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Por qué vas a fracasar si intentas que tu armario te haga parecer rica
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ANÁLISIS DE MODA

Por qué vas a fracasar si intentas que tu armario te haga parecer rica

Formar parte del 1% con ayuda de la moda no es tan sencillo como pudiera parecer, precisamente, porque el secreto del verdadero lujo es no destacar… Casi

Foto: Gwyneth Paltrow, experta en el lujo silencioso. (EFE/Jeff Swinger)
Gwyneth Paltrow, experta en el lujo silencioso. (EFE/Jeff Swinger)

Es más que probable que desde el estreno de la nueva temporada de ‘Succession’ te hayas encontrado con más de un artículo que habla sobre cómo la serie promueve el lujo silencioso, un tema del que, por cierto, llevamos años hablando en Vanitatis. Nos referimos a esos productos 'deluxe' a los que solo puede acceder el 1% y que se caracterizan por ser realmente inaccesibles, aunque, pese a serlo, no presumen jamás de ser inalcanzables. Por ello los personajes de la serie llevan jerséis, trajes e incluso gorras que cuestan auténticas barbaridades, pero que carecen de logos o señales que hagan saberlo a los demás.

De hecho, quienes sí los reconocen son precisamente aquellos que pertenecen a ese mínimo porcentaje de poderosos, por lo que la moda silente les ayuda a formar parte de una especie de club secreto de acceso hiperlimitado. Por esos motivos, el que la cita de uno de sus personajes apareciera con un bolso de tamaño medio de Burberry de silueta shopper con el clásico estampado de la marca británica se convirtió en motivo de burla del capítulo.

placeholder El bolso estrella del capítulo. (HBO)
El bolso estrella del capítulo. (HBO)

Es Tom quien comenta el motivo por el que el diseño se ha convertido en el chiste preferido de los hipermillonarios. “Es insultantemente grande. De hecho, ¿qué demonios lleva ahí? ¿Unas bailarinas con las que ir por el metro? Dios mío, Greg, es monstruoso. Es un giganteso. Te lo podrías llevar de camping”. Sus palabras denotan tantas cosas que hacen imposible no odiar una vez más a los protagonistas de la serie. Para comenzar, el hecho de que se asocie el calzado plano con el transporte público explica a su vez el motivo por el que las celebridades y las ricas pueden ir siempre en tacones imposibles: porque llegan directamente a la puerta de los lugares a los que acuden, al ser siempre llevadas por sus chóferes. Al parecer, ser rico es lo más cercano al teletransporte.

Para continuar, sería ingenuo pensar que no ha querido subrayar lo vulgar que le resulta la idea de que alguien tenga que ir en metro. Para finalizar, el hecho de que se vincule el tamaño con la clase baja (o incluso media, que para ellos, de hecho, es lo mismo) es especialmente significativo. Ya hemos comentado en alguna ocasión que los verdaderamente ricos no necesitan llevar bolsos (para eso tienen asistentes y a un equipo tras ellos) y que, por eso, incluso apuestan en ocasiones por diseños realmente minúsculos en los que no cabe absolutamente nada: porque, en realidad, no necesitan absolutamente nada. Pero lo que realmente denotan sus demoledores frases es que parecer insultantemente rico es insultantemente imposible si en realidad no lo eres.

placeholder Kieran Culkin para Zegna. (Zegna)
Kieran Culkin para Zegna. (Zegna)

Por eso tienen prendas de precios astronómicos, de calidad extrema y carentes de signos de reconocimiento: porque si fueran tan fáciles de imitar, todo el mundo podría parecerse a ellos, y en momentos en los que el lujo se democratiza de forma cada vez más habitual, cualquier diseño que sirva para ostentar riqueza es totalmente ninguneado por los multimillonarios. No basta con comprarte un jersey de cachemira beis de Uniqlo, unos buenos mocasines o un bolso sin logos para intentar encajar en su estética: tienes que asegurarte de que tu look no haga a nadie sospechar que estás intentando formar parte de su grupo, y eso es harto complicado, porque incluso aquellos diseños que comienzan siendo los aliados del lujo silencioso, en el instante en el que se popularizan (como ha ocurrido con diversos accesorios de Bottega Veneta), terminan siendo denostados por ellos.

Parece que cuando tu cuenta corriente supera los mil millones, no necesitas que tu armario lo indique, por lo que ver a alguien presumir de logos te molesta. En muchas ocasiones hemos escuchado a dependientes de tiendas de lujo explicar cómo no es raro que los clientes que parecen menos adinerados sean los que terminan por comprar innumerables diseños: porque el lujo silencioso importa, existe y paga, pero nunca grita.

placeholder Kieran Culkin, Sarah Snook y Jeremy Strong, en una imagen de la cuarta temporada de 'Succession'. (HBO)
Kieran Culkin, Sarah Snook y Jeremy Strong, en una imagen de la cuarta temporada de 'Succession'. (HBO)

Por eso en la serie de ‘Succession’, que cuenta con diversas personas encargadas de estudiar a los verdaderamente ricos para asesorar al equipo en cuestiones de decoración o de transporte, aunque se apuesta por falsificaciones de arte y papeles de pared pintados que emulan a diseños exclusivos, lo que resulta más complicado es emular el armario de los megarricos: porque sus vestidores no llaman la atención en absoluto y porque cuando intentas parecer adinerado sin serlo, terminas por ser una caricatura.

Lo interesante de series como ‘Billions’ y ‘Succession’ es que, al contrario de lo que ocurre con otras como ‘Élite’, ‘Dinastía’ o ‘Gossip Girl’, no se recrean en la moda, que funciona como guiño a la riqueza de sus personajes, sino que hacen que sus armarios sean disfraces de invisibilidad. De hecho, la forma con la que cada uno reacciona ante diseños de moda funciona para subrayar cómo se relacionan con ella. Desde burlarse de un bolso de Burberry hasta comprar un reloj de Patek Philippe de más de 150.000 euros como si fuera un Casio (siendo el halago posterior un tosco “menudo peluco”), los ricos de las series no se regodean en el lujo extremo porque están sumamente acostumbrados a él.

placeholder Gwyneth Paltrow, en el juicio. (EFE/Rick Bowmer)
Gwyneth Paltrow, en el juicio. (EFE/Rick Bowmer)

Las firmas del lujo silencioso son conocidas entre ellos y resulta innegable que para la inmensa (inmensísima) mayoría restante, pagar miles de euros por un jersey y cientos de euros por una gorra no es ni factible ni coherente. Por eso también el personaje al que da vida Cate Blanchett en ‘Tár’ lleva prendas de la era de Phoebe Philo en Celine, diseños de Jil Sander y marcas como Lemaire, Studio Nicholson y Max Mara. Su armario no es diferente al que ha llevado Gwyneth Paltrow en su mediático juicio, y lo cierto es que la actriz se ha asegurado bien de que, incluso pese a que su mayor queja haya sido haber perdido medio día de esquí por el accidente, sus looks no gritaran en ningún momento “riqueza extrema”. Sí: es más fácil gritar que susurrar.

Es más que probable que desde el estreno de la nueva temporada de ‘Succession’ te hayas encontrado con más de un artículo que habla sobre cómo la serie promueve el lujo silencioso, un tema del que, por cierto, llevamos años hablando en Vanitatis. Nos referimos a esos productos 'deluxe' a los que solo puede acceder el 1% y que se caracterizan por ser realmente inaccesibles, aunque, pese a serlo, no presumen jamás de ser inalcanzables. Por ello los personajes de la serie llevan jerséis, trajes e incluso gorras que cuestan auténticas barbaridades, pero que carecen de logos o señales que hagan saberlo a los demás.

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