Por qué el novio no debe ver a la novia y otras curiosidades
Hay muchas tradiciones en las bodas que han llegado hasta nuestros días, pero ¿conoces el origen de estas curiosas normas de comportamiento?
En torno a las bodas hay muchas tradiciones que van cambiando con el tiempo, que se van adaptando y modernizando, por ejemplo, hace mucho que nadie espera que la novia aparezca vestida de un blanco inmaculado -una costumbre no tan antigua como podríamos pensar- y a nadie le sorprende si en su lugar escoge un vestido de un color diferente, en tono crudo o incluso rosa claro.
Sin embargo hay otras que seguimos manteniendo, en ocasiones por diversión, pero también porque ayudan a sumar un poco de emoción al enlace. Esto es lo que sucede con la costumbre que apunta a que el novio no debe ver a la novia antes de la ceremonia, cruzar sus caminos antes puede ser motivo de mala suerte para la pareja.
Una mala fortuna que en realidad se trata más de una cuestión práctica en una época en la que era habitual que los matrimonios fueran de conveniencia, concertados con fines económicos o sociales. Solían ser los padres de los contrayentes los que pactaban el enlace en lugar de que fuera el amor de la pareja lo que les llevara a dar el paso.
En este contexto, no era raro que ni siquiera se conocieran antes de la ceremonia, por lo que verse antes aumentaba las posibilidades de que alguno de los dos decidiera echarse atrás, rompiendo el pacto establecido y cancelando la boda, evitando que se celebre.
Una tradición que deja poco espacio para el romanticismo, pero que en lugar de desaparecer ha escogido adaptarse y, quienes deciden seguir adelante con ella ahora lo hacen por motivos muy diversos, más relacionados con el factor sorpresa. Normalmente se arreglan en espacios diferentes y esperan al momento previo a la ceremonia para verse con sus looks de gala al completo y que el novio pueda ver el vestido de la novia.
Un momento que para muchas parejas es mágico, ambos se arreglan para una cita que esperan sea único en la vida y lo hacen con gran ilusión. De hecho, uno de los momentos más emotivos en las bodas que escogen seguir esta tradición, es el instante en el que los novios se encuentran, no son pocas las parejas que apenas pueden contener las lágrimas.
Esta no es la única tradición curiosa que ha llegado hasta nuestros días, por ejemplo, muchas son las mujeres que evitan las rosas de color amarillo en sus ramos de novia y arreglos florales a causa de la superstición.
En la época victoriana se popularizó el lenguaje de las flores, cada una tiene un significado diferente y al escogerlas se busca atraer unas cosas o evitar otras. Se dice que las flores de este tono atraen los celos y la envida hacia la pareja, por lo que mejor no tenerlas cerca en un momento tan bonito y especial para los novios.
¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene la costumbre de atravesar el umbral de la puerta con la novia en brazos terminada la fiesta? Este gesto mantenía alejados a los malos espíritus, que quedaban atemorizados ante la muestra de fuerza por parte del hombre. Ahora es más una cuestión de divertimento que otra cosa, pero, como nunca se sabe, ¿para qué renunciar a este instante mágico? Aunque cada boda sea diferentes, hay ideas que siempre son un éxito.
En torno a las bodas hay muchas tradiciones que van cambiando con el tiempo, que se van adaptando y modernizando, por ejemplo, hace mucho que nadie espera que la novia aparezca vestida de un blanco inmaculado -una costumbre no tan antigua como podríamos pensar- y a nadie le sorprende si en su lugar escoge un vestido de un color diferente, en tono crudo o incluso rosa claro.