Álvaro de Marichalar: “A mi sobrina Victoria le encanta lo que hago”

Conocido mediáticamente por su origen nobiliario, Álvaro de Marichalar se define a sí mismo como un auténtico explorador. No es para menos. El aventurero especializado en las expediciones marítimas a bordo de motos de agua ha sido el único hombre en cruzar el Atlántico a bordo de una de estas embarcaciones, logrando con ello uno de sus 14 récords mundiales.

Dentro de uno de sus descansos profesionales, el que también fuese piloto de aviación ha encontrado el momento perfecto para emprender un nuevo proyecto relacionado con sus conocimientos del mar y el medioambiente: dar conferencias en colegios, universidades e incluso gobiernos de Latinoamérica. Una labor de la que sus sobrinos Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, según él mismo confiesa, se sienten orgullosos y que explica en profundidad en una entrevista en exclusiva con Vanitatis.

¿Qué estás haciendo en Colombia?

Estoy dando conferencias en universidades y colegios para visibilizar el cuidado del mar por todo el sur de Hispanoamérica desde hace dos meses mientras espero en Panamá a poder cruzar el canal del Atlántico al Pacifico y seguir con mi ruta de vuelta al mundo. Hay trámites farragosos y, como no quiero perder el tiempo, estoy haciendo esta gira. Ya he estado en siete países y ahora he recalado en Colombia. He estado en la Escuela Naval de Cartagena y también en Bogotá en el Congreso.

¿Qué supone para ti ir al Congreso de la República?

Es un gran honor estar en los parlamentos de estos países hermanos, igual que lo hice en Uruguay y Costa Rica. Me invitan para que hable de la historia que une a las naciones hispanoamericanas a través del recuerdo del quinto centenario de la primera vuelta al mundo.

¿Lo que haces son charlas sobre el medioambiente?

La misión principal de mi expedición es la lucha contra el plástico y la contaminación en los mares, océanos, ríos y lagos del planeta. En todos los parlamentos de todo el mundo se están tomando muy en serio este tema. Valoran el hecho de crear esa conciencia medioambiental, buscando soluciones sostenibles y rentables. Llevo 42 años con ello y mi experiencia es lo que yo cuento.

Un gran reto. ¿En qué incides?

Para empezar, en la gasolina, que yo utilizo procesada y destilada de basura plástica. Los poderes públicos quieren saber cómo es este sistema para utilizarlo. La sostenibilidad no se puede quedar en titulares y palabras. Tiene que ser rentable y buena para la sociedad.

¿Cuál es el mayor peligro de no ser conscientes de la necesidad de la sostenibilidad?

Que no nos demos cuenta de la importancia que supone utilizar plásticos. Un refresco en una botella de plástico, un envoltorio de cualquier alimento, un utensilio… Hay que reutilizarlos, no pueden acabar en el agua, donde se convierten en microplásticos y entran en la cadena alimenticia a través de los peces.

En España, ¿cómo está la situación?

Hace cinco años que estoy fuera y no la conozco. Insisto en que cada vez hay más conciencia, aunque nunca es suficiente. El respeto empieza por el propio individuo. Primero no tires basura a tu propia vida y verás como también respetarás el mar.

Tienes varios récords del mundo… ¿Cómo financias estos viajes?

Tengo catorce. Mi política es la siguiente: supedito el apoyo de los patrocinadores al éxito; creo que soy el único caso en el planeta Tierra. Mi negociación es muy fácil: le pongo la marca en mi embarcación, el patrocinador no paga nada y si acaba bien la expedición entonces a posteriori paga una parte por la exposición pública. Lo que se llama asumir el riesgo empresarial.

Con esta vida nómada, ¿es complicado tener familia?

La familia la supeditas a la misión. Cuando Dios quiera la tendré.

¿Qué te consideras: más deportista o aventurero?

Soy sobre todo explorador del alma, de la vida, de los horizontes…

Quedáis poco aventureros…

Porque no compensa salir de la zona de confort y nosotros lo que hacemos es precisamente dejar ese confort atrás. La sociedad actual no lo prima porque es mucho más acomodada. Los exploradores que quedamos sabemos que la existencia hay que vivirla intensamente. Vemos las películas nuestras. No tengo televisión desde el año 98 porque prefiero ver mi vida. El poco tiempo que tenemos considero que hay que vivirlo.

¿Cómo te cuidas para mantener el equilibrio en tu vida profesional?

Llevo una vida muy sana. No bebo, no fumo y lo que tengo es el equilibrio entre la mente y el físico. No como nada que no sea sano. Mi cuerpo está acostumbrado a mantener vigilias. Por ejemplo, en las expediciones puedo estar sin comer hasta dos días porque en mi embarcación no cabe casi nada. Lo que sí tengo muy claro es la importancia de tener una actitud de no quejarse. Todo me parece bien, todo es una maravilla y las necesidades físicas se convierten en anecdóticas.

¿Qué te gustaría hacer que no hayas hecho?

Formar una familia, tener hijos. Por ahora tengo veintidós sobrinos y estoy encantado con todos ellos. Y espero encontrar una novia.

Tus embajadores en Colombia son la empresaria Ivette Uhia y su marido el torero Gitanillo de América.

Los conozco desde hace muchos años. Son mis padrinos, me presentan a personas, me organizan conferencias. Son ángeles que ayudan a todo el mundo.

Eres miembro de la Real Academia del Mar.

Sí, somos un grupo de personas del ámbito académico, de la universidad, de la navegación, de la milicia… Nos reunimos para intentar ayudar al conocimiento de la mar. Representa 70% de las superficies del planeta y hay que conocerlo para cuidarlo, respetarlo; tanto en el aspecto medioambiental como en el histórico.

¿Sabes que el hijo de la infanta Cristina, Miguel, ha estudiado el mar? ¿Lo llevarías a alguno de tus viajes?

Sí, lo sé. Yo llevo a todo el mundo que le guste la mar, que la entienda y le guste aprender de esa enseñanza increíble que es la universidad que uno encuentra en la catedral del mar. Es un espacio místico, donde está presente en todo momento Dios.

¿Alguno de tus sobrinos sigue tus pasos?

La verdad es que no. No he tenido suerte. Les da un poco de miedo a todos.

Victoria tiene su perfil con muchos seguidores, lo que podría servir para dar más visibilidad a tu campaña de cuidar el medioambiente y a tus viajes…

A mi sobrina le encanta lo que hago, lo que pasa es que son ámbitos muy distintos. A la familia Borbón le gusta el mar.