¿Los granos desaparecen exfoliando la piel?
Hay parte de verdad y parte de mito. Sí, es imprescindible exfoliar, pero no de cualquier manera: podríamos obtener el efecto contrario
Ya sabemos que después de exfoliar, la piel queda mucho más lisa y suave, más bonita, porque eliminamos las células muertas que hay en la capa más externa de la piel y le damos el empujón para que se regenere. Y sí, nos han dicho por activa y por pasiva que cuando tenemos acné, la limpieza y la exfoliación son básicos.
No le quitamos razón, así es. Pero si nos pasamos, podemos obtener el efecto contrario. Y si no llegamos, no estaremos ayudando a resolver el problema. Elisabeth Álvarez, directora del centro INOUT y experta en dermocosmética, explica cuáles son las pautas (y los exfoliantes) para mantener a raya o mejorar los granitos.
Adiós, partículas grandes
¿Sabes esos exfoliantes con gránulos enormes que al pasarlos sientes que te arañan el rostro? Pues esos, bien lejos. Y según la experta, también cualquiera de tipo partículas. “En pieles propensas al acné, se desaconseja el uso de exfoliantes con partículas grandes o de tipo físico, ya que pueden causar irritación y dañar la piel, lo cual podría empeorar el acné.
Los exfoliantes físicos con gránulos duros pueden provocar abrasiones en la piel y aumentar la inflamación, lo que no es favorable para quienes sufren de acné, incluso pueden expandir la infección. O, como afirma Xenia García, directora del centro Cinc Estética, "si nos pasamos exfoliando, podríamos obtener un efecto rebote”.
En su lugar, apunta la CEO de INOUT, es preferible optar por “los suaves que contengan ácido salicílico. Este tipo es efectivo para limpiar los poros y eliminar el exceso de grasa, ayudando a prevenir la obstrucción de los folículos pilosos que puede conducir al acné". El ácido salicílico también tiene propiedades antiinflamatorias que "pueden ayudar a reducir la inflamación asociada con los granos”, confirma Elisabeth.
Para Xenia García, el peeling con ácido salicílico es también el ideal gracias a sus propiedades antibacterianas y antisépticas, “aunque también podríamos utilizar ácido glicólico o mandélico”.
Sí a los tónicos y lociones
Las lociones exfoliantes, tan propias de la rutina coreana, han llegado al mundo occidental para quedarse. Son esos productos que se utilizan para después de la limpieza y que se pueden usar a solas o bien antes de nuestro tratamiento habitual. Tienen una textura muy fluida porque su base es acuosa, así que no deja nada de sensación grasa y suelen contener ácidos que ayudan a eliminar las células muertas de las capas externas de la piel.
También están los tónicos exfoliantes, aquellos que se encaminan a ser el último paso de la limpieza y que diaria y progresivamente terminan de limpiar y pulir la epidermis, aportando una exfoliación progresiva. Pues bien, ambos son productos muy útiles si tenemos granitos.
Como cuenta Xenia García, consiguen mantener el poro más limpio y el cutis más liso; y como añade Elisabeth Álvarez, contribuyen también a eliminar las células muertas y a prevenir la formación de nuevos brotes de acné. “Es importante elegir productos formulados para pieles acneicas, evitando aquellos que contengan ingredientes muy irritantes que puedan dañar la piel”, aconseja esta última.
En el centro
Luego, ya en manos profesionales, “lo ideal es realizar un tratamiento más potente, como un peeling químico adaptado, a más alta concentración de la que se puede adquirir para usar en casa, o bien un láser o terapia fotobiodinámica”, cuentan desde INOUT.
La directora de Cinc Estética recomienda la exfoliación en cabina con ácidos y la oxigenación y los tratamientos con luz LED para regular la glándula sebácea, bajar la inflamación e irritación y alisar la piel. “Lo que no sería tan recomendable es la microdermoabrasión, ya que al tener un efecto mecánico sobre la piel podría irritarla más”.
Y en casa
Sin duda, la limpieza es el paso imprescindible, el gesto diario sin el que no podemos pasar mañana y noche (o una tercera vez si vamos al gimnasio) y el paso previo a esa exfoliación. En la piel con granos la limpieza es crucial porque ayuda a eliminar el exceso de grasa, las impurezas y las células muertas que pueden obstruir los poros, y a prevenir la aparición de nuevos brotes. “Conviene prestar especial atención por las noches para eliminar no solo el maquillaje, el sudor y la contaminación, sino también las bacterias que produce el acné”, dice Xenia.
“Otro punto importante es la aplicación de un tratamiento específico para el acné, como un gel o crema con peróxido de benzoilo, ácido salicílico o ácido glicólico, para tratar activamente las lesiones”, aclara Elisabeth. El siguiente paso es la hidratación, aunque haya quien siga pensando que está reñida con comedones y espinillas.
“Este punto es importante porque muchas pieles grasas con imperfecciones tienden a no hidratarse por miedo a que les provoque más acné, pero aunque parezca contradictorio la hidratación es fundamental para no empeorar el estado de la piel; eso sí, se debe usar una crema hidratante ligera y no comedogénica para no obstruir los poros”, confirma la experta.
Por último y no menos importante está el uso imprescindible de protección solar: hay que buscar un producto no comedogénico, con un SPF alto para proteger la epidermis de los daños causados por el sol y para prevenir la hiperpigmentación post-inflamatoria que puede ocurrir después de un brote de acné.
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