"Lo mejor son los jardines": la historia y el frágil estado de El Rincón, el palacio de la familia Falcó
Zonas abuhardilladas donde la escayola del techo ha cedido completamente o escombros sin retirar son algunos de los problemas que presenta un lugar cargado de historia
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No es ningún secreto que la finca El Rincón no es ese majestuoso palacio que todas las tardes se abre a los espectadores de ‘La promesa’ en La 1 de Televisión Española. Escenario idílico para grandes historias televisadas de la alta nobleza, el Downton Abbey español dista mucho de ser ese lugar de ensueño que aparenta tras sus muros de piedra recubiertos de hiedra. Y esto no es ajeno al espectador porque la propia Tamara Falcó, que se casará allí dentro de cuatro meses y medio, ha sido la primera en enseñar a todos los seguidores de su serie en Netflix el estado calamitoso que la centenaria construcción presenta por dentro. “Muy bien, aquí todo se va cayendo”, reconoce ella misma.
Su hermano Manuel Falcó, propietario mayoritario de la finca y directivo del banco Citi, vende el palacete, según la revista 'Semana', por una cifra que ronda los siete millones de euros. Fuentes de la citada publicación afirman que existe un anuncio en una conocida inmobiliaria en el que se puede acceder a estos datos. Sin embargo, la familia Falcó y su entorno niegan a este medio que el palacio esté en venta. Al menos, en este momento. ¿Qué ha podido pasar entonces? ¿Se vende o no se vende El Rincón?
Ahora no se vende
Lo que Vanitatis puede confirmar, de fuentes de total solvencia, es que, se venda o no ahora el palacio, sí se intentó vender en el pasado. Y, además, por la cifra aproximada (negociable bajo ciertas condiciones) que adelanta 'Semana', esto es, unos siete millones de euros. Es más, Vanitatis ha podido conversar con una de las personas que visitó el palacio en la primavera de 2020 con intención de comprarlo. Nos cuenta que tuvo que acreditar solvencia económica para poder hacer esa visita, medida con la que se intentaba evitar que cualquier curioso (o periodista) fingiera interés para obtener información.
El proceso de venta de El Rincón se llevó en todo momento con total discreción, pero fueron varios los interesados que pasaron por el espacio, sobre todo en los meses posteriores a la muerte de Carlos Falcó, su propietario antes de que lo heredaran sus hijos. Especialmente intensas fueron las visitas durante la primavera y el verano de 2020, momento en el cual todos los interesados a priori declinaron la posibilidad de invertir en estas tierras, dado el avanzado estado de deterioro de la construcción. Todos menos uno, que estuvo a punto de comprar, pero finalmente se echó atrás. Fuentes cercanas a los Falcó aseguran a Vanitatis que, a mediados del 2022, cuando la herencia quedó definitivamente repartida y todo atado por medio de notarios, El Rincón se dejó de vender oficialmente y Manolo y Tamara, ya como únicos propietarios, decidieron emprender nuevos proyectos para rentabilizarlo. Eso sí, como señala 'Semana', si alguien viene con siete millones de euros, los Falcó se desharían de la construcción sin dudarlo.
Los hijos del marqués recibieron en herencia esta propiedad, pero finalmente fue el mayor, Manuel, el que se haría con casi todo El Rincón. Según el Registro de la Propiedad, en marzo del año pasado se extinguió el proindiviso (condominio, copropiedad o comunidad de bienes) entre los hermanos. En ese acuerdo, Alejandra Isabel Falcó, Tamara Falcó, Duarte Falcó, Manuel Falcó y Aldara Carlota Falcó acordaron que la mayor parte de El Rincón recayera en Manuel, con un pequeño porcentaje para Tamara. Ese mismo día, el banquero canceló una hipoteca que gravaba la finca en garantía de un préstamo de 1.600.000 euros de principal. Manolo asumió todas las deudas e hipotecas de la herencia, por lo que se hizo con mayor porcentaje en la propiedad. En un principio, a él le correspondía el 12,5% de este palacio (ya que había sido beneficiado en otras propiedades), su hermana Alejandra (Xandra) tenía otro 12,5% (por la misma razón) y Aldara, Duarte y Tamara, un 25%. Todo esto figura en documentos oficiales consultados por Vanitatis. Actualmente la finca es propiedad de una empresa cuyo accionista mayoritario es Manolo Falcó.
La finca tiene 123,41 hectáreas y está situada en la ribera del río Alberche, en Aldea del Fresno, a 63 kilómetros de la casa de la madre de Tamara, Isabel Preysler, en Puerta de Hierro (Madrid). Aunque se vendía por unos siete millones, lo cierto es que está tasada en algo menos. Esther Doña, viuda del marqués de Griñón, elude confirmar los datos recogidos en este artículo pues firmó un contrato de confidencialidad cuando renunció al usufructo de la finca a cambio de una sustanciosa cuantía económica. “Hace dos años que salí del palacio -explica a Vanitatis-. Así que no sé en qué condiciones estará ahora. Supongo que habrán hecho algún tipo de reparaciones en la casa”.
Los rodajes de cine y televisión y las bodas particulares en el jardín han sido el método de financiación y sostenibilidad de El Rincón durante las últimas décadas. El gran Luis García Berlanga rodó aquí, en 1978, ‘La escopeta nacional’, ese retrato ácido de la clase política y empresarial de los últimos años del régimen franquista.
- Iñigo Onieva: "Pero si está superbién…".
- Tamara: "Espérate a entrar".
La marquesa no esconde para Netflix los serios problemas que presenta la finca familiar. El encanto que desprende El Rincón por fuera desaparece muy pronto, tras cruzar el impresionante recibidor de 90 metros cuadrados que da acceso a la escalinata de piedra por la que Tamara Falcó y su prometido Iñigo Onieva descienden en el primer capítulo de su serie. La mayor parte de las habitaciones presentan importantes desperfectos. Ella misma los muestra en el recorrido ante las cámaras por una propiedad que ha encontrado en esa serie de la plataforma su mejor escaparate inmobiliario. Un portal abierto a compradores interesados de todo el mundo. “Se nos cae el techo encima. Deberíamos pedirle a un profesional que viniera a ver las humedades”, relata poco después Tamara en su periplo palaciego.
Un redactor de Vanitatis ha podido visitar El Rincón recientemente. La madera del suelo está blanquecina. Necesita un buen barnizado. Las paredes tienen que ser repintadas por completo. Y eso, en la parte donde no hay papel decorativo desconchado. Hay zonas abuhardilladas donde la escayola del techo ha cedido completamente y todos los escombros están aún sin retirar del suelo. Por el agujero se puede ver el entramado de cañas y yeso que hay bajo el tejado de madera. En otras zonas del palacio, el techo está abombado, con humedades y grietas en la escayola. Según Tamara, hay “5.000 metros cuadrados de techo para arreglar”.
En sus buenos tiempos, El Rincón y sus propietarios llegaron a tener un servicio de hasta 50 personas. En la actualidad, todo es mucho más modesto. No hay mucho rastro de la gloria de los tiempos pasados. Como muestra el hecho de que los trabajadores que reciben a los visitantes se desplazan por el interior de la finca en un desvencijado Toyota Land Cruiser verde oscuro que tiene el parachoques desencajado y abollado.
En octubre, un equipo de una cadena de televisión nacional visitó todas las estancias del palacio con el objetivo de grabar en su interior uno de los programas de fin de año. La idea quedó rápidamente descartada tras ver el estado de los desperfectos que presenta El Rincón.
Construido en 1862 por orden del marqués de Manzanedo y duque de Santoña, El Rincón fue ampliado en 1909 y reformado en 1967. Tiene más de 30 habitaciones, aunque solo se usan las pocas que están en la parte privada, donde se encuentra el cuartito con dos camas individuales -funda blanca y cojines rojos- en el que hacían su vida Carlos Falcó y Esther Doña. La habitación tiene una chimenea y está decorada con papel de formas naturales en color blanco y verde. La decoración se completa con un tocador de madera y un escritorio. Desde esa habitación se accede a un precioso baño con suelo de madera, muebles de madera y mármol con grifería de hierro, un pequeñito retrete, una estufa antigua y una bañera con mampara de cristal.
“Lo más bonito y lo mejor es la estructura del palacio y los jardines”, explica Esther Doña. “Por dentro es una casa antigua. Un palacio muy antiguo en el que se mantiene todo como era en sus principios (...). Nosotros sí vivíamos allí, pero utilizábamos solo una pequeña parte del palacio”, añade. “El resto se utilizaba para bodas. La finca siempre se ha estado financiado con bodas y rodajes de series y películas. Las bodas se hacen en los jardines y en una zona de las caballerizas, habilitada por si el día sale lluvioso y hay que cambiar el sitio de la celebración”. Alma Blanca Eventos se encarga de gestionar el espacio para las bodas entre particulares. “A mí me trae unos recuerdos preciosos, allí he vivido los mejores años de mi vida y es el lugar donde me casé. Mi marido adoraba esa propiedad”, concluye Esther.
Por sus 123 hectáreas han pasado y cazado varios Borbones. El semanario 'Blanco y Negro' recogía el 25 de enero de 1908 las fotos de la cacería regia de Alfonso XIII en El Rincón, en la que se cobraron 1.400 piezas, de las cuales correspondían al rey cerca de 400. “Terminada la cacería, tomaron el té los cazadores en el palacio, que estaba espléndidamente adornado con bellísimas orquídeas, traídas de París, y cientos de luces, llevadas por los ojeadores, que daban un aspecto bellamente fantástico al regreso de los expedicionarios”.
Tras la Guerra Civil, el palacio pasó a manos de Juan Manuel Mitjans y Murrieta y su esposa, Paloma Falcó. Al morir sin hijos se la dejó en herencia a su sobrino, Carlos Falcó, padre de Tamara y Manuel Falcó. La finca tiene jardines, un viñedo en espaldera y un bosque de bambú que da de comer a los osos panda del zoo de Madrid. En los setenta llegó a albergar un zoo (Parque Safari El Rincón) con 435 animales, entre ellos 22 rinocerontes y 60 leones en libertad. Fue una idea entonces del marqués de Cubas y su hermano, el marqués de Griñón.
No es ningún secreto que la finca El Rincón no es ese majestuoso palacio que todas las tardes se abre a los espectadores de ‘La promesa’ en La 1 de Televisión Española. Escenario idílico para grandes historias televisadas de la alta nobleza, el Downton Abbey español dista mucho de ser ese lugar de ensueño que aparenta tras sus muros de piedra recubiertos de hiedra. Y esto no es ajeno al espectador porque la propia Tamara Falcó, que se casará allí dentro de cuatro meses y medio, ha sido la primera en enseñar a todos los seguidores de su serie en Netflix el estado calamitoso que la centenaria construcción presenta por dentro. “Muy bien, aquí todo se va cayendo”, reconoce ella misma.
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