Resaltar las ojeras y maquillarlas de colores… Moda, reto y ¿belleza?

Lo que comenzó como un murmullo en las redes sociales que triunfan entre los más jóvenes ha saltado a las cabeceras de importantes revistas de belleza. Maquillarse las ojeras para realzarlas es ahora viral y poco tiene que ver con cubrirlas con capas y capas de corrector o utilizar la técnica de la maquilladora de Rosie Huntington-Whiteley.

Las ojeras no solo reclaman su lugar en el rostro como un elemento más que el body postitive pretende dejar de ocultar, sino que ahora se acentúan para realzar su belleza. Si hace unas semanas Danielle Marcan acentuaba las suyas con un lápiz de contouring marrón, hoy es otra influencer la que ha comenzado a aplicar color sobre las ojeras para destacarlas por encima de otras partes del rostro.

La propuesta de Pipa Barnes es crear los maquillajes elaborados que dibujamos sobre nuestro párpado móvil, en la cuenca de la ojera. El efecto es como el de un reflejo lleno de color que recuerda al maquillaje de un payaso. Pero ni Pipa ni Danielle son innovadoras en lo que al maquillaje de ojeras se refiere. El maquillaje ‘sick’ o el aeygo sal ya recapacitaron en esta parte del rostro antes, aunque cada moda tenía su mensaje.

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Partiendo de la base de que maquillar las ojeras es una tarea que necesita una alta dosis de conocimientos cromáticos, dependiendo de cómo sea la tuya, deberás maquillarla de una forma u otra. Con la llegada de los correctores iluminadores se extendió el mal uso del concealer, que pasó de cubrir la ojera a iluminarla de tal forma que debajo de los ojos aparecían dos puntos de luz que le decían a la gente: “Eh, tú, ¿has visto estas bolsitas?”.

Muchos tutoriales sobre los correctores de color después, el error parecía solventado, pero desde Asia nos llegaron dos tendencias ‘ojeriles’ de lo más curiosas. La primera y efímera era la de maquillar las ojeras con rubor rosado o rojo para generar el aspecto de un rostro enfermo. Al imitar la congestión típica de algunas enfermedades, había quien apuntaba a que el rostro recordaba al de una geisha. La moda pasó, pero las ojeras no lo perdonarán.

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La otra moda, con algo más de sentido, llega desde Corea y es desde hace varios años un paso habitual en el maquillaje coreano que podemos ver en las redes sociales. Se llama Aeygo sal y lo que busca es potenciar la luminosidad de una diminuta acumulación de grasa que a veces se encuentra debajo del párpado inferior. Aplicando primero un iluminador y a continuación un lápiz marrón para destacar el contraste, lo que se logra es un efecto de mirada más amplia y un inequívoco look juvenil.

Puede que, inspirado en estas dos tendencias, el vídeo de Danielle Marcan comenzara a hacerse popular, pero su reivindicación, más allá de la pura estética, está en señalar que las ojeras forman parte de nuestro rostro y que también pueden ser bonitas, tanto que si no tienes, siempre puedes crearte unas o acentuarlas un poquito más. “En 2021 aceptaré todas mis inseguridades. Puede que incluso resaltándolas y usándolas con confianza”, confesaba las instagramer junto a su tutorial.

El siguiente paso lo daba Pipa Barnes en TikTok, convirtiendo sus ojeras en el lienzo sobre el que crear sus smokeys, degradados y auténticas obras oníricas. Esta adolescente británica de tan solo 17 años vivía atormentada por sus marcadas ojeras, así que decidió darles alegría. Sin saltarse ni un solo paso, desde el primer hasta las sombras de transición, el acento o el iluminador, Pippa maquilla sus ojeras exactamente igual que haría con su párpado superior y va camino de hacerse viral.

Pues nada, ¡vivan las ojeras!