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Isabel Preysler, Vargas Llosa y su puerta secreta antes de hacer oficial el noviazgo
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Isabel Preysler, Vargas Llosa y su puerta secreta antes de hacer oficial el noviazgo

Se conocieron durante una entrevista que la 'reina de corazones' realizó al escritor peruano. Años después se convirtieron en pareja

Foto: Ilustración: Marina G. Ortega
Ilustración: Marina G. Ortega

Hace unos días aparecieron unas imágenes de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa besándose apasionadamente (más él que ella) en plena calle. Unas fotos de las que solo se sabe que fueron tomadas en Nueva York, pero se desconoce la fecha.

Preysler acompañaba el lunes pasado al escritor al ayuntamiento de Madrid, donde le nombraron Madrileño del Año, y contaba que había pasado estas últimas semanas sin salir de su casa y con gripe. El Nobel, por su parte, estuvo todo el mes de septiembre en Perú con su hija Morgana y sus nietas. Se ha sabido que el motivo era buscar localizaciones para su nueva novela. Esta vez no le acompañó Preysler y pudo apoyar a su hija Tamara ante lo que ha sido la gran historia de desamor de la marquesa de Griñón con Iñigo Onieva. Una infidelidad que rompió de cuajo el proyecto de vida en común con fecha de boda incluida.

placeholder Isabel Preysler y su hija, Tamara Falcó. (CP)
Isabel Preysler y su hija, Tamara Falcó. (CP)

La actualidad, tanto por la propia Isabel como por su hija, ha vuelto a recordar los amores clandestinos que vivió Isabel con el marqués de Griñón, Miguel Boyer y Vargas Llosa hasta que se convirtieron en oficiales. Cuando se divorció de Julio Iglesias, por las continuas infidelidades del cantante, Preysler conoció a Carlos Falcó. Esperó un tiempo hasta que por fin aparecieron en público. En este caso, Charo de la Cueva, su suegra, fue la primera en enterarse. Coincidió con los dos enamorados en el aparcamiento del edificio de la calle San Francisco de Sales que era la vivienda familiar. Los padres de Julio vivían en el mismo bloque, pero en otro piso. Así fue como se enteró de que su nuera había encontrado una nueva pareja, pero no fue ella la que filtró el romance, sino una a amiga traidora que le pasó la información a Jaime Peñafiel. En el contestador automático del periodista alguien le informaba de esos encuentros. Haciendo un paralelismo con Onieva, él también ha sufrido el engaño de alguien cercano que filtró el famoso video que desencadenó el tsunami afectivo.

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Dos vidas (la suya y la de Preysler) que podrían haber formado parte de una unidad familiar y que, en el caso del relaciones públicas, desembocó en tragedia amorosa. Tiempos diferentes con resultado también distinto. La 'reina del baldosín', como la bautizaron cuando se convirtió en imagen de Porcelanosa, era una mujer en proceso de divorcio cuando se encontró con el aristócrata en la embajada norteamericana. La anulación del matrimonio con Julio Iglesias fue, tiempo después, dictada por un tribunal de Brooklyn (Estados Unidos). Griñón ya estaba separado de Jeannine Girod, madre de sus dos hijos mayores. Después vendrían Tamara, Duarte y Aldara.

El ministro y el marqués

El matrimonio del marqués y la ex del cantante duró poco tiempo. Tamara tenía cinco años cuando apareció en su vida 'tío Boyer'. A diferencia de la historia anterior con Carlos Falcó, que pasó sin grandes escándalos, su romance con el todopoderoso ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno de Felipe González fue la historia de los ochenta. Boyer estaba casado con la doctora Elena Arnedo y, aparentemente, era un matrimonio bien avenido. Isabel Preysler lo conoció en un almuerzo de la peruana Mona Jiménez, que organizaba una vez al mes unos encuentros con personalidades diversas en torno a unas lentejas. Si fue flechazo o no, solo los protagonistas lo saben. El caso es que durante un tiempo los Griñón y los Boyer Arnedo comenzaron a compartir cenas y salidas lúdicas al campo.

placeholder Llosa y Preysler, en la entrega del premio 'Madrileño del Año'. (EFE/Fernando Alvarado)
Llosa y Preysler, en la entrega del premio 'Madrileño del Año'. (EFE/Fernando Alvarado)

La doctora no tenía ni idea, como se supo después, de que su marido se había enamorado de Isabel. Carlos Falcó, tampoco. Hasta que ambos aparecieron en la portada de la revista ‘Tiempo’. Una imagen que valía más que mil palabras. Se trataba de una foto en la que figuraban Isabel y Miguel en la discoteca Joy Eslava saludándose con un beso en el transcurso de una fiesta en la que Griñón recibía un premio. El titular no dejaba lugar a dudas: ‘A Boyer le tocó la china’. Este reportaje le costó a Julián Lago, director del medio, que desapareciera la publicidad institucional del ministerio de Economía y Hacienda, del que era cabeza visible el que se convertiría en tercer marido de Preysler. El apodo de ‘la china’ se lo puso Charo de la Cueva, madre de Julio Iglesias. Se casaron, nació Ana y la historia de amor acabó de la peor manera posible con la muerte de Boyer.

La entrevista y el hotel

Mario Vargas Llosa ya había entrado en la vida del matrimonio muchos años antes. Boyer fue asesor del escritor cuando este se presentó como candidato a la presidencia del Perú en el año 1989. Y cuando Preysler se convirtió en entrevistadora de ‘¡Hola!’, el escritor fue uno de sus personajes elegidos. Él mismo explicaba, en mayo de 1991, ese encuentro en la revista ‘Tiempo’. Cuarenta años después, el destino les unió para convertirse en la pareja más inesperada y sorprendente. Parece que un amigo del escritor le dijo que si la marquesa de Griñón conseguía la entrevista, le pagarían mil dólares por su trabajo como intermediario. “Así fue. Recuerdo que me quedé muy sorprendido porque mi amigo me pidió, por favor, que aceptara. No entendía nada. Y no me negué porque me parecía maravilloso que a alguien le pagaran mil dólares por conseguir unas declaraciones mías”, declaraba el escritor.

placeholder Llosa, Preysler, Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (RR.SS.)
Llosa, Preysler, Tamara Falcó e Iñigo Onieva. (RR.SS.)

Esa entrevista sirvió para iniciar una relación amistosa que nunca se perdió. Y con el tiempo, Vargas Llosa se convirtió en el cuarto hombre en la vida de Isabel Preysler. Pero ambos supieron mantener su historia sentimental en secreto. En las fechas previas a las navidades de 2015, el escritor formaba parte del grupo que acudía a la fiesta benéfica organizada por el príncipe Carlos de Inglaterra, donde la firma Porcelanosa era una de las principales benefactoras. El lugar elegido por el hoy rey Carlos III era en su mansión escocesa de Dumfries House. Los invitados se alojaban en la misma residencia real, que tenía un ala acondicionada como hotel. Vargas Llosa e Isabel remataron el incipiente romance en tierras escocesas.

No era público, ya que él aún estaba casado y, por lo tanto, el resto de asistentes desconocían que entre ambos existiera algo más que una amistad. No llamaba la atención que aparecieran y desaparecieran juntos porque ambos tenían habitaciones contiguas. Una ‘puerta secreta’ facilitaba los encuentros de los enamorados en el hotel real. No fue hasta un año y medio después cuando saltó la noticia al aparecer ambos en la revista ‘¡Hola!’. Siete años después de esos encuentros clandestinos en Escocia, Preysler y el Nobel siguen juntos.

Una vez que la boda de Tamara e Iñigo Onieva se ha cancelado, este enlace podría ser el gran acontecimiento para la famosa serie de Netflix.

Hace unos días aparecieron unas imágenes de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa besándose apasionadamente (más él que ella) en plena calle. Unas fotos de las que solo se sabe que fueron tomadas en Nueva York, pero se desconoce la fecha.

Isabel Preysler