La boda de Arantxa Cañadas: dos vestidos de novia de su firma y un paisaje de ensueño

Año 2020. La pandemia estalla en todo el planeta. En medio del confinamiento, el caos, las restricciones y la incertidumbre, muchas son las parejas que se ven forzadas a posponer su boda. No fue el caso de Arantxa Cañadas y Pablo Urba. Solos, como si se tratase de un intencionado enlace 'elopement', la diseñadora y el fotógrafo deciden seguir adelante y casarse tras 11 años de relación. Una ceremonia íntima y personal que, aunque no impidió celebrar sus nupcias, sí que obligó a los novios a modificar sus planes y prescindir de la compañía de sus seres queridos y amigos.

Para resarcirse de lo vivido aquel 21 de agosto de 2020, este pasado fin de semana Arantxa y Pablo decidieron renovar sus votos, esta vez sí, en una celebración multitudinaria rodeados de todos sus allegados. "Vuelvo a reafirmar que deseo mi vida junto a ti", con esta declaración de amor de la diseñadora de moda e influencer abrimos su álbum de bodas.

Luciendo dos vestidos de novia ideados por ella misma y protagonizando una boda de ensueño, así ha sido el segundo 'sí, quiero' de la pareja. El lugar escogido por Arantxa y Pablo fue la Finca Casa del Esquileo, una edificación de carácter ganadero ubicada en la localidad de Cabanillas del Monte (Segovia) que asimismo cuenta con espacios industriales y un entorno rural idílico.

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Como fundadora y directora creativa de las firmas Tulle Rouge, con prendas sostenibles, y Tulle Rouge Atelier, especializada en la confección de trajes de novia e invitada a medida, Cañadas no podía fallar y para su gran día decidió ser ella misma quién firmase los dos atuendos de novia que lució durante la boda.

Para la renovación de sus votos, la influencer y amiga de Grace Villarreal, presente en el enlace, decidió poner toda la carne en el asador y colmar su vestido de perlas, aplicaciones de pedrería y strass. "He disfrutado infinito del proceso creativo y cómo se materializó ese día", ha confesado Arantxa a sus seguidores en las redes sociales.

De corte sirena, con una pequeña cola, escote en pico, manga corta y detalle de abertura en la espalda, el espectacular modelo no estaba solo y la novia sumó una delicada capa de tul con maxihombreras bordadas con más perlas y de arriba a abajo, flores cosidas a mano. ¿El resultado? Un vestido desmontable que nos confirma que esta tendencia nupcial viene pisando fuerte para 2023.

Desvelado el secreto más importante de la jornada, el primer traje de la novia, toca hacer hincapié en la temática del enlace. Partiendo de un concepto muy claro, el mundo de la fantasía onírica en la que los sueños y la imaginación cobran vida, el objetivo de los novios era conseguir que sus invitados, además de adentrarse en él, se dejasen llevar y de paso, dar rienda suelta a todos sus deseos.

"Cada pareja disfruta de ciertas cosas y creo que en nuestra boda se expresaron muy bien nuestras personalidades, diferentes, pero complementarias", ha confesado Cañadas en un reciente preguntas y respuestas en Instagram. Turno para descubrir cómo era el segundo vestido que la novia había creado y materializado en los talleres de su firma de moda.

Corto, como manda otra de las corrientes de moda para novias más punteras, abotonado por delante, con escote en pico, tejido semitransparente en las mangas y repleto de plumas que dibujan un print geométrico. Completamente distinto al primero, el objetivo de Arantxa Cañadas era demostrar como una novia puede saltar de un estilo a otro para su boda y en ambos casos, firmar atuendos de 10.

El toque retro a este segundo outfit para la fiesta lo pusieron unas gafas de sol blancas de estilo 'eye cat', un maxilazo de organza decorando su melena recogida en una coleta alta y unas sandalias tipo 'peep-toes' con incrustaciones de perlas en los tacones. Por fin, la diseñadora y el fotógrafo, convirtieron en realidad el sueño común de festejar su amor por todo lo alto en un enlace donde la fantasía y la imaginación cobraron un papel relevante.