Adelgaza sin apenas darte cuenta con estas tareas cotidianas
Hay actividades que llevamos a cabo de forma automática, hazlas conscientemente para seguir perdiendo peso
La búsqueda de una vida más saludable requiere cierta planificación por nuestra parte, tomar decisiones conscientes que nos ayuden a abandonar esas costumbres no muy positivas y comenzar a adquirir otras mejores. Esto abarca casi todos los ámbitos, pero hay dos que son especialmente importantes: la alimentación y la actividad física, y es que la manera en la que nos alimentamos es clave para conseguir mejorar nuestra salud y, por tanto, nuestra vida.
Una alimentación adecuada no solo puede hacernos perder peso, también nos ayuda a mejorar nuestro cuerpo desde el interior, consiguiendo que nuestros sistemas trabajen mejor, enfermemos menos y, en definitiva, nos sintamos mejor con nosotras mismas.
Por eso, incluir en nuestra dieta frutas y verduras de calidad, así como eliminar todo aquello que no es del todo beneficioso, como el tabaco, el alcohol, las bebidas azucaradas o los productos ultraprocesados, puede ser el primer paso con el que marquemos la diferencia.
La actividad física es otro de los puntos a tener en cuenta, nuestro estilo de vida cada vez es más sedentario y puede que no sea suficiente con esos ratitos que conseguimos arañar a nuestro día para hacer un poco de ejercicio en el salón o en la calle.
Actividades cotidianas
Todo ejercicio físico es bienvenido. Por eso lo mejor es ir sumando actividades que pueden ayudarte a llevar una vida cada vez más activa. Para ello puedes buscar algunos trucos que consigan que sigas quemando calorías aunque tú no te des cuenta.
Por ejemplo, todos sabemos lo bueno que es caminar, pero no todo el mundo disfruta de la actividad de la misma manera, además de quedar con una amiga para apoyaros mutuamente, puedes aprovechar otros momentos para seguir en movimiento.
Desde bajarte del transporte público unas paradas antes de tu destino hasta aparcar el coche un poco más lejos de lo habitual para obligarte a caminar un poco, incluso dejar el coche en casa y optar por ir caminando al trabajo o a hacer la compra.
Acudir al supermercado puede resultarte muy útil para quemar unas pocas calorías más, eso sí, no vayas con hambre, esto puede hacer que compres cosas que no necesitas y que sean menos saludables que las que tenías pensadas comprar. Volver a casa cargando las bolsas también puede servirte para como entrenamiento de fuerza.
Puede que ir al mercado no sea la actividad más inspiradora. Por eso si te gusta ir de tiendas (moda, decoración...) aprovecha también para hacerlo de forma consciente, camina con un poco de intensidad y escoge las escaleras fijas en lugar de las mecánicas o el ascensor.
Las tareas del hogar, con ritmo
Aunque a veces nos puedan parecer tediosas, lo cierto es que las tareas del hogar pueden ser una excelente forma de ponernos en forma sin apenas darnos cuenta, tenemos que hacerlas de todas formas, así que mejor ponerle ganas.
Limpiar el polvo durante media hora puede llegar a quemar 80 calorías y hacer lo propio con el baño durante unos veinte minutos, unas 100 calorías. Ponte un poco de música y, además de hacerlas más llevaderas, puedes quemar un poco más si te mueves al ritmo mientras lo haces. Bailar es una excelente actividad para mantenernos en forma, y muy divertida.
Recuerda beber agua para mantenerte hidratada, sobre todo durante los meses de calor, y la importancia de dormir bien. Mientras duermes tu cuerpo sigue trabajando y, por tanto quemando calorías, además de ayudarte a tener más energía al día siguiente.
Además, es importante que tengas en cuenta que si lo que quieres es mejorar tu composición corporal lo mejor que puedes hacer es ponerte en manos de un buen especialista nutricionista o endocrino que pueda darte las pautas necesarias para perder peso sin perder salud.
La búsqueda de una vida más saludable requiere cierta planificación por nuestra parte, tomar decisiones conscientes que nos ayuden a abandonar esas costumbres no muy positivas y comenzar a adquirir otras mejores. Esto abarca casi todos los ámbitos, pero hay dos que son especialmente importantes: la alimentación y la actividad física, y es que la manera en la que nos alimentamos es clave para conseguir mejorar nuestra salud y, por tanto, nuestra vida.