La herencia económica de Verónica Forqué, una actriz espiritual con inversiones tangibles
La intérprete volvió a la actualidad por su participación en 'MasterChef Celebrity'. Había logrado crear un patrimonio seguro gracias a su exitosa y larga carrera cinematográfica
Su sonrisa, su mirada pícara y alegre, una apariencia, la de Verónica Forqué, que sumada a su voz y su actitud en 'MasterChef Celebrity', la mostraron como alguien liviano, que parecía estar de paso, que se interesaba poco de lo que sucedía a su alrededor y que tampoco le importaba mucho. Pero la actriz con una de las carreras más potentes del panorama patrio tenía los pies en el suelo.
Fallecida este pasado lunes en trágicas circunstancias, con 66 años, Forqué pasó por momentos duros en su vida. Y también por momentos muy dulces, años que le reportaron beneficios que ella supo invertir pese a ese desapego que parecía sentir. Y además de varias empresas, contaba con un patrimonio inmobiliario sencillo pero rentable. Un legado que se suma al de su carrera, la que sirve para que podamos recordarla para siempre.
La actriz poseía cuatro propiedades en Cartagena (Murcia), dos pisos que adquirió en noviembre de 2019 y dos parkings que compró en noviembre de 2020. Los dos pisos, de 91 metros cuadrados cada uno, están situados en una urbanización de la ciudad, cuentan con el permiso de uso de dos terrazas, una de 120 metros y otra de 80, lo que les da un mayor valor. Los apartamentos están tocando el mar, en una zona con acceso a la playa, con jardines y piscinas comunitarias. Un destino de vacaciones codiciado.
Sus empresas
A su carrera como actriz, Forqué añadía sus incursiones en el mundo empresarial. En 1994 fundó la sociedad Bombón Helado SL, dedicada a la producción de cine y artes visuales, de la que no se ha registrado actividad alguna en los últimos años. Antes, en 1992, había fundado la sociedad homónima Verónica Forqué SL, dedicada a las artes escénicas, una sociedad que a día de hoy sigue presentando cuentas aunque no registra ninguna actividad.
Bombón Helado, dedicada a la producción de cine y artes visuales, le dio grandes alegrías a ella y a su marido, Manuel Iborra, con quien se había casado en 1981. La más grande de todas, que llegó un año después de crear dicha productora, fue la serie 'Pepa y Pepe', que se emitió a lo largo de 1995 en Televisión Española. La serie nació un mes de enero de hace 26 años y supuso el antídoto gamberro y realista a la edulcorada 'Médico de familia', que se emitió el mismo año.
Mientras, Verónica Forqué SL, que tiene un activo de 175.000 euros y un capital social de 3.000, tiene sede social en Pozuelo de Alarcón, una localidad donde residió Forqué durante años. Se trata de una urbanización situada en una tranquila zona residencial rodeada de jardines y construcciones comunitarias. Vivía en un piso y cuando hacía buen tiempo disfrutaba del jardín, la piscina y las canchas de tenis de la comunidad. Actualmente residía en un piso cercano al madrileño parque de Berlín.
Desde la cuna
Por muy placentero que parezca el escenario, la vida de Forqué no ha sido siempre un camino de rosas. Lo hemos visto estos días. Verónica era hija del director y productor José María Forqué y de la escritora Carmen Vázquez-Vigo. Empezó en el cine de pequeña, de la mano de su padre, y la acusaron desde joven de lograr trabajos por la influencia paterna.
La actriz había comentado en alguna ocasión que en sus inicios (lo hizo en producciones de su padre) la acusaban de enchufismo: “Estuve muy señalada durante un tiempo. Estas cosas les jorobaban. Es lógico y lo entiendo perfectamente”, ha declarado hablando sobre sus primeros trabajos.
Sin embargo, con un puñado de películas ya pudo mostrar que lo suyo no era solo cuestión de apellido. Demostró con creces que no era así y su valía como actriz la convirtió en un icono de los 80 y los 90, décadas en las que aparecía en toda película que se preciara. Desde Pedro Almodóvar hasta Fernando Colomo, todos contaban con un papel para ella.
Del diván al escenario
Aunque iba para psicóloga, el séptimo arte la apartó del diván, algo que tuvo que recuperar, esta vez como paciente, en 2014, su personal ‘annus horribilis’. Aquel año, la actriz decidía separarse del director de cine Manuel Iborra después de más de tres décadas de matrimonio: “Nos separamos porque era incapaz de vivir una realidad que no era verdad”, explicaba. “Es horrible darte cuenta de que no sientes nada por tu pareja, con la que has estado 34 años. Pero he salido muy fortalecida”, afirmaba en una entrevista para el 'Diario de Navarra'.
Unos meses después, su hermano Álvaro Forqué fallecía. La actriz cayó entonces en una depresión que la mantuvo alejada del mundo durante seis meses, en los que llegó a perder diez kilos y su característica sonrisa: “Con tratamiento y pidiendo ayuda se sale y se sale más fuerte y mejor, pero es necesaria la ayuda de psiquiatras, de médicos y del tiempo, además de la fuerza de uno… La vida sigue”, confesaba en una entrevista para ‘¡Hola!’.
Siete viajes a la India, un gurú y algunas claves para lidiar con el dolor y encontrar el camino de la felicidad la ayudaron. Así lo decía: "Seguir a los grandes maestros es el camino para no sufrir, vivir el presente y amar al prójimo como a ti mismo es una buena fórmula; casi nunca se consigue, pero el intento está ahí".
La artista María Forqué, la única hija que tuvo con Manuel, también puso algo más que granitos de arena para intentar sacarla de ese pozo oscuro. Pero no ha sido posible. Aquejada de una depresión, enfermedad que la persiguió hasta el final, la maravillosa actriz fallecía el lunes en su casa.
Su sonrisa, su mirada pícara y alegre, una apariencia, la de Verónica Forqué, que sumada a su voz y su actitud en 'MasterChef Celebrity', la mostraron como alguien liviano, que parecía estar de paso, que se interesaba poco de lo que sucedía a su alrededor y que tampoco le importaba mucho. Pero la actriz con una de las carreras más potentes del panorama patrio tenía los pies en el suelo.