Analizamos el patrimonio de Shakira antes y después de su paso por España, ¿dice la verdad?
La artista cuenta con varias casas y hasta una isla privada entre las propiedades que forman su fortuna y ni los divorcios ni su guerra legal con la Agencia Tributaria la ha mermado
La carrera de Shakira, llena de éxitos globales, ha estado marcada desde 2018 por un largo proceso legal con la Hacienda española por presunto fraude fiscal al que ha querido plantar cara esta semana. El Mundo publicaba este martes una carta donde la superestrella se defendía de las acusaciones y afirmaba que todo lo que ganó durante su estancia en nuestro país, se lo quedó el Estado. Este conflicto ha puesto su vida financiera bajo escrutinio, afectando a su patrimonio y obligándola a llegar a un acuerdo en 2023 para evitar la prisión.
La relación de la artista con el fisco español comenzó a la vez que su relación con el futbolista Gerard Piqué, en 2011, y terminó prácticamente al mismo tiempo y en circunstancias parecidas. Su batalla empezó en 2018, cuando se hizo pública una investigación de la Agencia Tributaria a la colombiana. Las conclusiones de dicho informe no eran positivas: Shakira habría defraudado 14,5 millones de euros a las arcas públicas.
Aunque la cantante alegaba residir en Bahamas, donde no se pagan impuestos por ingresos generados en el extranjero y tenía su domicilio fiscal, la institución pública aseguraba que vivía en España desde 2012. La acusación se iniciaba un año más tarde de empezar su romance, ya que para cuando el organismo denunció los hechos, los delitos de 2011 habían prescrito. Durante los años que la institución apunta, la intérprete de Waka Waka tuvo a sus dos hijos: Milan (2013) y Sasha (2015).
La inspectora Susana C., encargada del caso, siguió minuciosamente su rutina para comprobar si estaba más de 183 días al año en territorio español, el mínimo necesario para ser considerada residente fiscal. Sus investigaciones, sacadas a la luz por El País, revelaron detalles íntimos de la vida de la cantante: clases de zumba, visitas frecuentes a la peluquería, gastos en El Corte Inglés y comidas en restaurantes, entre otros. Las conclusiones incluso demostraron que Shakira utilizaba un pseudónimo, Sila Prieto, cuando acudía a la clínica Teknon de Barcelona, donde dio a luz a sus hijos.
La defensa de la cantante argumentó que era una "nómada" debido a sus constantes viajes profesionales y ahora ella misma asegura que la institución “manipulaba el deseo de que prosperara una relación” fuera de su país de origen, pero Hacienda no cedió. Susana C. concluyó que Shakira pasó 246 días en España en 2012, 210 en 2013 y 243 en 2014, lo que implicaba que debía haber tributado por los ingresos globales generados en esos años.
La defensa de Shakira y el inicio del proceso judicial
En diciembre de 2018, la Fiscalía de Delitos Económicos de Barcelona presentó una querella contra la artista, acusándola de haber defraudado 14,5 millones de euros entre 2012 y 2014 de los 34,9 millones que ingresó. El ministerio público sostenía que simuló tener su residencia fiscal en Bahamas para evitar pagar impuestos, a pesar de que sus actividades diarias demostraban lo contrario.
Las pruebas, que incluían la información obtenida de sus tarjetas de crédito, redes sociales —suyas y de sus clubs de fans que la ubicaban con más frecuencia de la que ella había declarado— e incluso declaraciones de su exnovio Antonio de la Rúa, reforzaron la demanda.
Durante estos años, la defensa de Shakira se mantuvo firme en que no había residido en España durante los años investigados, sino que viajaba frecuentemente por trabajo. La artista incluso aportó facturas de servicios en su casa de Nassau, pero Hacienda demostró que esos servicios eran utilizados por empleados de la finca, no por la intérprete de ‘Las de la intuición’.
En 2022, la Fiscalía elevó la presión al solicitar una pena de ocho años y dos meses de cárcel y una multa de 23,7 millones de euros, acusada de seis delitos fiscales. Para ese momento, Shakira ya había pagado 24 millones, deuda que mantenía desde 2011, para regularizar su situación con Hacienda, pero la acusación seguía adelante.
La batalla legal llegó a su punto álgido en 2023, cuando Shakira se sentó en el banquillo con una posible entrada en prisión. Además, en ese julio, se abrió una nueva causa por supuestamente defraudar 6,6 millones en 2018 mediante un entramado de sociedades en paraísos fiscales. Pero se cerró por falta de pruebas.
Finalmente, el 20 de noviembre de 2023, en un movimiento que sorprendió a muchos, Shakira llegó a un acuerdo con la Fiscalía en los primeros 15 minutos de juicio. La artista admitió los hechos y se comprometió a pagar una multa de 7,8 millones de euros y tres años de cárcel. Aunque no entró dado que la pena por cada delito no superaba los seis meses, así que realizó una compensación económica. Con este pacto, Shakira cerró uno de los capítulos más complicados de su vida.
Un patrimonio que no ha dejado de crecer
Dado este pleito con Hacienda, el patrimonio de la intérprete de Waka Waka ha estado a la orden del día. A pesar de las dificultades, la cantante colombiana ha logrado mantener y, en muchos casos, incrementar su fortuna, que supera los 400 millones de dólares. Desde que debutó en 1995 con Pies Descalzos, su éxito no ha parado de crecer: ha vendido más de 80 millones de discos en todo el mundo y generado ingresos multimillonarios, especialmente con giras que, en 2016, le reportaban más de 25 millones de euros.
Su carrera no solo se ha limitado a la música. Ha realizado inversiones estratégicas a través de diversas empresas y sociedades. Uno de sus últimos movimientos, que remarca su ruptura con España, es la liquidación de She Wolf Investment. Este negocio logró superar años de números rojos y reportar beneficios de 140.000 euros en su último ejercicio. Su función era invertir en startups, sobre todo del mercado estadounidense. En 2018, por ejemplo, gastó 90.000 euros en High Brew Coffee, una pequeña empresa estadounidense de café frío enlatado.
Pero no es la única sociedad de la colombiana en España. Cuenta con Fire Rabbit SL, una consultoría de gestión empresarial; y Global Golden Tour SL, dedicada a gestionar, hasta la fecha, los beneficios de su carrera musical.
Sin embargo, su fortuna no ha estado exenta de turbulencias. Las revelaciones de los Paradise Papers vincularon a la cantante con sociedades offshore en territorios como Bahamas, Malta y las Islas Vírgenes Británicas. Aunque Shakira ha sostenido que todo estaba en regla, este hecho ha aumentado la atención sobre sus finanzas.
Además, la ruptura con su exmarido Gerard Piqué ha traído complicaciones adicionales, con propiedades compartidas que aún no se han vendido, como su casa en Pedralbes, valorada en 14 millones de euros. Otra de sus propiedades en España se encuentra en Esplugues de Llobregat. Una vivienda con gimnasio, pista de tenis, piscina y sala de cine que se había convertido en el hogar familiar.
Por otro lado, Shakira ha continuado diversificando su patrimonio con propiedades en Miami, Nassau —la casa a la que se remite en su defensa y que le costó 1,1 millones de euros— y otras partes de Estados Unidos. Cuando se mudó al otro lado del Atlántico, la artista lo hizo a su mansión en Florida, que además de seis habitaciones y siete baños, tiene un muelle privado y que compró por 11,6 millones. Ahora la intenta vender, pero sitio no le va a faltar porque también cuenta con una isla privada que comparte con Roger Waters de Pink Floyd.
Pero no todo queda aquí. Siendo artista, sus canciones también le repercuten beneficios y el pasado año fue uno de los mejores de su carrera. Gracias a la Session 53 con Bizarrap, Te felicito con Rauw Alejandro y Monotonía con Ozuna, Shakira se embolsó más de 20 millones, según cuenta la revista Forbes. Un éxito que sigue cosechando tiempo después y que no para de acrecentar con sus múltiples colaboraciones.
La carrera de Shakira, llena de éxitos globales, ha estado marcada desde 2018 por un largo proceso legal con la Hacienda española por presunto fraude fiscal al que ha querido plantar cara esta semana. El Mundo publicaba este martes una carta donde la superestrella se defendía de las acusaciones y afirmaba que todo lo que ganó durante su estancia en nuestro país, se lo quedó el Estado. Este conflicto ha puesto su vida financiera bajo escrutinio, afectando a su patrimonio y obligándola a llegar a un acuerdo en 2023 para evitar la prisión.
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