Carey Mulligan, mil caras y cambios de look hasta llegar a los Oscar
Además de convertirse en una de las actrices imprescindibles del cine, Carey Mulligan se ha hecho a lo largo de su carrera una experta en los cambios de look, del corte al color
Se ha puesto a las órdenes de Margot Robbie, productora de ‘Una joven prometedora’, para convertirse en una despiadada superheroína actual que lucha contra hombres malos que se aprovechan de las mujeres ebrias. De rabiosa actualidad por su segunda nominación a los Oscar, Carey Mulligan es un nombre repetido por todas partes.
Tras algunos años espaciando sus proyectos, esta actriz británica, que saltó a la fama al alzarse como protagonista de ‘An education’, cinta que le valió su primera nominación a los premios de la Academia, ha vuelto con fuerza y, como viene siendo natural en ella, con un cambio de look no solo trendy sino siempre con un imperturbable flequillo Bardot.
A diferencia de otras actrices británicas que se niegan a tocar su cabello por cuestiones laborales, Carey Mulligan no solo se presta a ello sino que ha convertido el cambio de look bianual en todo un arte. Fue ella la que recuperó el corte garçon, la que volvió a poner de moda el look Twiggy y es una fiel defensora del flequillo relajado. Puede que eso de debutar en la pantalla con un drama ambientado en los años 60 la condicionara, pero sus cortes de pelo y sus cambios de coloración son toda una inspiración beauty.
Pelazo natural
Aunque el cabello de Carey es un castaño de tono medio, en pocas ocasiones la hemos visto lucir esta tonalidad, del mismo modo que tan solo en sus primeros trabajos disfrutamos de la versión más larga de su melena. Su pelo es fino, sin embargo muy abundante, cualidad que la ha ayudado a lucir peinados muy cortos como todo el repertorio de ‘El gran Gatsby’, sin renunciar al volumen.
Con solo fijarse en su coronilla y ver cómo cae su flequillo, accesorio al que casi nunca renuncia, se nota la cantidad del cabello de la británica. En las películas ambientadas en otra época, su frondosa melena es una excepcional aliada, perfecta para lucir elaborados recogidos o sostener pañuelos, sombreros y todo sin tener que recurrir al cardado retro. Si a su cabello le sumamos el peinado con raíz en zigzag que Brigitte Macron domina, el resultado son peinados siempre esponjosos.
En este juego de volumen y espesor, el flequillo es una parte fundamental. Su flequillo Bardot, rozando sus ojos y siempre peinado con las puntas hacia dentro, es de las pocas cosas que jamás cambia en su imagen, incluso se cuela en sus personajes.
Pantone capilar
El constante cambio de coloración del cabello es quizá una de las claves de las mil caras de Carey Mulligan. Su castaño natural ha sido negro, castaño oscuro, marrón veneciano, rubio ceniza y, por supuesto, rubio platino, quizá su coloración más duradera y que ha sobrevivido a las exigencias del guion.
Rara avis del mundo del cine, Mulligan es una de las pocas actrices que no está presente en las redes sociales, así que para conocer su último cambio de look solo podemos esperar a las alfombras rojas o a verla en la gran pantalla.
Del Farrow al Meg
El cabello corto ha sido sin duda uno de sus grandes aciertos estilísticos. Aunque arriesgado, a los 24 años Carey comenzó a cortarse el pelo, pero su estilo no seguía las tendencias del momento. Su corte no respondía al bob, pixie o garçon, era un verso libre capilar, con el largo justo para poder accesorizarlo y jugar a crear melena. A continuación se decantó por el corto al estilo Mia Farrow, cambiándolo de color al gusto y dándole a su imagen un giro chic muy aplaudido.
Desde entonces, Carey Mulligan siempre se ha movido con mucha soltura por los cabellos cortos, sin ser bob, pero con un largo entre corto y melena que recordaban mucho al mítico corte de pelo de Meg Ryan en los 90, con puntas peinadas hacia afuera y las mechas rubias como reflejos de luz que creaban un look muy fresco. Aunque, por exigencias del guion, la actriz se ha visto forzada a dejarse el cabello más largo, su melena habitual es la media, ligeramente por encima de los hombros, siempre peinada con ondas deshechas y con un mechado rubio platino.
Detrás de muchos de estos cambios de look y aderezos de estrella entregada a su inmersión interpretativa está la estilista de las estrellas Jenny Choo. Cada vez que Carey se pasea por Nueva York, su estilista de cabecera acude al rescate para dejarla perfecta. Por sus manos también pasan habitualmente pelazos como Emilia Clarke, Rosie Huntington-Whiteley o Jennifer Lawrence.
El look del Oscar
De nuevo, para entregarse a su personaje, Carey Mulligan ha cambiado su look estrella, en esta ocasión dejando crecer su cabello y dejando latente que tiene mucho pelo y de mucha calidad. La melena a la altura del pecho que lleva en ‘Una joven prometedora’, junto a su corte de pelo recto, para potenciar aún más no solo su salud sino su frondosidad, han contribuido a crear el personaje que le ha merecido su segunda nominación al Oscar. Pero hay que puntualizar una cosa.
Mientras el pelazo denso y abundante de su personaje durante el día es natural, cuando cae la noche, Carey recurre a las pelucas, para cambiar radicalmente de registro. Desde el look a lo Harley Quinn hasta las extensiones para una coleta XXL, todo es postizo, igual que ya le ocurrió en 'Inside Llewyn Davis'. Porque, aunque Carey Mulligan adore los cambios de look por su trabajo, hay cosas que no está dispuesta a hacer y, no, Keira Knightley no es la única actriz británica que exige peluca.
Se ha puesto a las órdenes de Margot Robbie, productora de ‘Una joven prometedora’, para convertirse en una despiadada superheroína actual que lucha contra hombres malos que se aprovechan de las mujeres ebrias. De rabiosa actualidad por su segunda nominación a los Oscar, Carey Mulligan es un nombre repetido por todas partes.