Laura Yerpes: la interiorista que recrea el Mediterráneo en hogares (muy) sofisticados

A Laura Yerpes el Mediterráneo le corre por las venas, será por ello que se ha convertido en la interiorista más buscada a lo largo del litoral. Lo suyo es el lujo —las villas, viviendas y yates que ha diseñado así lo confirman—, aunque también demostrar que la elegancia no está reñida con la calidez y que la sensación de hogar es posible incluso en alta mar.

Hace ya 18 años que cogió la Finca Roja —uno de los edificios más icónicos de la ciudad de Valencia— y la transformó en su exquisito estudio en el que recibe a sus exclusivos clientes, todos ellos ávidos del savoir faire de este estudio de interiorismo capaz de proyectar espacios vívidos de alta calidad, con una clara apuesta por la sostenibilidad.

Su dulzura contrasta con su rotundidad a la hora de proyectar, mientras que su perfeccionismo la ha llevado a crear auténticas joyas que no han pasado desapercibidas, como la villa en Moraira que la ha hecho merecedora del Premio Escala de Interiorismo en la categoría de Entornos. Hablamos con Laura Yerpes para que nos cuente cómo el gusto por la arquitectura y el orden la han llevado a volcarse en el diseño de interiores con alma.

¿Cómo fue tu infancia? ¿A qué jugaba la futura interiorista Laura Yerpes?

De niña recuerdo que me gustaban las artes plásticas, especialmente, dibujar con lápiz y una hoja en blanco. Creo que el interiorismo es algo tan vocacional que, de alguna manera, nace con la persona. Cuando me fui haciendo más adulta supe que tenía que dedicarme a algo relacionado con las bellas artes, sentía ya ese interés especial por la armonía en los ambientes. Mi habitación de estudiante era un lugar acogedor, siempre seleccionaba meticulosamente los tejidos y los detalles que la adornaban. Siempre he sido muy ordenada, necesito tenerlo todo bien organizado para sentirme bien.

¿Cómo descubriste tu pasión por la arquitectura y el diseño de interiores?

Nací diseñadora. Esto no se elige, esto viene con la persona. Siempre me sentía bien y me llamaba la atención cuando entraba en un ambiente que me resultaba agradable y lleno de detalles, o de materiales diferentes.

Soñaba con poder hacer diseños, y era la arquitectura lo que más me impresionaba para dibujar. Me llamaban la atención los colores y las formas. Por ejemplo, mi primera vez en el parque Güell fue una experiencia que no he podido olvidar, la creación de las formas orgánicas de la naturaleza con la arquitectura me dejó impresionada.

Después del diseño de interiores decidí estudiar arquitectura técnica para ampliar mi conocimiento y experiencia en el campo. Así nació LY Estudio.

Creas hogares a medida de la personalidad del cliente, ¿cómo lo consigues?

Es fundamental establecer una comunicación cercana y profunda con ellos, hay que generar una conexión, un vínculo. En nuestro estudio tenemos una forma de trabajo con un protocolo muy definido ya desde años, pero es cierto que la primera entrevista la hago yo personalmente. Después establecemos un proceso de investigación para poder plasmar en cada detalle del diseño lo que nos piden los clientes.

Se realiza una selección cuidadosa de colores, materiales, texturas y mobiliario que refleje identidad y aporte comodidad y bienestar en el espacio. Confieso que durante el proceso a veces cambio de materiales en función de mis preferencias.

¿Algún proyecto que se complicase más de la cuenta?

Ha tenido proyectos como muchos desafíos a lo largo de mi carrera, pero cada uno de ellos me ha permitido crecer y aprender. Uno de los más complicados fue la rehabilitación de una antigua casa en el centro histórico de Valencia. El desafío radicaba en mantener la estructura original, mientras se adaptaba a las necesidades y estándares modernos.

"En realidad, cada proyecto es único, como las personas. Todos tienen su parte complicada"

¿Y cuáles te han traído las mayores alegrías?

Tengo muchas en mi trayectoria profesional. Vivo muy intensamente este trabajo y en él me vuelco por completo. Esa entrega siempre ha tenido sus recompensas con forma de agradecimiento por parte de las personas con las que he trabajado.

Me gusta llevar a cabo nuevos retos desconocidos que me hagan conectar con la persona que necesita de mi ayuda. Disfruto de lo que hago, no solo por ver el resultado, que a fin de cuentas es un comienzo y un final, sino descubrir la emoción y satisfacción de los clientes cuando hemos terminado.

La sostenibilidad es parte del ADN de tu estudio, ¿de qué manera la integras a tus proyectos?

La sostenibilidad es una parte fundamental de mi estudio y de mis proyectos. Busco integrar prácticas sostenibles y materiales ecológicos en cada oportunidad posible. Utilizo materiales modernizados y fomento el uso de la iluminación natural y los sistemas de eficiencia energética.

Además, promuevo el consumo responsable y la utilización de productos locales. Para mí, la sostenibilidad no es solo una tendencia, sino un compromiso con el cuidado del medioambiente y la creación de espacios saludables para las personas.

Viviendas, comercios, yates… ¿Cuáles son las claves de tu estilo?

Mi estilo se caracteriza por la esencia mediterránea que combina elementos tradicionales con toques contemporáneos. Me encanta trabajar con materiales naturales como la madera, las fibras naturales y el lino, que aportan calidez y autenticidad a los espacios. También incorporo colores claros y frescos que reflejan la luz y crean una sensación de serenidad y amplitud.

Integrar los interiores con el exterior me apasiona; la conexión con el entorno natural y la búsqueda de la armonía son los elementos clave en mi estilo.

Hablemos de la villa en Moraira, ¿qué tiene de especial?

Este proyecto fue un desafío apasionante, ya que implicaba crear un espacio armónico y acogedor, que se integrara a la perfección con el entorno natural. Utilicé materiales de la zona, como la piedra tosca de Jávea y la Costa Blanca, para dar personalidad. En los ambientes interiores, como en un baño, lo que empleé fue la pizarra natural tratada, combinada con los blancos y la madera de los muebles.

Encontré toda la luz posible para ese hogar, incorporando grandes ventanales en todas las estancias donde se pudo y así conseguir la máxima luminosidad para que nos recordase que estamos en el mar. El resultado fue un hogar mediterráneo, refinado y desenvuelto.

¿Hacia dónde se dirigen tus sueños?

Hacia la expansión de mi estudio y la realización de proyectos cada vez más emocionantes y desafiantes. Me encantaría continuar creciendo profesionalmente y explorar nuevas oportunidades, como el diseño de hoteles y restaurantes. También quiero seguir contribuyendo al desarrollo sostenible y promover la conciencia ambiental en la industria del diseño de interiores.

Mi objetivo es seguir creando hogares y espacios comerciales, que reflejen la personalidad y aporten felicidad a mis clientes.