Cayetano de Alba, sobre sus hermanos y sobrino: "Hay cosas que me cuesta entender"

El sábado 20 de noviembre se cumplen siete años del fallecimiento de la duquesa de Alba en su palacio de Dueñas, el más querido. No será ese día sino el domingo a las ocho de la noche cuando se oficie una misa en la iglesia del Cristo de los Gitanos.

En la cripta de este recinto sagrado se encuentran parte de las cenizas de la aristócrata. Una lápida que encargó su hijo Cayetano recuerda la figura de la duquesa, y son muchos los sevillanos que en cada aniversario acuden a rezar por su alma.

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P. Barrientos

Como en años anteriores, ha sido el duque de Arjona el que ha querido recordar a su madre con el oficio religioso. Como ha sucedido en otras ocasiones, no acudirán sus hermanos ni sus sobrinos. Eugenia y Fernando están de viaje, y lo que sí han hecho ha sido contribuir al pago de la esquela, las flores y el donativo a la hermandad.

Cayetano Martínez de Irujo está participando en el Club de Campo en un campeonato y viajará a Sevilla una vez termine dicha participación en el concurso.

De salud se encuentra perfectamente y solo tiene palabras de agradecimiento al doctor Moreno. Uno de sus últimos proyectos es poner en funcionamiento un hotel rural de lujo en su finca Las Arroyuelas.

El sábado es el aniversario del fallecimiento de la duquesa de Alba. Tienes previsto hacer una misa funeral.

Sí, como estoy haciendo todos los años. Una manera de recordarla. La echo mucho de menos. Será a las ocho de la tarde en los Gitanos, donde están parte de las cenizas de mi madre

¿Tus hermanos lo saben?

Por supuesto, y desde hace semanas saben que iba a celebrar una misa. Esto ya es una cuestión personal mía. Qué menos que tener un recordatorio una vez al año. Quien quiera venir que venga.

¿Irá alguno de ellos?

No lo creo. Eugenia está en Los Ángeles y Fernando de viaje. Los dos han aportado dinero para la esquela, las flores y el donativo para la hermandad. Por lo menos me apoyan y me he sentido menos solo. Son los dos hermanos con los que siempre he estado más unido.

¿Y Carlos, Jacobo y Alfonso, los hermanos mayores?

Pues no. No tengo palabras. Es sorprendente. Me alucina que no tengan en cuenta esta fecha. Estas misas recordatorio en Sevilla, que las pido yo, son las únicas que se han hecho en su memoria. Por mi padre se hizo una misa en Loeches durante veinte años y por mi madre nada.

Tu sobrino acaba de presentar varios productos de la línea gourmet de la Casa de Alba. ¿Tienes algo que ver?

Nada. Ya lo dije hace tiempo. No tenía sentido que yo estuviera en una marca en la que tenía al titular en contra, los palacios cerrados y nada a mi favor. Parecía un forastero. Le dije a Carlos: “O esto vuelve a ser una marca con el sentido con la que se creó o yo me marcho”. Y fue lo que hice.

Tu sobrino presentó hace unos días nuevos productos.

Ni me ha nombrado. Hay cosas que me resultan difíciles de entender. Con decir: “Esto lo creó mi tío y ahora lo llevo yo”, hubiera bastado. Luché como un animal para sacar la marca adelante con la competencia que hay. Pero, bueno, ya no me lo tomo de mala manera.

Estás compitiendo este fin de semana. ¿Cómo vas?

Empecé este viernes y voy bien. Y la semana que viene saltaré en Ifema, en el Madrid Horse Week.

Estás en plena forma.

Doy gracias a Dios porque me puso en mi camino al doctor Enrique Moreno.