Las hermanas Corsini invierten en ladrillo: las dos casas que están reformando a su gusto

Laura Corsini atraviesa uno de los momentos más dulces de su vida. Con su empresa Bimani creciendo a toda velocidad y trayéndole varios millones de euros de facturación cada año, en el plano laboral ha visto cumplido uno de sus sueños con creces. No ha sido el único, en los últimos años se ha casado con el que se ha convertido en el amor de su vida, Javier Ibáñez, y también ha sido madre de un bebé del que está plenamente enamorada y al que dedica todo el tiempo que puede, Juanito.

Una vida de ensueño que en unas semanas comenzará a desarrollarse en el interior de la impresionante casa que adquirió a finales de julio. En pleno verano, la empresaria y su marido firmaron las escrituras del chalé que siempre habían querido comprarse. Una vivienda unifamiliar ubicada en Pozuelo de Alarcón donde asentarse para siempre, criar a su familia y continuar trabajando en Bimani con el tesón que la ha colocado a la cabeza de una industria tan competitiva como es la textil en España.

La casa, construida sobre un terreno de unos 700 metros cuadrados, cuenta con casi 400 de superficie divididos en varias plantas que ahora mismo se encuentran en obras. El matrimonio ha querido tirar la casa prácticamente entera abajo para adaptarla a sus gustos y necesidades lo máximo posible.

Laura Corsini dedica mucho tiempo a su empresa y es indudable que destinará parte de su nueva inversión a crear un espacio en el que poder hacer sus famosos directos desde casa y almacenar todas las prendas que colecciona desde que comenzó su aventura empresarial, y separarlo de su vida personal.

Proveniente de una gran familia numerosa, no hay duda de que todo el espacio posible entre salón y cocina será clave para celebrar todo lo bueno que está por venir. Además, el amplio jardín, la terraza con porche y la piscina al fondo de la parcela harán las delicias de la joven familia en cuanto empiece el buen tiempo cada año. Según expertos en el sector inmobiliario, una casa de esas características en la misma zona rondaría los 1,3 millones de euros.

Ahora, el matrimonio vive de alquiler en un apartamento decorado con gusto. Con un toque moderno y colorido, es un fiel reflejo del estilo a la hora de vestir de la CEO de Bimani. No hay duda de que su hermana mayor, Marta, arquitecta de profesión, la estará aconsejando.

De hecho, es en sus manos en las que otra de sus hermanas, Alejandra, ha puesto la reforma de la casa que también se ha comprado este año. Alejandra y su marido, Alejandro Muñoz Lazaga, adquirieron a principios de año un apartamento en Mirasierra.

Una vivienda de algo más de 200 metros cuadrados que también están reformando a su gusto y cuyo precio de mercado podría rondar los 700.000 euros. Alejandra, que durante todo su embarazo ha estado volcada en las obras, ha ido compartiendo en redes sociales el paso a paso de esta reforma para la que cada día queda menos. Antes de la obra, tal y como ha podido saber Vanitatis, la casa constaba de vestíbulo, pasillo de distribución, salón comedor con terraza, seis dormitorios, uno de ellos de servicio, cuatro baños y cocina office con tendedero y despensa.

El matrimonio, que dio la bienvenida a principios del mes de octubre a su tercer hijo en común, la pequeña Gadea, también se mudará próximamente a esta nueva casa que, como decíamos, están poniendo a su gusto en cada detalle.

Ambas hermanas, que además han vivido parte de sus embarazos de manera simultánea, han seguido una suerte de vidas paralelas este 2023 que tantas alegrías les ha traído.

Además de estas que acaban de comprar, ambas tienen otra casa cada una a su nombre. La de Laura, que también reformó por completo, formó parte de alguna manera de los inicios en redes del universo Bimani. Decorada en tonos pastel con algunos toques de dorado, su decoración romántica con cierto toque de bistrot chic parisino sirvió de inspiración para muchísimas de sus clientas, que incluso le pidieron que se aventurara a crear su propia línea de decoración.

Una idea que siempre ha rondado su cabeza y que quizá ahora que tiene que decorar una casa entera por fin termine de empujarla a dar el paso.