El Palacio Real de Riofrío: la íntima residencia donde Alfonso XII vivió su duelo por María de las Mercedes

Rodeado por 700 hectáreas de bosque, el Palacio Real de Riofrío es uno de esos rincones repletos de historia para descubrir cuanto antes. Así, tras conocer el Palacio Imperial de Tokio o cómo es el Castillo St Donat's, donde estudia la princesa Leonor, ponemos un rumbo mucho más cercano hasta Segovia.

Asentado en cerca de la localidad de Navas de Riofrío, que toma a su vez su nombre del vecino río Frío, nos encontramos con una joya de Patrimonio Nacional muy desconocida. Su origen nos remonta a la reina Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V (el primer Borbón en España).

Al quedar viuda la reina, y reinando su hijastro Fernando VI (al que sucedería después su hermanastro Carlos III), esta decidió apartarse de la Corte de Madrid y de la influencia que llegaba hasta el Palacio de La Granja de San Isidro, también en Segovia.

Por lo que Isabel de Farnesio, ya como reina viuda, optó por unos terrenos cercanos a Madrid, El Escorial y Segovia, en la dehesa de Riofrío. Un enclave en el que el arquitecto Virgilio Rabaglio, discípulo de Santiago Bonavía, diseñó un impresionante palacio de estilo neoclásico en 1752 para la reina, aunque ya era considerado coto real desde 1742.

El proyecto pensado era mucho más espectacular de lo que vemos ahora, ya que el plan era contar con un complejo que tuviera su propio teatro, un convento e iglesia, caballerizas, casas de oficio, cuarteles para la guardia y grandes jardines al estilo francés.

Sin embargo, la muerte de su hijastro Fernando VI y la llegada al trono de su hijo Carlos III hizo que Isabel de Farnesio volviera a Madrid, sin llegar a habitar nunca el Palacio Real de Riofrío y sin terminar sus majestuosos planes.

Así, el que prometía ser un Palacio de Versalles en las montañas segovianas, se convirtió en un pabellón de caza más discreto pero igualmente precioso. Diferentes nobles y reyes han ido pasando por sus lujosas habitaciones durante los siglos XVIII y XIX, siendo también almacén de grandes obras que esperaban su traslado de un lugar a otro.

Sin embargo, no volvió a su esplendor total hasta la llegada de Francisco de Asís de Borbón, el rey consorte y marido de Isabel II. Bien fuera para alejarse de Madrid a cazar, para buscar un lugar de descanso con aire puro o para huir de la corte madrileña por las supuestas infidelidades de su mujer, el rey ocupó a lo largo de su vida este Palacio Real de Riofrío en muchas ocasiones.

Una pasión por este enclave que heredó su hijo, el rey Alfonso XII, ya que aquí se retiró también cuando su primer esposa falleció. El monarca pasó varios meses de 1878 encerrado en este palacio, alejado de la corte de Madrid y buscando superar el duelo por la reina María de las Mercedes.

No podemos decir mucho más sobre esta historia de amor tan conocida sobre la que hay películas, canciones y obras de teatro, y que, aunque con tintes geopolíticos, supuso todo un órdago en pro del amor en la época. Dado que su madre Isabel II y diferentes nobles no veían con buenos ojos este enlace real. Al ser María de las Mercedes hija de los duques de Montpensier (el duque había participado en la Revolución de 1868 o la Gloriosa para el destronamiento de la reina Isabel II, entre otros movimientos contra ella).

Lo recogió así la infanta Paz (hermana de Alfonso XII) en su diario: "Acabo de volver de un largo paseo con Alfonso (...). El pobre está muy enamorado de nuestra prima Mercedes; pero ni al gobierno ni a mamá les gusta este matrimonio"

Tras conocerse en la Navidad de 1872 en el castillo que los duques poseían en la región francesa de Auvernia siendo solo unos adolescentes, su historia de amor fue creciendo a pesar de los contratiempos hasta terminar en boda el 23 de enero de 1878.

Aunque pronto llegó la tragedia, el 18 de junio de ese mismo año la reina María de las Mercedes se alejó de la vida pública. Comenzaba a sentirse mal por lo que entonces dijeron que era el malestar producido por el aborto de su primer embarazo.

Sin embargo, los historiadores aseguran a día de hoy que todo parece indicar que realmente estaba contagiada de tifus (una infección que surge de animales como las pulgas), pero el diagnóstico tardío al no consultar a los médicos expertos para evitar un posible escándalo (ya que se relacionaba con la pobreza) llevó al fallecimiento de la reina el 28 de junio.

Iniciándose una época muy oscura para el joven Alfonso XII, que veía cómo partían su hijo no nato y su adorada mujer. Por eso, decidió vivir este duelo por su amada apartado de todo y de todos en este palacio sobrio en medio de la naturaleza, como desvelan en la web de Patrimonio Nacional. Aunque no debemos dejarnos engañar por el carácter campestre de esta residencia real.

El Palacio de Riofrío cuenta con una increíble decoración que aúna diferentes épocas históricas y piezas de gran valor. Así lo refleja el Museo del Prado al hablar de este espacio, en el que destacan la simetría de todo el conjunto, desde el patio y el zaguán principal hasta las dos grandes escaleras enfrentadas.

Además, aunque para estudiosos del siglo XIX como Rafael Breñosa y Joaquín Mª de Castellarnau estaba decorado "con una sencillez rayana de la pobreza", la realidad es que ya entonces contaba con más de 600 obras de autores como Tiziano Vecellio, Guido Reni, Correggio, Luca Giordano, David Teniers y Antonio van Dyck.

Ahora, declarado monumento histórico-­artístico, cuenta también con un Museo de Caza, y se han añadido a su colección varias piezas del Museo del Prado y de otros espacios de Patrimonio Nacional.

Una reforma más reciente nos permite contemplar cómo era el palacio en el siglo XIX. Ahora, podemos disfrutar del salón de billar, la sala de servicio al comedor, con su montaplatos original, el dormitorio del rey consorte Francisco de Asís o el oratorio donde se recuperó un altar oculto.

Todos ellos decorados con un mobiliario de época en maderas nobles, grandes espejos de estilo veneciano, porcelanas francesas, una gran colección de relojes (muy presentes siempre en la familia real Borbón) y espectaculares lámparas de cristal.

Una auténtica delicia para visitar en cualquier ocasión que también nos conquista por su increíble entorno. Rodeado del mencionado bosque de Riofrío, es un espacio natural de extraordinario valor ecológico con encinas, sotos, sauces, chopos y especies arbustivas como los tomillos, romeros y cantuesos.

Además, cuenta con especies emblemáticas como el buitre leonado, el buitre negro, ciervos, gamos, conejos, zorros…, siendo en total 102 especies de animales catalogadas. ¿Un dato curioso más? Quizás este palacio te suene, ya que recientemente sus exteriores han salido en la serie de Atresmedia y Netflix 'La cocinera de Castamar', protagonizada por Michelle Jenner. Un pequeño tesoro artístico e histórico que está abierto al público, por lo que bien merece una visita para descubrirlo en persona cuanto antes.