Las joyas olvidadas de Letizia: de su alianza de boda a los pendientes de Paloma Cuevas
La Reina guarda algunas piezas en su joyero que lleva años sin lucir: pendientes, pulseras, broches y hasta una tiara y un reloj... Y algunas de ellas, con un significado más que especial
Con el estreno de los pendientes de Gold & Roses que completaron su look en ARCO, la Reina ha ampliado su colección de joyas, que ha aumentado considerablemente desde aquel 6 de noviembre de 2003, en el que mostró por primera vez su anillo de compromiso. Y no sabemos si las nuevas piezas que va incorporando le quitan el sitio a otras o guarda todas, aunque no las utilice. Porque hay algunas de las que tenemos la pista completamente perdida, empezando precisamente por ese anillo de pedida. Pero hay muchas más: pendientes, pulseras, broches y hasta una tiara y un reloj. Estas son las joyas olvidadas de la reina Letizia:
1. Anillo de pedida
Es una de las pocas piezas de las que sabemos la razón por la que no la ha vuelto a usar. Se trata de un diseño con diamantes talla baguette y dos bandas de oro blanco de la joyería Suárez que no lleva desde 2011. El motivo lo encontramos en el libro 'Urdangarin, un conseguidor en la corte de Juan Carlos', de Urreiztieta e Inda: el anillo había sido adquirido por el marido de la infanta Cristina. Según revelan, don Felipe lo eligió por catálogo y pidió a su todavía cuñado que lo recogiera en la joyería del Paseo de Gracia de Barcelona. No solo se pagó con la tarjeta de la fundación Noos, sino que luego no quiso cobrárselo al Príncipe, por lo que se convirtió en un regalo de Urdangarin y Noos a los novios. Normal que la ahora reina decidiera defenestrarlo.
2. La alianza de boda
Durante un tiempo, Letizia llevó su alianza de oro, a veces junto con el anillo de compromiso. El problema es que el de casada le resultaba un tanto incómodo a la hora de tener que saludar de forma seguida a muchas personas, como sucede en las recepciones, provocándole incluso heridas en algunas ocasiones. El resultado es que la Reina decidió guardarlo en su joyero y nunca más sacarlo. De hecho, desde hace dos años no lleva más anillos que el de Karen Hallam, que estrenó en abril de 2019 y nunca se ha quitado.
3. El broche de Van Cleef
Como el anterior, se sabe que esta pieza tiene un gran significado para ella, aunque no lo luce desde 2008. Se trata de un broche en forma de libélula, de nombre Dragonfly Clip, realizado en oro blanco con pavé de zafiros rosas diseñado por Van Cleef & Arpels. Letizia lo recibió como regalo de su marido en 2008 y lo estrenaba en la apertura de la nueva legislatura en el Congreso de los Diputados. Se lo puso dos veces más ese mismo año, siempre en actos de día y coronando trajes sencillos, para darles un toque de originalidad. No sabemos el motivo, pero también lo guardó en su joyero y no se supo más de él.
4. El reloj regalo del rey Juan Carlos
Cuando se anunció el compromiso de don Felipe y doña Letizia, el ahora Rey emérito cumplió con una tradición y regaló al nuevo miembro de la familia un valiosísimo reloj. Como a Urdangarin y Marichalar, lo adquirió en la exclusiva joyería suiza Audemars Piguet. El de doña Letizia es el modelo Lady Royal Oak, valorado en más de 17.000 euros. Realizado en acero y oro amarillo, presenta una caja octogonal y esfera negra. La Reina lo lució en sus primeros años como Princesa de Asturias, tanto en eventos oficiales como en salidas más informales, siempre en la muñeca izquierda. Sin embargo, a partir de 2007 decidió guardarlo en su joyero, y allí sigue casi quince años después, no sabemos si por su elevado precio o porque se trata de un regalo de don Juan Carlos.
5. Los pendientes diseñados por Paloma Cuevas
Los estrenó en 2008, para una cena en el Palacio Real con el entonces presidente de Costa Rica. Es una de las piezas resultantes de la colaboración que hizo la empresaria, entonces casada con Enrique Ponce, con la joyería Yanes, de la que posteriormente Letizia ha lucido otras creaciones. El diseño consta de tres aros cuajados de diamantes en los que se posa una mariposa de oro. Nunca más se ha sabido de ellos.
5. El anillo de la infanta Sofía
Esta pieza data de 2007, cuando la reina Letizia lo recibió por el nacimiento de su segunda hija, la infanta Sofía, después de que por la llegada al mundo de Leonor recibiera unos pendientes de diamantes y aguamarinas. Se trata de un anillo de pavé de diamantes y oro blanco que pertenece a la colección 'Parentesi' de la joyería italiana, inspirando en la característica llave de la estética griega. Lo llevó durante varios años, pero ha tenido el mismo destino que su alianza de boda y el anillo de pedida.
6. Las pulseras de Tous
Y un origen parecido tienen estas piezas, también enterradas en su joyero. En 2005, la reina Sofía acudía a los conocidos joyeros catalanes para hacer a su nuera uno de los regalos más especiales, la pulsera con el nombre de Leonor, con motivo del nacimiento de la primogénita de los entonces príncipes. Dos años más tarde, no solo la propia Letizia le añadía la letra C como pequeño homenaje a su sobrina Carla, sino que además adquiría otra pulsera con el nombre de Sofía tras el nacimiento de su segunda hija. Fueron joyas de las que Letizia apenas se separó durante algunos años, pero no las ha llevado en público desde 2009.
7. La tiara princesa
Esta pieza estuvo casi olvidada desde el principio. La entonces Princesa de Asturias la recibió como regalo de don Felipe en 2009, con motivo de su aniversario de bodas. Se trata de una joya imitando la flor de lis realizada en oro blanco y decorada con 450 brillantes y diez perlas, que fue realizada en 2005 por la prestigiosa familia Ansorena, proveedores de la Casa Real desde 1869. Su valor, unos 50.000 euros. Por eso era entendible que en un contexto de crisis económica como el que había, la reina Letizia prefiriera no utilizarla. No la estrenó hasta seis años después, para el 57º cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca. No la ha vuelto a lucir como tal, pero hay un truco. Es desmontable, por lo que la flor de lis central puede utilizarse como broche, algo que la reina Letizia sí hace muy a menudo.
8. Los pendientes del príncipe joyero
Su autoría tardó en conocerse nada menos que ocho años. Hablamos de los pendientes Estrella Polar, realizados en otro blanco de 18 quilates, perla cultivada y diamantes. La entonces princesa Letizia los estrenó para el 40º cumpleaños de Guillermo de Holanda -también príncipe por aquel entonces- y se atribuyeron a Cartier. Pero en 2015, y gracias a una entrevista que el diseñador concedió a 'ABC', se supo que pertenecían a Dimitri de Yugoslavia, quien se dedica al estudio y diseño de las joyas en Nueva York. A él se los había comprado el propio don Felipe dos años antes. Letizia volvería a llevarlos a principios de 2008, con motivo de la cena que se celebró por el 70º cumpleaños del rey Juan Carlos. Desde entonces, tampoco los ha lucido.
9. Pendientes en forma de serpiente
Puede ser uno de los diseños más originales que encontramos en su joyero -si es que siguen ahí- junto con los que tiene en forma de pájaro, simulando unos cordones o en forma de gamba. Se trata de unos pendientes de diamantes que tiene -o tenía- en forma de serpiente firmados por Cartier. Solo se los hemos visto una vez, en la cena de gala conmemorativa del 90º aniversario de la Cámara de Comercio Americana en España. Fue en diciembre de 2007 y desde entonces no ha vuelto a ponérselos.
Con el estreno de los pendientes de Gold & Roses que completaron su look en ARCO, la Reina ha ampliado su colección de joyas, que ha aumentado considerablemente desde aquel 6 de noviembre de 2003, en el que mostró por primera vez su anillo de compromiso. Y no sabemos si las nuevas piezas que va incorporando le quitan el sitio a otras o guarda todas, aunque no las utilice. Porque hay algunas de las que tenemos la pista completamente perdida, empezando precisamente por ese anillo de pedida. Pero hay muchas más: pendientes, pulseras, broches y hasta una tiara y un reloj. Estas son las joyas olvidadas de la reina Letizia: