Máxima de Holanda y su vestido customizado para seguir las 'normas' de moda de las royals

Una vez más, como un mago sacando un conejo de la chistera, la reina Máxima ha sacado de su amplia maleta todo un catálogo de vibrantes looks para su visita de tres días a Kenia en calidad de defensora especial del secretario general de las Naciones Unidas para las Finanzas Inclusivas para el Desarrollo. Desde que aterrizara en África, en su segundo viaje consecutivo al continente tras su reciente estancia en Sudáfrica junto a su marido, la argentina nos ha sorprendido recuperando algunos de sus clásicos básicos.

Entre ellos estaban un llamativo conjunto amarillo de Max Mara que ya había llevado hasta en tres ocasiones anteriormente, una apuesta por el 'estilo lady' con un elegante vestido de tweed de Oscar de la Renta o la bonita maxifalda estampada de Etro que ha rescatado en varias ocasiones en las que ha realizado visitas relacionadas con sus labores en las Naciones Unidas.

Ahora, para su tercer y último día en Kenia, donde ha abogado por la mejora de la calidad de los servicios financieros digitales y las finanzas verdes inclusivas, la esposa del rey Guillermo Alejandro ha vuelto a tirar de reciclaje textil, pero con una peculiaridad: su vestido ha sido modificado para alargarlo.

Se trata de un vestido de Natan, su firma de cabecera, en seda burdeos. Si nos fijamos, podemos observar que la parte delantera central del corpiño entallado se prolonga hasta una costura transversal en la cadera. De ahí surge un pliegue en forma de campana en el centro, mientras que dos pliegues planos surgen de las costuras parciales para una modificación pulcramente ejecutada.

El objetivo es continuar la reciente tendencia de las royals a no mostrar rodilla, algo que también ha seguido a rajatabla en muchas ocasiones nuestra reina Letizia. Aunque cierto es que, en los veranos recientes, la esposa de Felipe VI sí se ha animado en contadas ocasiones a enseñarnos las rodillas.

Al igual que la mencionada maxifalda de Etro, este vestido ya forma parte del uniforme de trabajo de Máxima, dado que es la quinta vez que lo lleva en el contexto de sus labores para la ONU. La argentina lo lució en cuatro ocasiones entre 2015 y 2017, pero ahora, tras seis años guardado en el armario, ha sido retocado para regresar con un estilo unos centímetros más recatado.

No es por cierto la primera vez que la reina Máxima hace que se alargue alguno de sus vestidos en el taller de costura del palacio Huis ten Bosch, siempre aprovechando un 'truco' de sus diseños favoritos de Natan.

Este alargamiento es posible porque los vestidos de la firma de moda belga, si la tela lo permite, tienen un dobladillo ancho que hace que se pueda ganar longitud de falda, algo que resulta evidente en el último outfit que ha lucido la reina en Kenia. También en su visita a primeros de año a diversas islas del Caribe, Máxima lució un vestido de rayas de 2013 que había sido hábilmente retocado para la ocasión.