Carlos Fitz-James Stuart y Solís cumple 30 como pieza clave en la Casa de Alba
Cada vez son más las muestras de confianza que su padre, el duque de Alba, ofrece en asuntos que implican a su hijo pequeño, quien encarna a la perfección el futuro familiar
Este lunes 29 de noviembre, el hijo pequeño del actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, cumple 30 años. Aunque es su hermano Fernando el futuro titular del ducado de Alba, al igual que la de este último, la formación de Carlos ha sido meticulosamente cuidada, pues él también es parte del futuro de los Alba y una pieza clave para perpetuar su historia.
La Casa de Alba es mucho más que un título nobiliario. Su legado cultural, histórico, artístico y empresarial supone un gran entramado cuyo patrimonio está valorado en unos 3.000 millones de euros, según la revista 'Forbes', y necesita ser gestionado por las manos adecuadas. El actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, es muy consciente de ello y siempre ha querido transmitir este sentido del deber a sus hijos, con los que mantiene una excelente relación y de los que asegura que solo le han dado alegrías.
El pequeño, Carlos, reúne todas las condiciones que se espera de un miembro destacado de la familia: una educación exquisita, una visión para los negocios, un carácter sociable, una vida marital estable que lo entronca con otra familia de renombre en el mundo empresarial, y una actitud discreta y poco mediática por bandera.
Carlos Fitz-James Stuart y Solís estudió Comercio Internacional en el College For International Studies (CIS) de Madrid, e hizo un máster en la Universidad de Boston, en Estados Unidos.
En el mes de mayo, contrajo matrimonio en el palacio de Liria con la empresaria Belén Corsini. Con este enlace, los Alba se han unido a otra de las familias más adineradas del país. Belén Corsini es hija de Juan Carlos Corsini Muñoz de Rivera y de Mónica de Lacalle Rubio. Su familia es conocida como la Tribu, por el gran número de miembros que la forman, y es una de las dinastías inmobiliarias más ricas del país por ser la fundadora de la conocida constructora Corsán.
Belén estudió Administración y Dirección de Empresas en ICADE y trabaja en la explotación de las fincas y los negocios inmobiliarios de la familia.
Carlos y su mujer forman un matrimonio muy discreto. No suelen prodigarse en grandes eventos sociales ni son muy amigos de las redes sociales. Por el contrario, son muy celosos de su intimidad, una cualidad que en la Casa de Alba es siempre preferible.
Son varias las muestras de confianza que el duque de Alba le ha dado a través de decisiones tomadas con asuntos en los que su hijo pequeño está directamente implicado.
Carlos trabaja activamente en la empresa Fine Foods, la división gastronómica y gourmet de los negocios de la Casa de Alba, fundada en junio de 2015 y cuyo único socio hoy es Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, tras haber llegado a un acuerdo con Cayetano Martínez de Irujo, el promotor de la idea. Se trata de un negocio fundamentalmente basado en la venta online. La implicación del hijo pequeño del duque de Alba, Carlos, en la vida de su familia y sus negocios quedó más que patente hace pocos días, cuando el joven aristócrata acudió a la presentación de los productos gourmet de Fine Food. La cita tuvo lugar en el emblemático palacio de Dueñas y estuvo presidida tanto por él como por Juan Moreno Tocino, presidente de la empresa Inés Rosales, con la que colabora la casa en su división gastronómica.
Además, Carlos Fitz-James Stuart y Solís fundó en 2019 Amura Corp SL, una empresa dedicada “a la importación de productos alimenticios, bebidas y tabaco”, y más en concreto a la comercialización del aceite de oliva bajo la marca Magallanes Mediterranean Diet.
El menor de los hijos del duque de Alba participa también en las explotaciones agrarias de su familia, Euroexplotaciones Agrarias SA y Castrofresno SL, como administrador solidario (su padre es el presidente y accionista mayoritario de la primera y también administrador solidario de la segunda). Por otro lado, Mibor Inversiones era una sociedad inmobiliaria de sus padres, en la que tanto su madre como su hermano y él son administradores solidarios.
Dicen los que lo conocen que es un joven más extrovertido que su hermano. Posee un buen físico, le gusta hacer deporte, es menos tímido que Fernando y es un buen conversador, todas ellas cualidades que puntúan al alza a la hora de ejercer como relaciones públicas, ampliar contactos y cerrar negocios.
Carlos representa desde hace tiempo a la perfección a su padre en actos oficiales. Un ejemplo de ello lo tuvimos en 2018, cuando presidió la presentación de la ruta turística por cuatro de las casas palacios más emblemáticas de Sevilla: las Dueñas, Casa de Salinas, Hospital de la Santa Caridad y Casa de Pilatos.
El último movimiento realizado por el duque de Alba y que está relacionado con su hijo Carlos ha sido el que pudo descubrir Vanitatis a través del Registro Mercantil, donde se dejó constancia de que este mismo año, el pasado 21 de junio, el conde de Osorno, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, ha pasado a formar parte del Consejo de Administración del club privado Nuevo Club, situado en la calle Cedaceros de Madrid. Era el duque de Alba el que ocupaba ese puesto con anterioridad. Al dejarlo, ahora ha confiado en su hijo menor para que se convierta en su heredero en el consejo de este exclusivo lugar en el que disfrutar de ocio y amigos.
Nuevo Club se fundó en 1870 como un lugar de reunión de hijos de familias nobles y empresarias madrileñas. Sus socios se reúnen para comer, conversar y disfrutar de un entorno donde la privacidad está asegurada, pero sobre todo la exclusividad. Los jóvenes cachorros de la aristocracia encuentran allí una reafirmación de un estatus social accesible a muy pocos y del cual Carlos Fitz-James Stuart y Solís es un perfecto representante.
Este lunes 29 de noviembre, el hijo pequeño del actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Solís, cumple 30 años. Aunque es su hermano Fernando el futuro titular del ducado de Alba, al igual que la de este último, la formación de Carlos ha sido meticulosamente cuidada, pues él también es parte del futuro de los Alba y una pieza clave para perpetuar su historia.