Acrygel: la manicura a medio camino entre el gel y el acrílico, por si no sabes con cuál quedarte

Acudir al salón de manicura una o dos veces al mes ha pasado de ser una escena perfecta para un diálogo entre Charlotte y Carrie a ser un ritual cotidiano para muchas personas. En vez de atesorar esmaltes de uñas de colores variados a modo de cofre beauty, ahora guardamos en favoritos los diseños que vemos en Instagram para enseñárselos a nuestro manicurista de confianza.

En esta silenciosa, pero firme expansión de la sociedad ‘nail addict’ (adictos a las manicuras), si hay que señalar a un claro vencedor, sin duda la manicura acrílica gana por goleada. Tanto si las prefieres de largo medio o al estilo Rosalía, el esmaltado con el que conseguir un acabado más pulido y una mayor duración es el más demandado.

Por ejemplo, durante el confinamiento, las búsquedas en internet de “cómo quitarse las uñas acrílicas en casa” se dispararon, un fenómeno casi en paralelo al aumento de gente que desgració sus uñas al llevarse parte de su lámina natural con el postizo.

Pero, aunque las bondades de la manicura acrílica son más que evidentes, existen personas que encuentran su duración, cercana a las tres semanas y dependiendo del ritmo de crecimiento de cada uña, demasiado larga. Otro de los aspectos negativos más extendidos es su olor. Durante el proceso en el que se adhiere el polvo acrílico con la fórmula que se adherirá a la uña, el olor puede ser muy fuerte e incluso durar varias horas tras haber terminado el esmaltado. Los esmaltes acrílicos ofrecen el material más resistente para crear una manicura de larga duración, sin embargo, entre sus desventajas está el que no se puede utilizar en todas las personas, ya que es bastante habitual que genere reacciones alérgicas.

Es precisamente en este momento en el que el acrygel aparece como alternativa o más bien opción intermedia entre las uñas de gel -que también crean un esmaltado muy intenso y brillante pero con una duración de dos semanas- y la manicura acrílica, cuya duración supera el mes sin problema -pudiendo rellenarse a medida que crezca la uña- y que aporta una dureza a la uña que hace que el esmaltado no se salte, levante ni descascarille. Mientras el acrílico consigue manicuras de larga duración, su imagen es algo más artificial, en el otro lado están las manicuras de gel, de menor duración y resistencia pero mucho más naturales.

Paso a paso

Mientras la manicura en gel se aplica sencillamente a través de esmaltes gel, seguidos de sellados con la lámpara y el paso final de un top coat también con secado, el acrygel utiliza un acrílico en crema, también llamado acrylic gel, polygel o flexigel, igual que la manicura. Sobre la uña limada y limpia, se deposita una pequeña cantidad de esta pomada en el centro y se va extendiendo por toda la superficie, alargando los centímetros que sea necesario para conseguir una mayor largura, con ayuda de un pincel plano humedecido en líquido cleaner.

Cuando ya se ha dado la forma deseada al postizo, se seca en lámpara un minuto y la uña queda dura y la extensión fijada. A continuación solo hay que limar la superficie para que no se levante con el paso de los días y para que no se note un cambio muy marcado entre el inicio de la uña al borde de la cutícula y el acrílico. Esmaltado, top coat y sellado. Ya está, no hay misterio.

Beneficios de la manicura acrygel

Aunque pueda parecer una técnica que precisa más maña que otras, la casi total ausencia del fuerte olor del acrílico ha hecho que su popularidad haya crecido en muy poco tiempo. "Este material ofrece la naturalidad del gel y la durabilidad del acrílico. Es flexible y limpio, lo tiene todo", explican desde el salón de manicura del centro de belleza Vanitas Espai.

Su duración es menor a la de una manicura acrílica, sin embargo, es mucho más resistente que una gel. Los manicuristas destacan del acrygel la rapidez del proceso y la dureza que aportan a la uña que genere más resistencia al momento del limado, lo que también asegura su durabilidad.

Otra de las inesperadas aunque tremendamente útiles propiedades del acrygel es que se puede utilizar para reconstruir uñas. Desde Corea del Sur descubríamos los tratamientos del salón Nail Ho, en el que a través de medicamentos y una variedad de acrílico se conseguía reparar uñas muy dañadas por hongos, enfermedades o mordidas. “Aunque permite hacer uñas espectaculares, es también ideal para reconstruir uñas mordidas o frágiles con un resultado muy natural”, puntualiza Verónica Castro, directora de Vanitas Espai.

Acude siempre a un profesional

Pero la aparente facilidad de la técnica, que no precisa de tantos pasos como otras construcciones o esmaltados al solo utilizar el polygel y la lámpara de secado, han llevado a muchas personas sin la formación necesaria a lanzarse a hacerse en sus propias uñas una acrygel. Desde el centro de belleza señalan tres indicativos de que no se está realizando un adecuado trabajo, lo que puede tener consecuencias para nuestras uñas:

1. Si no se elabora bien, se puede filtrar agua, quedándose atrapada entre la uña natural y el postizo, aumentando las posibilidades de que haya humedad en la uña y aparezcan los hongos.
2. “El material debe ser de buena calidad y los utensilios desechables y de uso exclusivo para cada cliente”, pocas dudas ante esta medida.
3. Pero, sin embargo, quizá el error más fácil de identificar es el tiempo de elaboración. “El proceso de reconstrucción con Acrygel es minucioso y no lleva menos de una hora y media. No te fíes de quien te diga que puede hacértelo en media hora”.

Plataformas sociales como TikTok o Instagram han extendido el uso doméstico de la manicura acrygel. El asequible precio de los geles acrílicos, que van de los 12 a los 20 euros, así como el hecho de que no precise lámpara de secado, contribuyen a que la gente se lance a probar suerte con este tipo de manicura. Otro de los usos más extendidos de la acrygel es la reconstrucción de uñas en casos de onicofagia (morderse las uñas). El gel acrílico se convierte en una extensión poco agresiva y fácilmente moldeable.