La batalla por la sucesión del rey Mohamed VI: qué puede ocurrir si abdica por su estado de salud

La preocupación por el estado de salud del rey de Marruecos, Mohamed VI, es máxima. Las imágenes de su última aparición pública, que tuvo lugar hace dos semanas, con motivo de la celebración de la Laylat Al Qadr, evidenciaron el gran cambio físico que ha experimentado a raíz de las dolencias que padece. Incluso tuvo que mantenerse sentado mientras el resto de los miembros de la realeza marroquí se levantaban y agachaban según el rito musulmán. También se le vio algo desorientado.

Todo esto ha motivado que los rumores sobre una posible abdicación cada vez sean mayores. Y, con ello, se ha puesto el foco en la línea de sucesión. La ley marroquí es clara. Como recoge el artículo 43 de su Constitución, "la corona marroquí y los derechos constitucionales son hereditarios y se transmiten de padre a hijo a los descendientes en línea directa masculina y por orden de primogenitura entre los descendientes".

También se refleja que esto podría variar si el monarca designa "durante su vida, un sucesor entre sus hijos, además del mayor" y que en caso de no tener vástagos, el heredero será "el varón más próximo en la consanguinidad colateral". De este modo, y de forma natural, el primero en la línea de sucesión al trono marroquí es el príncipe Moulay Hassan.

Desde su nacimiento, está llamado a reinar como Hassan III, nombre que pusieron en honor a su abuelo, Hassan II. Así, a sus 21 años, se convertiría en la figura más importante de Marruecos, algo que no sería visto con buenos ojos por parte de algunos. Su timidez y corta edad, según publica 'Escudodigital', han hecho que parte del majzén prefiera a Moulay Rachid -hermano de Mohamed VI- como rey.

Con un papel cada vez más visible en la escena pública, Moulay Rachid encarna la figura del apoyo institucional silencioso e imprescindible. Desde su infancia, el príncipe era conocedor de que su destino iba a estar ligado a la discreción y que siempre iba a estar un paso por detrás de Mohamed VI. Aunque, eso sí, con el trascurso de los años, ha logrado consolidar un perfil propio dentro de la estructura palaciega. Así, representa a la Corona en distintos actos oficiales -tanto en su país como fuera de él- y asume funciones de representación cuando el monarca no puede llevarlas a cabo.

Relaciones tensas en la realeza marroquí

No es nuevo que la tensión impere entre algunos miembros de la realeza marroquí. Desde los tiempos de Hassan II, cuyas relaciones con sus propios hermanos estuvieron marcadas por recelos de poder, la historia se repite. Por eso, y tras los rumores que apuntan a una mala relación entre el heredero y el hermano del monarca, las miradas apuntan hacia sus personas. Incluso hay fuentes palaciegas que han deslizado, a los medios locales, que hay frialdad entre ellos. Sea como fuere, todo queda, por ahora, de puertas para dentro.