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Calma Chechu: de cómo transformar el mantra 'recicla' en una exitosa firma artesanal
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Calma Chechu: de cómo transformar el mantra 'recicla' en una exitosa firma artesanal

El reciclaje es más que una moda, es un estilo de vida que hace posible la convivencia entre lo nuevo y los oficios. Cecilia transmite esta filosofía a través de sus piezas de espíritu vintage, industrial y rural

Foto: Cecilia Mallardi, la cabeza pensante de Calma Chechu. (Cortesía)
Cecilia Mallardi, la cabeza pensante de Calma Chechu. (Cortesía)

¿Qué harías con madera, cuero, hierro y tela? Cecilia Mallardi le da forma a piezas de decoración capaces de transmitir calma y serenidad mientras crean una atmósfera única, con regusto industrial y ese aire vintage que parece dotar de alma a cualquier objeto. Calma Chechu es, además de su mantra personal, el nombre con el que decidió bautizar su empresa, hace ya 20 años, y que cuenta con una legión de forofos que apuesta, como ella, por la sostenibilidad y la artesanía.

Esta argentina iba para actriz aunque, para suerte de muchos, descubrió su potencial como emprendedora y optó por montar una empresa en la que los muebles y los objetos cumplen una misión: hacer hogar. Lo consigue recuperando oficios tradicionales y mimando mucho los procesos y materiales que emplea; y para muestra, sus sillas, un icono del made in Spain que arrasa dentro y fuera de nuestras fronteras.

Cecilia y su marido, Alejandro Alloco, diseñan muebles, rescatan piezas y construyen proyectos desde su taller en Meco, aunque también puedes adquirir sus bestsellers desde su página web o visitar —con previa cita— su showroom en el número 15 de la Calle Nenúfar, en el madrileño barrio de Tetuán.

placeholder Mesas, sillas, taburetes, alfombras, consolas... Calma Chechu es eso y mucho más. (Cortesía)
Mesas, sillas, taburetes, alfombras, consolas... Calma Chechu es eso y mucho más. (Cortesía)

Hablemos, pues, con la ganadora del Premio Comercio Artesano de Madrid Craft Week 2022 —a punto de que se celebre la nueva edición— para que nos cuente cómo fueron sus inicios, arriesgándolo todo por una ilusión. Así es el alma mater de Calma Chechu, una mujer valiente que cree en las segundas oportunidades de los objetos, los negocios y, por qué no, de los sueños.

Así empezó todo

Podría decirse que por casualidad. Vivía en Marbella. Una amiga me preguntó si conocía a alguien para trabajar en una nave de muebles que llevaba un señor inglés. Al principio no pensé en mí porque en aquel entonces era actriz, aunque lo reconsideré y fui a la entrevista. Era en inglés y yo no lo hablaba bien, pero saqué a la actriz que llevo dentro y no sé cuántas cosas dije. Me contrató en el momento.

«Al cabo de dos años y medio descubrí mi potencial como emprendedora y fue ahí cuando decidí mudarme a Madrid»

Principales obstáculos

Soy argentina, vinimos Alejandro y yo con nuestras hijas pequeñas, solos, y el primer gran obstáculo fue atravesar la soledad. Ese obstáculo, que fuimos venciendo con el paso de los años, nos dio grandes herramientas de supervivencia que me ayudaron a no morir en el intento de emprender. Aunque diría que el gran emprendimiento de mi vida ha sido dejar mi país y empezar en otro. Y el segundo, Calma Chechu.

placeholder ¿Quién dijo que las segundas oportunidades nunca fueron buenas? (Cortesía)
¿Quién dijo que las segundas oportunidades nunca fueron buenas? (Cortesía)

Tus errores

Me ha llevado tiempo aprender a delegar. Ahora lo hago y tengo más tiempo para hacer otras cosas Interesantes para el proyecto. Mi cabeza no para. Cometo muchos errores porque soy una persona de acción, y cuando te atreves hay más posibilidad de meter la pata. Pero son esos errores los que marcaron el camino para llegar al acierto.

Antes de Calma Chechu tuve dos proyectos, el primero sobre todo fue un gran error. Salí a flote gracias al segundo emprendimiento, que tampoco salió como esperaba. Necesité estar sola y empezar de cero.

placeholder Madera, hierro, tela y cuero conforman su materia prima. (Cortesía)
Madera, hierro, tela y cuero conforman su materia prima. (Cortesía)

Tus aciertos

No son solo míos, también lo son de mi marido Alejandro, quien se incorporó de manera más formal después de la pandemia. Sin duda, apostar por hacer nuestro propio producto con producción local fue uno de los grandes aciertos. A partir de ahí crecimos el doble.

Una anécdota

Tiene que ver con mi nombre. Me llaman Cecilia, Calma, Chechu y también Calmachechu. Pero a mí el que más me divierte es Calma porque calma tengo poca. La primera vez que me dijeron "hola, ¿eres Calma?" me dio un ataque de risa.

placeholder Sus sillas son las más deseadas de todos sus productos. (Cortesía)
Sus sillas son las más deseadas de todos sus productos. (Cortesía)

La clave de tu éxito

No buscarlo. Yo quería tener un proyecto que me gustara y que me permitiera vivir acorde a mis valores, y poder dar a nuestras hijas una buena educación. Eso me permitió moverme de una manera sincera y honesta. Creo que ser generosa también me abrió puertas.

«El universo lo devuelve todo, tanto si haces cosas buenas como si no”

Tu día empieza con…

Unos mates que Alejandro me trae a la cama.

Y acaba con…

Rezo y agradecimiento. Es un ritual que tengo. No hay noche que no lo haga.

placeholder Calma Chechu, un 'leit motiv' convertido en un sueño. (Cortesía)
Calma Chechu, un 'leit motiv' convertido en un sueño. (Cortesía)

Consejo para emprendedores

Que busquen la idea diferenciadora y genuina. Si logras dar con eso y funciona en el mercado, es difícil que te absorban los grandes. Que pongan el alma, pero también la cabeza. Que estén dispuestos a atravesar el miedo, el llanto, el cansancio. Que la ambición no embarre la idea original y que cada tanto se pregunten el porqué y el para qué del emprendimiento. Esas dos preguntas son mi brújula cuando me pierdo. Los emprendedores somos navegantes, muchas veces solitarios, en alta mar.

¿Ha merecido la pena luchar por tu sueño?

Luchar por algo que nos emociona siempre merece la pena. En mi caso, soy una soñadora nata. No todos los sueños se cumplen tal cual uno los imaginaba, pero creo que siempre es tiempo de soñar y también de luchar.

¿Qué harías con madera, cuero, hierro y tela? Cecilia Mallardi le da forma a piezas de decoración capaces de transmitir calma y serenidad mientras crean una atmósfera única, con regusto industrial y ese aire vintage que parece dotar de alma a cualquier objeto. Calma Chechu es, además de su mantra personal, el nombre con el que decidió bautizar su empresa, hace ya 20 años, y que cuenta con una legión de forofos que apuesta, como ella, por la sostenibilidad y la artesanía.

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