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Sandra Garal, de arquitecta a empresaria beauty: “Mi firma tenía que ser de marca España y vegana”
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Sandra Garal, de arquitecta a empresaria beauty: “Mi firma tenía que ser de marca España y vegana”

Sandra Garal saltó a la fama por su anterior relación, pero nadie conoce su historia personal de emprendimiento y resiliencia. La comparte junto a Vanitatis con motivo del lanzamiento de su marca de cosmética Sainte Beauty

Foto: Sandra Garal en una imagen de Sainte Beauty ( Cortesía )
Sandra Garal en una imagen de Sainte Beauty ( Cortesía )

Perdonar es viajar al pasado y regresar sano y salvo”. Esta es una de las frases que se encuentra dentro del libro que Sandra Garal lleva en la mano, una reflexión que parece resonar con su propia vida. Al llegar a la cafetería donde nos encontramos, lee la frase antes de guardarlo en su bolso. Con una calma que refleja meses de introspección, se sienta y pide un té matcha, dispuesta a comenzar una conversación que, por fin, le permite hablar de sí misma.

Llevo más de seis años siendo una persona conocida, y prácticamente nadie sabe a qué me dedico”, dice con naturalidad, como quien ha estado bajo el ojo público, pero sigue siendo desconocida para muchos.

La intrahistoria de Sandra es un viaje de luces y sombras, una historia de transformación personal. De niña rebelde, perteneciente a una familia unida de un barrio humilde de Madrid, a estudiante ejemplar, todo ello tras superar una enfermedad que la obligó a madurar rápidamente. Con esa nueva perspectiva de la vida, se graduó en arquitectura, pero su camino dio un giro inesperado cuando, de un día para otro, su relación con el entonces futbolista del Real Madrid, se hizo pública. Pasó del anonimato a una ventana abierta a críticas y opiniones ajenas, donde las fronteras parecían difusas y el juicio constante.

placeholder Sandra Garal en una imagen de su campaña para Sainte Beauty ( Cortesía )
Sandra Garal en una imagen de su campaña para Sainte Beauty ( Cortesía )

Escribir ha sido una fuente de comprensión conmigo misma

Sandra ha resurgido después de pasar una de las etapas vitales más complicadas al enfrentarse a su divorcio tras más de seis años de noviazgo y diez meses de casados, un dolor que quedó reflejado en un diario escrito por ella: ´el diario de las sombras´ que también se encuentra en el interior de su bolso. “Lo escribí durante aquellos meses complicados. Escribir se convirtió en una fuente fundamental de comprensión conmigo misma y una manera de canalizar las emociones. Pero mira, después en enero escribí el de la luz, en el que se refleja esa Sandra que se ha levantado y tiene ganas de seguir adelante…” cuenta.

Lucho por dejar de ser la pareja de y que se me conozca como CEO de Sainte

Pero, ¿quién es realmente Sandra Garal? Esa es la pregunta que, a pesar de los titulares y las portadas, sigue sin respuesta clara. Hoy, por primera vez, vamos a descubrir su intrahistoria. “Mi lucha ahora es dejar de ser ´la pareja de´ y que se me conozca como Sandra, como fundadora de Sainte Beauty”, dice sobre la marca de cosmética que acaba de lanzar.

Una infancia feliz y una madurez precoz

Su infancia es el eje del inicio de nuestra conversación, y Sandra la recuerda con cariño, esbozando una sonrisa. “De pequeña era muy rebelde, estaba constantemente picando a mi hermano mayor. Siempre fui inquieta, traviesa y con mucha curiosidad”, dice entre risas. Estudió en tres países diferentes, y con dieciséis años decidió marcharse a Escocia a estudiar inglés. Tras salir de casa y regresar, Sandra pasó de la rebeldía a la responsabilidad.

Nunca había hablado de la enfermedad que pasé de niña

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Sandra Garal en una imagen de infancia de álbum familiar ( Cortesía )

“Maduré antes de tiempo por enfrentarme a una enfermedad que nunca he contado. Sentía que, al hablar de ella, la hacía común o era una forma de exponerla, cuando no lo es”, explica, refiriéndose a la anorexia. Hoy, lo comparte como un mensaje de esperanza: “Todo pasa y el tiempo todo lo cura, con lucha, esperanza y valentia”.

De esa etapa complicada surgió una nueva Sandra, la de la delegada de clase, centrada, de notas ejemplares y segura de sí misma. “Había niñas que me decían cómo podía ser tan segura. Yo pensaba: si supierais todo lo que he pasado…”.

Todas las personas con sensibilidad tienen una rama artística

Sandra siempre mostró interés por todo lo relacionado con el arte: “Todas las personas que tienen cierta sensibilidad aprecian cosas que otros no ven y desarrollan ramas artísticas. Desde niña he sido una apasionada del arte, la poesía, la lectura, lo estético y visual… Por ello, como tenía muy buenas notas podía acceder con facilidad a la carrera de arquitectura. Que me parecía interesante y también me abría un abanico de creatividad”. El último año de la carrera de arquitectura se fue a Puerto Rico. “Fue allí cuando volví a conectar con ese espíritu rebelde que tenía de niña, disfruté mucho”.

De reformar la casa de la modelo Blanca Padilla a crear su propio estudio

“Empecé como becaria en el estudio Daar de Madrid donde había varios departamentos y yo estaba en uno enfocado a la parte de diseño de interiores. Aprendí mucho y finalmente me quedé allí a trabajar” cuenta.

Es muy gratificante cumplir los sueños de un cliente y construir un hogar

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Sandra durante una obra ( Cortesía )

Sandra fue ganando confianza con cada nuevo reto y adentrándose de lleno en proyectos que, poco a poco, le dieron alas. “Me enfoqué más en la parte inicial, en el diseño previo al interiorismo y la reforma de las casas. Mi último trabajo en el estudio fue la reforma de la casa de la modelo Blanca Padilla. Ahí entendí que realmente podía tomar las riendas de un proyecto sola y, además, me di cuenta de que había gente interesada en mi trabajo. Muchas personas me escribían pidiéndome consejo o contándome que querían reformar sus casas”, recuerda.

placeholder Sandra Garal durante una obra ( Cortesía )
Sandra Garal durante una obra ( Cortesía )

Fue en ese momento cuando Sandra decidió dar un paso al frente y fundar Saint Studio, su propio estudio de arquitectura. Con el tiempo, la vida la llevó por otros caminos, y aunque ahora ha decidido centrarse por completo en Sainte Beauty, su marca de cosmética, el eco de aquellos proyectos aún resuena. “Seguía recibiendo propuestas cuando decidí centrarme en Sainte. Gracias a un equipo, puedes cumplir los sueños de los clientes y diseñar su hogar, que es nuestro lugar más intimo... eso no tiene precio”.

Estoy aprendiendo a no basar mi valía únicamente en el trabajo

De su vida en Paris al nacimiento de Sainte Beauty

"Una de las cosas que estoy aprendiendo es a no basar mi autoestima en el trabajo", confiesa Sandra. "Siempre ha sido para mí una necesidad, una forma de sentirme válida, de demostrarme a mí misma”.

Sandra se mudo a París a emprender un nuevo proyecto en su vida personal: "Al llegar, tuve una crisis existencial. Todos mis clientes estaban en España", recuerda. Aunque en cuestión de días, ya estaba inmersa en la construcción de una casa en Mallorca, gestionando la Fundación de la que era entonces su pareja y organizando viajes con marcas.

placeholder Sandra Garal en un desfile de moda durante su etapa en Paris ( Cortesía )
Sandra Garal en un desfile de moda durante su etapa en Paris ( Cortesía )

Su curiosidad e interés por el sector la llevó a explorar el maquillaje desde un enfoque profesional. “Fue un momento en el que sentía la necesidad de crear algo propio”, confiesa, "porque el estudio de arquitectura lo había pausado debido al cambio de ciudad y solo tenía el proyecto de la casa en Mallorca”.

La producción de los productos de Sainte es vegana y española

Así, Sandra se puso manos a la obra. Con el apoyo de Twic, su agencia de comunicación, y MELV, su agencia de diseño, comenzó a dar forma al branding, a definir los productos y a trazar el enfoque de su proyecto. Cada mañana se despertaba investigando, conversando con profesionales del sector, buscando referentes… Y, poco a poco, fue tejiendo lo que hoy es una realidad: Sainte Beauty.

Sainte Beauty, mucho más que una marca de cosmética

Sandra tenía claro que quería apoyar el producto nacional, así que, a pesar de la distancia, encontró un buen laboratorio en España. "Quería que fuese una marca española y también una producción sostenible y vegana. Me quedé muy tranquila cuando descubrí que, por ley, si creas una marca de cosméticos en España, la producción debe ser cruelty-free -productos no testados en animales-. Era una condición indispensable para mí", cuenta.

placeholder Sandra en una imagen de la campaña de Sainte Beauty ( Cortesía )
Sandra en una imagen de la campaña de Sainte Beauty ( Cortesía )

Comenzó a recibir los productos y, con meticulosidad, probaba calidad, texturas y colores en ella misma. "Tenía muy claro lo que quería: algo natural, agradable, que no fuera nada pastoso…”.

Cuando parecía que todo estaba tomando forma y que Sainte se iba a convertir en una realidad, la vida de Sandra dio un giro inesperado con su divorcio. "Vuelvo a Madrid y, de repente, Sainte deja de tener sentido para mí. Es un proyecto que nació de la necesidad de crear algo desde París con mi nueva vida. Estuve a punto de tirar la toalla”.

Sainte y Sandra han crecido de la mano y me gustaría ayudar a otras mujeres a hacerlo

Pero un día, durante una cena, una amiga le dijo: "¿Cómo vas a dejar Sainte si ha sido tu motor durante todos estos meses?". Y, de repente, algo hizo clic en Sandra y decidió centrarse en seguir desarrollando Sainte desde Madrid.

Sainte es más que una marca de cosmética, es una filosofía y una comunidad

placeholder Sandra Garal en una imagen de la campaña de Sainte Beauty ( Cortesía )
Sandra Garal en una imagen de la campaña de Sainte Beauty ( Cortesía )

"Por eso, Sainte es más que una marca de cosmética. Es un concepto, un reflejo de una mujer resiliente y fuerte. Ayudar a esas mujeres que se tiran piedras, que no se quieren... Porque yo también he pasado por eso y las entiendo. Por ello, a todos nuestros clientes les mandamos un newsletter cada semana con recomendaciones saludables, libros que he leído que me han ayudado, entrenamientos… Quiero que Sainte se convierta en una comunidad unida de mujeres que se apoyan. De hecho, me encantaría hacer eventos y charlas”.

Del anonimato a la fama y una fuerte reivindicación

"Me encanta la frase: 'Vendo todo lo que sé, por la mitad de lo que no sé' ", dice Sandra. "Siento que aprendo cada día de todo lo que me pasa, aún me queda tantísimo por aprender. La curiosidad no se sacia nunca. Cuando vas descubriendo nuevos mundos y afrontando retos, no puedes parar”.

Estamos en un momento en el que debemos posicionarnos por nosotras mismas

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Sandra Garal en la fiesta de Vanitatis

"Me gustaría incentivar a las mujeres a hablarse bonito", dice, reflexionando. "Estamos en un momento en el que debemos posicionarnos por nosotras mismas y aprender a no criticarnos ni tirar piedras sobre nuestro propio tejado, porque ya se encarga la sociedad de ponernos dificultades”.

Aunque Sandra afirma que aún le queda mucho por aprender, en este caso, habla con conocimiento de causa. Sus palabras están marcadas por su experiencia vital, una experiencia que no duda en compartir para concienciar y mostrar la realidad que ella misma vivió.

En cuanto se hizo pública mi relación, hubo un tsunami de odio

Sandra recuerda cómo, en cuanto su anterior relación se hizo pública, se desató un tsunami de odio. “Fue increíble. Empezaron a hacer un linchamiento y a inventarse muchas cosas sobre mí. Llegaron hasta a poner en duda mi profesión"

Como sociedad deberíamos reaccionar ante el linchamiento y las injusticias

"La gente empezó a buscar fotos mías de cuando era más pequeña y decían: 'mirad, Sandra en realidad no es tan guapa'. ¿Y qué pasa? ¿Por qué tiene una mujer que ser perfecta solo por estar al lado de un hombre con cierto éxito? Como sociedad, aún nos queda tanto por avanzar…

Ahora, al observar casos similares, Sandra siente impotencia. "¿No pueden alegrarse por la felicidad de los demás o simplemente dejarlo estar? Tienen que empezar a investigar su pasado, a juzgar sin saber, sin contrastar... Es una pena”. "Fue duro", admite, "Pero en ese momento estaba tan enamorada que terminó dándome igual. Aún así, siento que ese comportamiento no debería pasar desapercibido y normalizarlo porque afecta a otras personas, aunque usen el anonimato que ofrece las redes. Lo vemos, lo ignoramos, lo dejamos estar... y no puede ser”.

placeholder Sandra en una imagen personal durante su etapa viviendo en París ( Cortesía )
Sandra en una imagen personal durante su etapa viviendo en París ( Cortesía )

“He conocido a muchas parejas durante mi relación, y todas son mujeres increíbles, con inquietudes, curiosidades, mundos propios… pero a muchas la sociedad las sigue limitando a novias de”.

El dolor, el aprendizaje y la terapia

Aunque aún no es la Sandra que desea ser, sabe que va por el camino adecuado. "He aprendido a escucharme, cuidarme y quererme", confiesa. "El dolor tan profundo que sentí a raíz de esta experiencia me obligó a buscar ayuda, a acudir al psicólogo, porque necesitaba no hundirme." Recuerda que, viendo el documental de Aitana, hubo una frase que la hizo reflexionar: "Hay fondos que no hay que tocar". La frase le caló. "A mí me decían que tenía que tocar fondo y que eso me enseñaría muchas cosas , pero yo lo visualizaba y pensaba 'no puedo caer’”.

La terapia ha sido fundamental para mí, siempre voy a defender ir al psicólogo

placeholder Sandra en una imagen durante su experiencia en Puerto Rico ( Cortesía )
Sandra en una imagen durante su experiencia en Puerto Rico ( Cortesía )

Esa determinación la impulsó a luchar por levantarse cada día, a reconstruirse. "Empecé a escribir, a leer, a hacer cerámica, a practicar deporte y a centrarme en el desarrollo de Sainte. Todo esto guiado por los consejos de mi psicóloga. La terapia fue indispensable para mí", admite.

Durante ese proceso psicológico fue cuando Sandra se dio cuenta de que siempre miraba hacia los demás y no hacia sí misma. "Empatizaba con todo el mundo menos conmigo. Mis emociones se centraban en el otro: no te enfadas, no dices lo que te duele porque entiendes al otro. Gracias a mi proceso psicológico, he aprendido a ser un poco egoísta. Ahora soy capaz de mirar hacia dentro y entender que, en las personas con mucha empatía, ese 'egoísmo' es positivo, porque te permite cuidar de ti y sanar”.

placeholder Sandra Garal en una imagen de su marca de cosmética Sainte Beauty ( Cortesía )
Sandra Garal en una imagen de su marca de cosmética Sainte Beauty ( Cortesía )

El otro día, Sandra compartía una reflexión con su psicóloga que había leído en un libroDos personas pueden tener un baile perfecto, coordinan los pasos a la perfección pero que tengan esa conexión no significa que esté bien, puede ser que sean sus problemas los que se unan al unísono, por lo que ese baile quizás no deba ser bailado”.

Y así, Sandra ahora baila a su propio ritmo, con una vida plena y una nueva aventura empresarial: Sainte Beauty, que ha sido su motor y fuente de crecimiento. Una mujer que se ha caído muchas veces y se ha vuelto a levantar, que ha encontrado refugio en la terapia, la lectura y una liberación en la escritura. Desde niña, su camino ha estado guiado por la inquietud, y hasta ahora,prácticamente nadie conocía su trayectoria ni su evolución. Hoy pone su corazón en manos de todos, porque, como sociedad, deberíamos pensar dos veces antes de juzgar.

Perdonar es viajar al pasado y regresar sano y salvo”. Esta es una de las frases que se encuentra dentro del libro que Sandra Garal lleva en la mano, una reflexión que parece resonar con su propia vida. Al llegar a la cafetería donde nos encontramos, lee la frase antes de guardarlo en su bolso. Con una calma que refleja meses de introspección, se sienta y pide un té matcha, dispuesta a comenzar una conversación que, por fin, le permite hablar de sí misma.

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