Jesús Rollán y la gran decepción que le provocaron Urdangarin y la infanta Cristina
Íntimos del waterpolista, no le ayudaron cuando lo necesitaba y tampoco lo invitaron a su boda pese a que se había comprado hasta el traje. El libro 'Eterno' cuenta los detalles
Jesús Rollán es considerado uno de los mejores deportistas de nuestro país, un tipo especial en todos los sentidos, un campeón que acabó con su vida sin entender demasiado todo lo que le había sucedido. Porque pasó de la gloria al ostracismo y no encontró ayuda en algunos de sus mejores amigos. Como Iñaki Urdangarin, quien le decepcionó cuando más lo necesitaba.
El portero de waterpolo del Barça y de la selección española había ganado todo con lo que un deportista de elite puede soñar, incluido el oro olímpico (medalla de plata en Barcelona 92, medalla de oro en Atlanta 96, oro en los mundiales de Perth 98 y Fukuoka 2001, el mismo año en el que fue proclamado el mejor portero del mundo). Un hombre excepcional que enamoró a la infanta Cristina.
Pero llegó el momento de retirarse y pensó que aquellos que le habían encumbrado le ayudarían. La historia de este mito del deporte patrio se cuenta al detalle en ‘Eterno, vida y muerte de una leyenda’ (Córner, 2022), escrito por los periodistas Francisco Ávila y Alberto Martínez, que sale a la venta el próximo jueves 19 de mayo. En la obra se entra en el lado má oscuro del personaje, como sus adicciones, su depresión y su suicidio, y también en sus relaciones personales.
Duros episodios
Los autores han realizado numerosas entrevistas al entorno del campeón y han querido respetar el ‘off the record’ para no comprometer a nadie. Porque se cuentan algunos episodios duros para muchos. Veamos.
En un capítulo del libro recuerdan que Rollán necesitó ayuda durante un tiempo, una época en la que familia recurrió a Iñaki Urdangarin, entonces vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE). Los periodistas han hablado con varios testigos que les cuentan que el marido de la infanta nunca respondía al teléfono y que siempre estaba reunido. Le dio la espalda. Cabe recordar que Rollán y Urdangarin eran muy amigos desde hacía años y que fue precisamente el waterpolista quien le presentó a la Infanta.
Con doña Cristina había mantenido una relación de amistad intensa. Ella se había enamorado de Rollán, aunque finalmente la cosa no cuajó porque él tenía novia y nunca le dio el sí que ella anhelaba. Del amor, pues, pasaron a una amistad que parecía inquebrantable y que sirvió para que la hija de los reyes eméritos conociera al amor de su vida, el hombre que ha sido su marido durante casi 25 años.
Pero también la Infanta decepcionó a Rollán, un tipo sensible a quien dolían los malos gestos. Porque no le invitaron a la boda, se cuenta en el citado libro, y eso que el joven waterpolista ya se había comprado el traje.
La infanta Cristina había saltado y cantado emocionada años antes, cuando el equipo masculino de waterpolo y los dos de vela ganaron en Atlanta, en 1996. Una celebración que se repitió en Barcelona en septiembre y sirvió para que conociera a su futuro marido. Uno de los celestinos de la pareja fue Jesús Rollán, decíamos, íntimo de ambos, un jugador especial.
A Rollán lo adoraban quienes lo conocían y su suicidio conmocionó a todos. Fue el portero de aquella selección española de waterpolo que tocó el cielo y muchos dicen que fue además “el alma del equipo”. El documental ‘Agua, infierno, cielo’, dirigido por Joan Soler en 2012, recorre la historia del ‘dream team’ del waterpolo patrio y todos tienen palabras para Rollán.
En el funeral
Diez años después de ser medallistas olímpicos, en marzo de 2006, se celebraba el funeral del waterpolista, quien se quitó la vida víctima de una depresión. Aquella funesta jornada, Iñaki y Cristina no se separaron, entraron en su funeral cogidos de la mano, muy fuerte, como para sostenerse el uno en el otro. Los entonces duques de Palma despedían a su íntimo amigo.
Durante un tiempo, Rollán vivió en la Residencia Blume, donde también conoció a un joven Iñaki Urdangarin, alojado en la misma institución. Quién iba a decirles que su futuro estaría unido, y no solo por el deporte y las medallas olímpicas. La infanta Cristina tenía buenos amigos en la residencia y la visitaba con frecuencia, lo que la llevó a caer rendida ante los encantos de Rollán, ese joven pizpireto madrileño que lideraba a los juerguistas de la época. Fue algo bonito que culminó en una gran amistad.
"Los más golfos"
La estancia de Urdangarin en la Blume se alargó casi tres años, tiempo en el que entabló amistad con los deportistas de la vela y el waterpolo. “Allí estaban todos los juerguistas y crápulas de la época”, recuerda un deportista que triunfó también en aquel momento, “eran los más golfos pero eran los mejores del mundo en lo suyo, nadie les podía decir nada”.
La nueva biografía de la leyenda viene a reivindicar su figura más allá de la tragedia. Y en ese recuerdo no se puede obviar que muchos de aquellos amigos en los que él confiaba y que lloraron su muerte le habían dado la espalda cuando él necesitaba ayuda.
Jesús Rollán es considerado uno de los mejores deportistas de nuestro país, un tipo especial en todos los sentidos, un campeón que acabó con su vida sin entender demasiado todo lo que le había sucedido. Porque pasó de la gloria al ostracismo y no encontró ayuda en algunos de sus mejores amigos. Como Iñaki Urdangarin, quien le decepcionó cuando más lo necesitaba.