Ritmo, tono e intensidad: así suena la voz de Letizia, Leonor y Sofía

Cada vez que escuchamos sus discursos, son sus palabras las que son analizadas al milímetro, pero en ocasiones olvidamos que tan importante como lo que se dice es cómo se dice, y esto en la Casa Real lo tienen siempre presente. Por eso, en los discursos de la familia se pueden apreciar ciertos patrones comunes, cadencias que ya son habituales.

En la comunicación, todos los detalles son importantes. Por eso, cada vez que un miembro de la familia real pronuncia un discurso se nota que está trabajado, ponderado, y que busca un objetivo concreto. Su lenguaje corporal es vital también, porque tiene que acompañar lo que se dice, y esto no es diferente con la voz, que, habitualmente, modulamos para completar lo que decimos.

La reina Letizia, experta en comunicación

En estos terrenos, la reina Letizia es toda una experta; no por nada la comunicación fue su profesión hasta su compromiso y después lo siguió siendo, aunque de una manera diferente. Durante sus años como periodista aprendió a vocalizar para que todo el mundo la entendiera, pero también a modular la voz, consiguiendo que su discurso sonara seguro y claro.

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Esto es algo que ha seguido trabajando con el tiempo y, de hecho, es habitual ver cómo suaviza la voz o aumenta la intensidad en función de lo que está contando, porque ella no lee el discurso, lo interpreta, añade emociones que ayudan a que llegue mejor al espectador, haciendo que así sea más recordado.

Leonor y Sofía, tras los pasos de sus padres

Sus eventos públicos no son tan habituales como los de sus padres, pero en el caso de la princesa Leonor, cada vez es más habitual que ella sea protagonista de sus citas. En efecto, ha tenido que hablar en público en varias ocasiones y lo ha hecho bajo la atenta mirada de sus padres, que no perdían detalle y se mostraban muy orgullosos de ella.

De hecho, para su debut en Oviedo, a punto de cumplir los 14 años, se cuenta que Leonor recibió clases de oratoria por parte de su madre, para que su voz sonara clara y segura. Lo primero fue sin duda un éxito; lo segundo llegará con el tiempo, porque en sus primeros discursos los nervios eran evidentes en la voz, aunque se iban calmando conforme avanzaba al hablar.

No es la única ayuda que ha tenido. Durante el tiempo que estudió en el colegio Santa María de los Rosales, recibió clases de expresión oral y dramatización, igual que su hermana, Sofía, a la que hemos podido escuchar en contadas ocasiones. En momentos puntuales, durante los posados veraniegos, se ha encargado de dar respuesta a los periodistas, pero fue durante el confinamiento por la pandemia cuando pudimos escuchar su discurso.

Las hermanas agradecieron el esfuerzo de todos para frenar la expansión del virus y en ese vídeo se las pudo ver tranquilas, de nuevo con la lección bien aprendida. Su tono de voz era claro, igual que la velocidad de su discurso era la adecuada. Este es uno de los consejos infalibles para transmitir seguridad y confianza al hablar en público, siempre hacerlo a un ritmo pausado que favorezca la comprensión, cuidando la respiración y manteniendo el contacto visual, pero sin resultar agresivo. Por supuesto, también sonreír.