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El lujoso palacio de Christiansborg: de la maldición de sus incendios a la proclamación como rey de Federico de Dinamarca
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El lujoso palacio de Christiansborg: de la maldición de sus incendios a la proclamación como rey de Federico de Dinamarca

Este domingo, el poder real pasará al primogénito de Margarita II en este edificio cargado de simbolismo, mucho más allá del ámbito monárquico

Foto: El palacio de Christiansborg, testigo de la proclamación de Federico de Dinamarca. (Instagram/@christiansborgslot)
El palacio de Christiansborg, testigo de la proclamación de Federico de Dinamarca. (Instagram/@christiansborgslot)

La inesperada abdicación de Margarita de Dinamarca en las últimas horas del 2023 hizo que la actualidad del mundo royal pusiera sus ojos en la nueva proclamación como reyes daneses de los hasta ahora príncipes Federico y Mary. De la carroza real que les llevará en su traslado a las tiaras que Mary Donaldson podrá lucir como reina, se van desvelando todos los detalles sobre este acontecimiento tan importante en el país escandinavo.

Entre los días 14 y 15 de enero habrá diferentes actos en los que se hará efectiva la subida al trono danés de los nuevos reyes. Por ejemplo, el domingo 14, el Consejo de Estado será testigo del momento en el que la actual monarca firme la declaración de su abdicación, pasando el poder real a su hijo en el palacio de Christiansborg. Un edificio cargado de simbolismo para el país, mucho más allá del ámbito monárquico.

Nos adentramos en la historia de este conocido palacio de Copenhague para descubrir los orígenes de Christiansborg. Viajamos hasta el siglo XII, cuando el obispo y militar Absalón, fundador de la capital danesa, mandó construir un enorme castillo donde fijar su residencia.

Las crónicas de la época de Saxo Grammaticus narran cómo esta conocida fortaleza, el castillo de Absalón, estaba situada en el pequeño islote que se sitúa fuera del puerto de Copenhague, donde mantuvo su emplazamiento en sus sucesivas renovaciones. Entonces, el castillo estaba formado por una gran muralla que bordeaba un patio central, una capilla, varios edificios administrativos y el palacio del obispo.

A la muerte de su primer morador, el obispo Absalón, en 1201, tanto el castillo como en sí la ciudad de Copenhague pasaron a los obispos de Roskilde (una localidad situada en el norte de la isla de Selandia, cerca de la actual capital). Aunque tras unos años de calma en manos de la Iglesia, se convirtió en motivo de disputa entre la Corona danesa y los obispos.

Ocupas, saqueos, piratería, guerras... que acabarían con ese primigenio castillo en 1370, cuando el rey Valdemar IV de Dinamarca ordenó su demolición. Sobre esos restos, Christian IV haría en el siglo XVIII un palacio como su residencia, aunque no quedaría del todo satisfecho y él mismo lo demolería, construyendo un nuevo (y tercer) palacio de Christiansborg.

No obstante, el propio Christian VI, unos cuantos años después, lo derribaría para levantar su propio palacio. Aunque tampoco duraría mucho en esta ocasión porque unos años después sería arrasado parcialmente por un incendio que motivó el traslado de la familia real al conjunto palaciego de Amalienborg.

Se iniciaron entonces unas obras de remodelación igualmente fugaces, pues Christiansborg volvió a ser pasto de las llamas en el siglo XIX. Iniciándose una nueva remodelación que se daría por finalizada en 1928, con la imagen actual del palacio que se puede ver hoy en día en la ciudad danesa. Aunque no sería el último, en 1992 otro incendio también destruiría una parte de este complejo.

Bajo las órdenes del arquitecto Thorvald Jørgensen, este enclave de estilo neobarroco se erige como un palacio de líneas sencillas y elegantes, sin una ornamentación exagerada, muy del estilo de las clases altas nórdicas de principios del siglo XX. Aunque, como guiño a su pasado, cuenta con tres coronas en la cúspide de la torre para recordar las diferentes reconstrucciones que ha tenido a lo largo de su historia.

Respecto a sus funciones, tras este nuevo diseño, también dejó de servir a la Corona danesa para ser la casa de los tres poderes del Estado, siendo el único edificio del mundo que tiene el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial en la misma sede. Así, bajo el sobrenombre de Rigsborgen (el Castillo del Reino), alberga las oficinas del primer ministro, del Parlamento y del Tribunal Supremo.

Un espacio que también se ha convertido en un punto turístico de la ciudad, ya que se pueden ver las ruinas del palacio del obispo de Absalón y diferentes ruinas de los casi nueve siglos de vida de Christiansborg. Además de visitar las estancias reales, las antiguas habitaciones del rey y de la reina, los establos, el salón dedicado a Alejandro Magno, la biblioteca real, la sala del banquete, donde la reina Margarita II recibe a invitados internacionales como los reyes Felipe y Letizia, o el salón del trono.

A ellos, se suma el famoso mirador de la torre de Christiansborg, donde hay varias exposiciones y un restaurante. Su subida es gratuita, y durante siglos estuvo reservada para algunos miembros de la corte. Un escenario muy importante en la ciudad que ahora cobra aún más protagonismo por la proclamación como rey en el Parlamento de Federico de Dinamarca, tras la curiosa forma en la que se enteró de la abdicación de su madre.

La inesperada abdicación de Margarita de Dinamarca en las últimas horas del 2023 hizo que la actualidad del mundo royal pusiera sus ojos en la nueva proclamación como reyes daneses de los hasta ahora príncipes Federico y Mary. De la carroza real que les llevará en su traslado a las tiaras que Mary Donaldson podrá lucir como reina, se van desvelando todos los detalles sobre este acontecimiento tan importante en el país escandinavo.

Federico de Dinamarca