Meghan Markle suma una nueva derrota contra Piers Morgan, su azote mediático

Meghan Markle no tiene quien la quiera en la prensa británica. Son pocos los periodistas que, a lo largo de estos años, la han defendido o publicado noticias positivas sobre ella o su labor filantrópica o institucional. Uno de los que más la ha atacado ha sido el presentador Piers Morgan, al que se considera su azote mediático. Entre ellos se estableció una guerra sin cuartel que daba sus últimos coletazos tras la entrevista que los Sussex concedieron a Oprah Winfrey. Las opiniones del periodista sobre sus declaraciones volvieron a ser motivo de batalla entre los dos, de la que se ha sabido el resultado ahora: Meghan Markle suma una nueva derrota contra Piers Morgan.

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Juanra López

Todo empezó la mañana del 9 de marzo, poco después de que terminara la entrevista en la CBS norteamericana. Piers Morgan no se quedó callado y dijo todo lo que pensaba sobre las palabras de la duquesa de Sussex, incluyendo los pensamientos suicidas de los que habló a Oprah o las acusaciones de racismo sobre la familia real. La conclusión del presentador de 'Good Morning Britain', donde se estaba analizando toda la entrevista al detalle, era que "no se creía una palabra de todo lo que había dicho Meghan", hablando en términos bastante bruscos de estos dos temas mencionados, ambos muy delicados.

Y la reacción del público no se hizo esperar ante las palabras de Piers Morgan, con más de 50.000 quejas que los espectadores le hicieron llegar a Ofcom, un organismo regulador de los medios de comunicación de Reino Unido. En ellas, los denunciantes aseguraban que el presentador se había tomado a la ligera un asunto tan serio como la salud mental, y consideraban que las palabras del presentador "podrían disuadir a las personas que tienen pensamientos suicidas a no buscar ayuda, por temor a no ser creídos o tomados en serios". Para muchos, las palabras del presentador fueron una "burla del suicidio".

"Agresivo" o "intimidatorio" son otras de las palabras con las que se refieren a Morgan en las miles de quejas recibidas por el organismo regulador. Incluso, algunas denuncias argumentan que tanto sus comentarios como los de sus compañeros de plató habían "incitado al odio y al racismo", con comentarios ofensivos y que habían menospreciado el relato de Meghan Markle sobre su experiencia con la familia real.

Curiosamente, la salida de Piers Morgan del programa tuvo lugar poco después de esta emisión en directo y de estas controvertidas declaraciones. Fue una salida repentina que se dio tras una discusión, tanto en televisión como en redes sociales, con su propio hombre del tiempo, Alex Beresford, que le recriminó la actitud mostrada con la duquesa de Sussex. La cadena no tardó en anunciar la marcha de Morgan, argumentando que había sido su propia decisión. Una despedida que además hizo perder mucha audiencia al programa, que ya había vivido alguna que otra despedida del periodista, pero no definitiva, como fue esta.

El caso es que, viendo los antecedentes, los espectadores podrían pensar que la Ofcom tendría en cuenta sus quejas. Y así ha sido, pero no precisamente para darles la razón por su apoyo a Meghan Markle. Todo lo contrario. Ofcom ha señalado en un informe emitido este mismo miércoles que "evaluó el programa en su totalidad, considerando cuidadosamente el derecho a la libertad de expresión y la necesidad de proteger a las audiencias de daños y ofensas". Tenían en cuenta, además, que los temas tratados eran "cuestiones muy graves y delicadas". Y la balanza se pone totalmente a favor del periodista.

Para empezar, Ofcom reconoce que la entrevista de Harry y Meghan en Oprah fue "una importante noticia internacional", ya que la pareja hizo "serias acusaciones sobre su trato dentro de la Casa Real". Por tanto, "era legítimo y de interés público que la ITV transmitiera debates sobre eso". Otra conclusión a la que llega el organismo en su informe es que Morgan "tenía derecho a decir que no creía en las afirmaciones de Meghan y expresar opiniones firmes que desafiaban rigurosamente su versión". Aunque sí admiten que las afirmaciones de la duquesa de Sussex deben tratarse con preocupación y empatía.

Y en cuanto al tema del racismo, tampoco Ofcom recrimina nada a 'Good Morning Britain' ni a su presentador. "Aunque las cuestiones planteadas sobre el racismo pueden ser ofensivas para muchos espectadores, el programa proporcionó un debate abierto y los comentarios que se vertieron no infringieron ninguna norma". Así pues, Morgan puede saborear una nueva victoria sobre la que ha convertido en su enemiga pública número uno, en la última de las batallas mediáticas que les han enfrentado y que probablemente no sea la última.