Por qué Claudia Cardinale es la responsable de cómo se pinta la raya del ojo tu madre
La belleza de Claudia Cardinale traspasó fronteras, pero, más allá de sus definidas facciones, su forma de maquillarse dejó una impronta que aun a día de hoy seguimos viendo en calles y pasarelas
Claudia Cardinale en los años 60. (Gtres/Pierluigi/Shutterstock)
Siciliana nacida en Túnez, Claudia Cardinale fue junto a Gina Lollobrigida y Sophia Loren una de las tres damas del cine italiano. De expansión internacional, no solo se codeó con Marcello Mastroianni, su eterno partenaire en la gran pantalla, también trabajó con estrellas del Hollywood clásico, de Burt Lancaster a Henry Fonda o John Wayne.
Sus éxitos se concentraron en las décadas de los años 60 y 70, pero no se desvinculó del cine a lo largo de su vida. Por ejemplo, su último trabajo en la gran pantalla fue en la película de 2015 ‘Todos los caminos conducen a Roma’ (junto a Sarah Jessica Parker y Raoul Bova).
Sin embargo, y aunque estuviera retirada en su casa de Nemours, Francia, la influencia de Claudia Cardinale no descansaba. No solo a nivel cinematográfico, sino también como icono beauty.
Detalle del marcado delienado inferior de Claudia Cardinale. (Gtres/Pierluigi/Shutterstock)
Concretamente, su forma de maquillar sus ojos, en parte fruto de las corrientes estéticas de las décadas de su apogeo profesional, se ha convertido en una referencia beauty fácilmente identificable y que aún resuena. En las colecciones de otoño-invierno 2025 de Stéphane Rolland o Giorgio Armani veíamos su característico trazo.
Precisamente, en los desfiles de Armani, gran amigo de la actriz, este tipo de delineados se convirtieron en su maquillaje clásico -junto al Armani Glow-, reinventándolos temporada tras temporada, sobre todo en los desfiles de Armani Privé.
¿En qué consiste el eyeliner Cardinale?
En algún momento del auge del delineado, la forma de perfilar los ojos se sometió a tantos estilos que, prácticamente, cada estrella de cine tenía su propia forma de hacerse la raya del ojo.
Claudia Cardinale y Marcelo Mastroiani. (Gtres)
Los de Audrey Hepburn eran de cervatillo, siempre rematados con un rabillo ascendente, los de Marilyn Monroe, por el contrario, perseguían la languidez, para lo que utilizaban un trazo más recto con el que hacer caer el ojo, Brigitte Bardot era más del delineado difuminado.
Todas ellas, sin embargo, siempre daban prioridad al párpado superior, realzando o rasgando la forma del ojo. A diferencia de la corriente Hollywoodiense, la escuela italiana no discriminaba el párpado inferior y perfilaba tanto la línea de las pestañas superior como la inferior.
Sophia Loren, la única de las tres divas italianas que sigue con viva, aún sigue perfilando sus ojos, arriba y abajo, logrando que ambos trazos conecten, dejando siempre un diminuto triángulo blanco.
Claudia Cardinale en los años 60. (Gtres/Courtesy Everett Collection)
El eyeliner Cardinale, aunque perfila todo el ojo con un lápiz negro, se intensifica sobre todo en la línea de las pestañas inferiores. El trazo varió a lo largo de su carrera, a veces era más fino y otras más grueso, pero siempre se caracterizó por mantener la horizontalidad geométrica, independientemente de la forma del ojo.
Esta particularidad abría enormemente el ojo, haciéndolo más grande y luminoso. En algunas ocasiones, para potenciar el contraste, también acentuaba el espacio entre eyeliners con un lápiz de ojos blanco.
Mientras Loren sí cerraba el trazo del delineado superior con el del inferior, en un acabado casi egipcio, enseguida, Cardinale mantuvo ambas rayas del ojo paralelas, de tal modo que no se tocara.
Este gesto único y distintivo mantuvo un antes y un después en la forma de pintarse los ojos de muchas mujeres, tanto coetáneas de Cardinales como de generaciones posteriores. A día de hoy, puedes echar un vistazo entre madres y abuelas y verás que el eyeliner Cardinale es un básico.
Claudia Cardinale en los 90. (Gtres/MPNC)
Fiel defensora de su personal maquillaje, hasta sus últimas apariciones, la actriz italiana lució su impoluto delineado, a veces jugando con sombras, otras con lápices de colores, pero siempre depositando una capa de máscara de pestañas en las pestañas inferiores. Todo un ejemplo de personalidad, fidelidad a uno mismo y de historia del maquillaje.
Siciliana nacida en Túnez, Claudia Cardinale fue junto a Gina Lollobrigida y Sophia Loren una de las tres damas del cine italiano. De expansión internacional, no solo se codeó con Marcello Mastroianni, su eterno partenaire en la gran pantalla, también trabajó con estrellas del Hollywood clásico, de Burt Lancaster a Henry Fonda o John Wayne.