Ignacio Manrique de Lara, el discreto marido en la sombra de Nadia Calviño
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos es madre de cuatro hijos y, como todos los políticos, muy celosa de su vida privada
Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra del Gobierno de España, deja hoy su cargo público en el Gobierno. Un adiós que nos lleva a recordar el gran apoyo de la política durante estos casi cuatro años: su familia. Así lo reconocía ella misma en su nombramiento: "Quiero dar las gracias a mis compañeros del Consejo de Ministros, al equipo del Ministerio de Asuntos Económicos y a todos los ciudadanos que me han trasladado la inmensa energía positiva de nuestro país. También a mi familia, por su paciencia y constante apoyo".
Un pequeño guiño familiar que ha sido una de las escasas muestras de su vida privada que la ministra ha hecho públicas. La exvicepresidenta gallega marcó su carácter desde el primer momento. Iba de gris en la foto de aquel primer Gobierno de Pedro Sánchez en la escalinata de la Moncloa, cuando el pantone dominante entre las ministras era el rojo. El suyo no es un perfil político, sino tecnócrata, con una carrera brillante en España y Bruselas que ha podido compaginar con una vida familiar tan intensa como pueda imaginarse teniendo en cuenta que es madre de cuatro hijos.
"Indudablemente, ha habido momentos en mi vida en los que ser mujer y tener hijos ha sido un desafío adicional desde el punto de vista de mi carrera, en otros me ha ayudado porque ha habido políticas más decididas para favorecer la llegada de mujeres a puestos de responsabilidad [...]. Se ha progresado, pero queda mucho camino por recorrer hasta la paridad", dijo en una entrevista.
Quienes hablan bien de Calviño hablan aún mejor de su marido, Ignacio Manrique de Lara, un madrileño de raíces extremeñas, economista como su mujer, primogénito de una familia numerosa, rostro sonriente en la única foto que hay de él en redes sociales, profesional anónimo que jamás acompaña a su esposa a actos oficiales. Los datos sobre su pareja escasean, algo completamente deliberado. "No solemos dar muchos detalles personales de la vicepresidenta", se excusan amablemente en el Ministerio cuando les preguntamos.
Su refugio en Extremadura
Cuando el trabajo se lo permitía, hacía escapadas a Extremadura, donde la familia de su marido gestiona una importante finca. El diario 'Hoy' desveló su relación con esta tierra de dehesas, en un reportaje donde revelaban que la suegra de Nadia Calviño es María Dolores Fernández Gironza, "una de las sobrinas de don Isaac".
"Así, sin necesidad de añadirle apellido, llaman casi todos en Zalamea [de la Serena] a Isaac Albarrán Marzal, coronel de Infantería de Marina e importante empresario de su época. Ganó dinero con los olivos, los eucaliptos y con el ganado ovino, caprino y sobre todo vacuno, aunque también con los caballos de pura raza española. Estos se siguen criando en El Rincón de las Yeguas, la finca de 500 hectáreas donde está la ganadería que él fundó en 1988 y que lleva su nombre", detallan.
Don Isaac falleció sin hijos y fueron sus sobrinos quienes heredaron su patrimonio. "Una casa solariega" en el centro del pueblo y varias fincas en la comarca de La Serena que administra principalmente la suegra de la vicepresidenta. En las fincas hay ganado y cultivos. La ministra y su marido, que se crio en Majadahonda, visitan la zona con alguna frecuencia, como hizo notar el periódico local.
La conexión extremeña de Nadia Calviño https://t.co/j5cKPfk36w
— Diario HOY (@hoyextremadura) June 27, 2020
También le gusta visitar Lalín o A Coruña, las tierras gallegas de su familia y de su infancia. Como es sabido, Calviño es hija de quien fuera presidente de Radio Televisión Española con Felipe González, José María Calviño, y nieta de una maestra de escuela de la aldea de A Xesta. La familia se marchó a Madrid, donde la ministra y su hermano Iván estudiaron en el emblemático Colegio Estudio, un centro inspirado en los principios de la Institución Libre de Enseñanza a donde acudía toda la progresía de la capital.
Su marido: Ignacio Manrique de Lara
La vicepresidenta estudió Económicas en la Universidad Complutense (Derecho lo completó por la UNED), donde también se formó su marido, Ignacio, aunque ella es un par de años mayor que él. La carrera de Manrique ha sido también prolija e internacional. Ha contado con puestos de responsabilidad en Santillana o Panda Security, y ha trabajado en Bélgica y Países Bajos, además de en Madrid. Su especialidad es la disciplina del momento, el marketing digital, donde es uno de los referentes del sector. Cuando Pedro Sánchez le ofreció a Calviño volver a España tras 12 años en las instituciones europeas para trabajar por su país, el economista hizo el petate y toda la familia volvió a la capital. Apoyo incondicional y paciencia.
Hoy trabaja como director de Marketing en una empresa del ramo, donde ha puesto en marcha proyectos tan innovadores como incorporar contenidos de ocio a la web de Páginas Amarillas. En los medios del sector se le consulta a menudo, y principalmente durante la pandemia, cuando las redes sociales se convirtieron en la vía de salvación para muchas pequeñas y medianas empresas. "A muchas empresas pequeñas y autónomos les cuesta entrar en las redes sociales porque creen que no pueden crear un contenido a la altura de las grandes firmas y les va a llevar mucho tiempo. Sin embargo, con un smartphone, una tablet o un ordenador, ilusión y dedicación suficiente, se puede crear una buena imagen de marca", explica Ignacio, que publicó una guía de consejos para estar en Instagram, Twitter, Facebook o YouTube.
Cuando volvieron, la familia se instaló en el mismo barrio en el que habían vivido siempre, en Mirasierra, donde residen en una casa unifamiliar. Cuando el Boletín Oficial del Estado publicó el estado patrimonial de los altos cargos, Calviño declaró tener 288.675 euros en bienes inmuebles y 46.955 euros en cuentas de ahorro. Sin deudas. Al no tratarse de una declaración de bienes como tal (Calviño no es diputada), su ejercicio de transparencia es más bien somero. La ministra posee además otro piso con su plaza de parking en la misma zona.
La vicepresidenta tiene poco tiempo libre, pero tiene. Cuando puede le gusta acercarse al Teatro Real (toca el piano), disfrutar de exposiciones de pintura, marcharse a hacer turismo rural y practicar eso tan complicado hoy en día: la calma.
Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra del Gobierno de España, deja hoy su cargo público en el Gobierno. Un adiós que nos lleva a recordar el gran apoyo de la política durante estos casi cuatro años: su familia. Así lo reconocía ella misma en su nombramiento: "Quiero dar las gracias a mis compañeros del Consejo de Ministros, al equipo del Ministerio de Asuntos Económicos y a todos los ciudadanos que me han trasladado la inmensa energía positiva de nuestro país. También a mi familia, por su paciencia y constante apoyo".