dr. David Romero, que solo inyecta AH en la zona temporal o mandibular del rostro, para no inyectar demasiado producto en los pómulos y conseguir un efecto tensor en todo el óvalo facial sin perder la armonía. Otra alternativa puede ser utilizar ácidos hialurónicos de nueva generación o regeneradores dérmicos, que hidratan y crean un efecto lifting sin dar volumen o, en el caso de la toxina botulínica, aplicar dosis mínimas y calculadas a partir de un estudio ecográfico para conocer la fuerza real de cada músculo, antes de paralizarlo.

Foto: Julia Roberts para Lancôme.

¿Qué se ha hecho realmente en la cara?

En la congelación del rostro de Meg Ryan, además del paralizante bótox, responsable de que su frente esté tan brillante como tersa, hay otras sustancias presentes. “Es usuaria habitual de toxina botulínica y, en algunos casos, ha hecho un uso excesivo de la misma evidenciado por el incremento del espacio entre ceja y ceja”, señala la doctora Marjorie Garcerant, directora médica de Nordetia Group.

placeholder Meg Ryan, en 2019 en el desfile de Schiaparelli Haute Couture Fall/Winter 2019/2020. (Getty)
Meg Ryan, en 2019 en el desfile de Schiaparelli Haute Couture Fall/Winter 2019/2020. (Getty)

Continuando por el resto de facciones de la estadounidense, la altura, volumen y proyección de sus pómulos, con unas turgentes y prominentes mejillas, salta más a la vista gracias al corte de pelo que siempre luce Meg, con un flequillo desfilado a su altura. “También se ha empleado ácido hialurónico de diferente reticulación para reponer el volumen del pómulo y del contorno facial, algo que queda evidenciado por la consistencia de la piel de estas zonas en la gesticulación”

placeholder El volumen en los labios y las mejillas pletóricas de Meg Ryan resultan llamativos en esta imagen de 2019. (Getty)
El volumen en los labios y las mejillas pletóricas de Meg Ryan resultan llamativos en esta imagen de 2019. (Getty)

Y para terminar, llegamos al tercio inferior del rostro. También allí se había inyectado la toxina, “algo que queda demostrado por la exagerada elevación de la comisura al sonreír”, precisan. Quizá es precisamente en esta zona, en concreto en los labios, donde es más fácil identificar este cambio. La característica sonrisa de la actriz, ya de por sí amplia, pero con unos labios poco definidos, ha tornado en unos labios muy carnosos, lo que se explicaría con el uso del ácido hialurónico. “Aunque inicialmente resulta exagerado, cuando transcurran unos meses la adaptación será más armónica con respecto al resto de su rostro”, comentan desde Nordetia tras ver algunas de las últimas fotografías de la actriz.

placeholder Meg Ryan, en septiembre de 2021 en la apertura del Academy Museum of Motion Pictures. (Getty)
Meg Ryan, en septiembre de 2021 en la apertura del Academy Museum of Motion Pictures. (Getty)

Aunque la actriz había ido incluyendo los retoque estéticos en su rostro de forma paulatina durante los primeros años de la década de los dosmil, no fue hasta el 2008 cuando su cara comenzó a transformarse de una forma más llamativa. Fue justo entonces cuando su carrera interpretativa sufrió un parón de varios años, que la mantendría alejada de los focos hasta 2016 cuando probó el otro lado de la cámara, dirigiendo a su eterno compañero, Tom Hanks. De nuevo entonces sus retoques despertaron el interés del público, algo que no ha contribuido a su tímida vuelta a las alfombras rojas, ahora limitada tan solo a galas benéficas -como la última amfAR- o aniversarios cinematográficos.

Meg encontró a la medicina estética, pero el resultado no quedó tan bien como en el final de la película.

Igual que la escena en la que Richard Gere cierra de sopetón el estuche con el collar de diamantes pillando los dedos de Julia Roberts en ‘Pretty Woman’, la mítiquísima escena de Meg Ryan fingiendo un orgasmo ante Billy Crystal en medio de una cafetería perseguirá a la actriz durante toda su vida. Ambas carreras, la de Julia y la de Meg, nacieron en paralelo, incluso Ryan fue la primera actriz propuesta para el papel de Vivian que catapultaría a la fama a Julia Roberts, pero rechazó el papel por no querer interpretar a una prostituta.

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