Rosario Domecq, la elegante mujer y gran apoyo del Juli en su adiós a los toros

En la salud y en la enfermedad. En los buenos y en los malos momentos. De este modo llevan más de veinte años juntos Julián López, más conocido para los amantes al toreo como el Juli, y su esposa, Rosario Domecq, que superaron todos los escollos de su amor juvenil para convertirse en marido y mujer y formar una familia, de la que el torero tendrá ahora más tiempo para disfrutar una vez anunciado su adiós a los ruedos.

"No es una retirada, es el final de una etapa que, por cierto, ha sido maravillosa. Sobre el futuro solo el tiempo dirá", aseguraba el diestro cuando comunicaba su decisión de cortarse definitivamente la coleta. "Se acaba una etapa y empieza otra en la que necesito vivir muchas cosas que, debido a mi entrega a esta profesión, no he podido disfrutar, como pasar más tiempo con mi familia, gozar de mis aficiones y ver la vida desde otra perspectiva, sin la presión de mi situación, mi nombre o mi responsabilidad".

A su lado en estas últimas corridas, como en las primeras, ha estado la madre de sus tres hijos, con la que se daba el 'sí, quiero' ante 400 invitados, entre ellos muchos compañeros de profesión del novio, en una bonita ceremonia celebrada en 2007 en la capilla de Santa Catalina del convento de Santo Domingo de Jerez, donde su familia lleva celebrando sus nupcias desde el siglo XVIII.

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Pero el camino hacia ese momento no había sido fácil. Pese a que la relación entre Julián y Rosario había saltado a los medios en 2001, cuando él tenía tan solo 18 años y ella 22 y trabajaba en una galería de arte en Madrid, su noviazgo fue más largo de lo previsto antes de que pudieran pasar por el altar. La razón, según publica el portal 'Chic', es que el padre de ella, el exjugador de polo y ganadero Pedro Domecq y Urquijo, no veía con buenos ojos la relación.

Pese a que por aquel entonces el torero ya tenía sobrado prestigio y una buena cuenta corriente, su futuro suegro prefería otro pretendiente para su hija, por lo que debieron llevar su romance con la máxima discreción. Superadas las reticencias paternas y una vez casados, llegarían sus tres hijos. En septiembre de 2011 nacieron sus mellizos y en marzo de 2014 llegó al mundo su tercera hija.

Hombre de familia, dentro del perfil bajo del que siempre ha hecho gala en lo tocante a su faceta más privada, ha asegurado en más de una ocasión que no quiere que sus pequeños sigan los pasos en el mundo del toreo y se ha referido a su mujer como "el centro de todo lo que me pasa, participa de cuantas decisiones he vivido, buenas y malas, huyendo de toda notoriedad, de los focos, quedándose en un segundo plano. Lo que alabo, pues lo verdaderamente importante es lo que haces en la vida y no lo que te reconozca gente externa a tu familia".

Descendiente de una destacada dinastía jerezana e integrante de las pandillas más vip de Sotogrande junto a Carla Vega-Penichet o su propia prima Inés, marquesa consorte de Almenara, Rosario Domecq hace suya también la discreción de su marido y no suelen ser asiduos a los photocalls ni a las exclusivas.

Sí nos podemos asomar a su lado más íntimo a través de su muro de Instagram, donde alterna sus momentos más familiares con encuentros con las amigas –mantiene una buena relación con las hijas de Bertín Osborne por parte de su madre, Sandra Domecq– con otras publicaciones que nos dan idea de sus aficiones e incluso de sus inclinaciones políticas.

De este modo, lo mismo que mostraba su adhesión a la monarquía con un elogioso post hacia Felipe VI, celebraba un triunfo de Rafa Nadal, dándole las "gracias por ser español, por poder ponerte de ejemplo a nuestros hijos, significas todo lo que debe ser una persona".

Del mismo modo, en más de una ocasión se ha deshecho en elogios desde sus redes sociales con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. "Cuando hay un político que se moja, que lucha por sus ideas que no por sus ideales, que se preocupa por su gente, el pueblo lo capta", decía en 2021 después de asegurar que había votado por ella.

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M. Guerrero (Sevilla)

Gracias a su amplia formación cultural, Rosario se ha convertido con los años también en la Pigmalión de su esposo, tal y como este confesaba en una entrevista con la revista 'Jot Down'. "He tenido la oportunidad de viajar mucho debido a mi profesión y además he conocido a gente que me ha ayudado a desplegar esa inquietud de saber y conocer que, cuando niño y adolescente, no pude desarrollar. También influye mucho mi mujer, que me ha enseñado cosas que desconocía relacionadas con la pintura, la literatura, el teatro… Me fío de ella y ella tira de mí. ¿Vamos a Málaga para algo mío? Pues aprovecha, me lleva y me explica Picasso", decía el torero con admiración sobre su media naranja.

Pero no todos los momentos que han vivido juntos han sido placenteros. Especialmente grave fue la cogida que el Juli sufría en 2013 en la plaza de toros de la Maestranza en Sevilla. Entonces, tras ser operado de urgencia en la plaza, era trasladado en ambulancia a la clínica Sagrado Corazón de la capital hispalense. En la ambulancia le esperaba su mujer, que le agarró de la mano, le dio un beso y no quiso separarse de él en ningún instante.

Ese mismo año, los dos debieron enfrentarse a otro importante susto al sufrir un accidente de tráfico en el vehículo en el que iban con sus dos hijos mayores y la cuidadora de estos durante un viaje a Extremadura. Por fortuna, tan solo resultaron heridos leves aunque debieron ser evacuados al hospital de Mérida en tres ambulancias.