El reencuentro familiar en la finca Cetrina por la primera comunión de Bianca Ponce Cuevas
La empresaria está muy feliz preparando ese día importante para su hija en el que la familia volverá a estar unida como en los tiempos felices
La finca Cetrina, en el término municipal de Navas de San Juan (Jaén), vuelve a ser el escenario de la reunión familiar de Enrique Ponce y Paloma Cuevas. Es la primera vez que ambos coinciden después de su separación. En este lugar pasaron el confinamiento junto a Victoriano Valencia, Paloma Díaz y las niñas cuando aún se desconocía la existencia de Ana Soria en la vida del torero. El motivo de este encuentro es la celebración de la primera comunión de la hija pequeña del que fuera uno de los matrimonios, aparentemente, más sólidos del mundo social.
La relación entre ellos es excelente y por lo tanto no es de extrañar que sea precisamente en Cetrina donde Paloma haya organizado uno de los días más especiales para Bianca. Como sucedió con su hermana, la niña no recibirá la eucaristía con sus compañeros de curso, que ya lo hicieron el 22 de mayo en la capilla del colegio. Sí ha seguido la catequesis, como el resto de alumnos, con los capellanes del centro, don Pablo Moreno y don Borja de León.
Las fechas que se barajaron para esta celebración han influido en la agenda taurina de Ponce, que hasta hace relativamente poco no estaba cerrada. Los carteles se han ido modificando dependiendo de los permisos sanitarios. Este sábado, 5 de junio, torea en Granada junto a Juan Ortega y Roca Rey, y no vuelve a los ruedos hasta el domingo, 20 de junio, en Istres (Francia). La cuestión taurina ha sido importante para ajustar la fecha de la comunión, pero, sobre todo, el calendario de vacunación de los abuelos y de los familiares directos más mayores. Este último aspecto ya se solucionó y así quedó demostrado el pasado 30 de mayo cuando Victoriano Valencia celebró en casa de su primogénita su cumpleaños sin miedo a contagios.
Presencias y ausencias
En esta primera comunión habrá pocas variaciones en lo que se refiere a la puesta en escena, tanto de la de la liturgia religiosa como del convite posterior. Se dispondrá de un altar en una de las zonas del jardín cubierto con uno de los capotes de Ponce bordado con la Virgen de Guadalupe, la Inmaculada y Jesús Caído. Frente al sacerdote, Paloma ha dispuesto las sillas blancas para los invitados, donde la hermana, los abuelos y Enrique tienen su lugar principal igual que la familia de Ponce.
El torero nunca presionó para que su novia estuviera presente en este acto. Una decisión que Ana Soria nunca cuestionó. Sí estarán presentes los duques de Anjou y sus hijos. Eugenia, de 14 años, es una de las mejores amigas de las niñas Ponce. Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón han sido el mejor apoyo para la empresaria desde que llegó la separación. El verano pasado, en pleno tsunami informativo, Paloma y sus hijas pasaron unas semanas en Sotogrande, en su casa. Margarita es la madrina de bautismo de Bianca, y Miguel Alemán, nieto del que fuera presidente de México y uno de los mejores amigos del torero y la diseñadora, el padrino. Las niñas Ponce les consideran a ambos sus tíos.
Una vez que termine la misa, sobre las 13:30, habrá un cóctel servido por la empresa Vait en el jardín. Esta firma pertenece a Sandra Linares, tía de la protagonista, que ya se encargó en la comunión de la primogénita de la tarta y la mesa de dulces. En la mayoría de las celebraciones importantes, como fue el cumpleaños de Victoriano Valencia, Paloma Cuevas cuenta con este catering familiar. Otro de los puntos fuertes de la fiesta tendrá a Ponce como protagonista: como ya hizo hace cuatro años para festejar a su hija Paloma, toreará unas becerras en la placita que hay en la finca.
Cuevas está muy feliz preparando ese día importante para Bianca en el que la familia volverá a estar junta como en los tiempos felices.
La finca Cetrina, en el término municipal de Navas de San Juan (Jaén), vuelve a ser el escenario de la reunión familiar de Enrique Ponce y Paloma Cuevas. Es la primera vez que ambos coinciden después de su separación. En este lugar pasaron el confinamiento junto a Victoriano Valencia, Paloma Díaz y las niñas cuando aún se desconocía la existencia de Ana Soria en la vida del torero. El motivo de este encuentro es la celebración de la primera comunión de la hija pequeña del que fuera uno de los matrimonios, aparentemente, más sólidos del mundo social.