Un año especial para protagonistas importantes del vino español: así lo celebran

Por delante queda un trimestre en el que volverán a aparecer, además de las nuevas añadas de los vinos, elaboraciones de nueva creación de muy variados perfiles. Se trata de un hecho habitual año tras año –y que no pare, que es buena señal–, lo que abunda menos son los cumpleaños señalados o las puestas de largo por estrenos importantes, que es de lo que hoy nos ocupamos. Porque en este 2022 son varias las celebraciones de peso que vienen aconteciendo desde los primeros meses en el sector vinícola, con protagonistas destacados y por todos, o casi todos, conocidos.

En el apartado de los cumpleaños, Gramona, una de las casas catalanas más importantes del espumoso en el Penedès, en sus inicios miembro destacadísimo de la denominación Cava que hace años abandonó, está este año celebrando su centenario. Desde aquella salida se cuenta entre los principales promotores del colectivo Corpinnat, una marca europea de calidad con la que identifican las burbujas que elaboran en Penedès (son once las bodegas que lo conforman actualmente, www.corpinnat.com) bajo unos estrictos criterios de selección y elaboración, tanto en el campo como en la bodega, que acreditan unos estándares de calidad.

Bodegas Chivite (www.chivite.com), una de las bodegas históricas en el devenir de la Denominación de Origen Navarra, celebra este año su 375 cumpleaños, pues el primer documento que acredita la vinculación de la marca Chivite con el mundo del vino data de 1647. Por este motivo, para tan relevante ocasión, han preparado mil unidades de un estuche especial (85 €) de cosechas antiguas en conmemoración de este 375 aniversario que incluye tres añadas de su emblemático Chivite 125: reserva 1994, 2002 y 2017 vino de guarda. Chivite es una de las dinastías con mayor historia de España, pues son once las generaciones que se han ido pasando el testigo de la tradición vinícola, unos siglos durante los que la casa y la marca se ha ido adaptando a los gustos y los tiempos. A día de hoy, forma parte del grupo catalán Perelada Chivite, pero Julián Chivite mantiene su cargo como principal responsable de la bodega.

Por supuesto, no nos podemos olvidar de uno de los más importantes nombres de la Ribera del Duero, Alejandro Fernández, hoy ya fallecido, pero cuya casa, Bodegas Tinto Pesquera, fue de las impulsoras de la puesta en marcha de la denominación. Pues esta bodega cumple 50 años, ahora convertida en Familia Fernández Rivera (www.familiafernandezrivera.com), en manos de tres de sus hijas, su exesposa, Esperanza Rivera, y sus nietas. Un potente grupo vinícola del que también forman parte las bodegas Condado de Haza, Dehesa la Granja, El Vínculo, además del hotel AF Pesquera. Era Tinto Pesquera aquel primer vino de la casa que aparecía en 1972 y que iba a servir para impulsar el potencial de la zona, convertida en denominación de origen una década después. Coincidiendo con este importante aniversario, a comienzos de año inauguraban un nuevo espacio de elaboración destinado a sus vinos prémium y donde disponen de depósitos de inoxidable, madera y hormigón.

Y llegamos al Consejo Regulador de la Ribera del Duero que este año alcanza sus cuatro décadas de historia como denominación y que tiene entre los padres fundadores a aquel ‘visionario’ que fue Alejandro Fernández; Pablo Peñalba de Bodegas Peñalba López / Torremilanos; los tres hermanos Pérez Pascuas (Viña Pedrosa - Bodegas Hermanos Pérez Pascuas); Ismael Arroyo de las bodegas del mismo nombre, y Anastasio García (Bodegas García de Aranda). Una celebración que arrancaba el pasado 23 de julio en Peñafiel, la villa vallisoletana firmemente unida a la historia de la D.O. y donde hoy conviven un importante número de bodegas, y donde se reunían aquellos fundadores entre los que, obviamente, faltaba Alejandro Fernández. Fue el 21 de julio del año 82, en la estación de metro de Retiro, en Madrid, donde se firmaba el que iba a ser el primer reglamento de la Ribera del Duero. Una denominación que entonces reunía tan solo una decena de bodegas y un centenar de viticultores y que ocupa varias provincias de Castilla y León aunque gran parte de las bodegas se concentran en municipios de Valladolid y Burgos.

En la denominación vecina de Rueda también están de celebración en Bodegas José Pariente (www.josepariente.com), referente de calidad en una zona con defensores y detractores, pero casa que desde sus comienzos ha apostado por ofrecer lo mejor del territorio con la uva verdejo como protagonista destacada a partir del respeto por el viñedo (transformado a ecológico) y el medioambiente. La firma está cumpliendo sus 25 años con la tercera generación al frente, Martina e Ignacio Prieto Pariente. Pero es en la década de los sesenta cuando arranca la historia de esta familia de manos del viticultor José Pariente. Luego, su hija, la enóloga Victoria Pariente, tomó las riendas a finales de los noventa, poniendo en marcha la elaboración de vinos blancos para comercializar y la bodega.

Veinticinco años después, sus vinos se cuentan entre los referentes de la DO Rueda y son sus hijos quienes se ocupan del día a día, tanto de José Pariente como del segundo proyecto personal que tienen en marcha desde 2013, Bodegas Prieto Pariente (www.prietopariente.com), donde hacen pequeñas elaboraciones de vinos procedentes de viñedos recuperados en diferentes municipios de la región.

Y un último cumpleaños que podemos referir es el medio siglo que celebra Bodegas Solar de Samaniego con instalaciones en Rioja (www.solardesamaniego.com) y en Ribera del Duero (Bodegas Durón). En estos años, además, la bodega riojana de Laguardia (Álava) ha sido premiada hace dos años con el galardón a la mejor experiencia enoturística de las Rutas del Vino de España, interés al que añade la espectacular intervención artística del australiano Guido van Helten, responsable de convertir 7 depósitos de acero inoxidable, de 13 metros de alto, en gigantes lienzos cuya obra rinde homenaje a la cultura de la zona. En los últimos tiempos, aparte de emprender un ambicioso proyecto enoturístico también han recuperado zonas de vinificación y crianza dentro de la bodega, aunque respetando su arquitectura industrial original por su valor patrimonial.

Para otras bodegas, el acontecimiento del año ha sido poder, al fin, inaugurar sus nuevas instalaciones. Es el caso de Perelada (Peralada, Girona), bajo el paraguas de la DO Empordà, que acaba de estrenar nueva bodega, un espectacular proyecto sobre el que llevaban dos décadas trabajando (www.perelada.com). Un maravilloso y amplísimo edificio, de líneas limpias, integrado en el entorno, sostenible en su totalidad (reducción de consumos energéticos incluida), diáfano, sin pilares y abierto a la luz natural, pero en el que no hay ventanas... “Un volumen ligado a la topografía, integrado pero alejado de la idea convencional del edificio”, en palabras de uno de sus artífices.

Y es que esta genial obra del estudio de arquitectos RCR, ubicado en Olot y compuesto por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta, premiados con el Pritzker de arquitectura en 2017, el máximo galardón en su disciplina. Una bodega innovadora, diferente, única en la zona y ubicada a continuación de los edificios históricos que en este momento conforman la Granja del castillo de Peralada. El nuevo edificio se asienta en tres ideas fundamentales: sostenibilidad, máximo nivel tecnológico y espacio visitable (enoturismo). Y de hecho ya empiezan a recibir grupos, aunque no pueden ser más de quince personas. En cuanto a la distribución de este edificio, tres bodegas en una: la de blancos y tintos; la de vinos de finca, y otra destinada a los vinos de la Finca Garbet (sus elaboraciones top) y los vinos experimentales. La marca Perelada nace en 1923 (¡... a puntito del centenario!) cuando Miquel Mateu Pla, abuelo materno de Javier Suqué –director de la división vinícola del grupo–, adquiere el conjunto monumental del castillo del Peralada, un edificio del siglo XIV. Con la compra y la fundación de la bodega contribuiría a revitalizar la industria vitivinícola en el Empordà.

Y se suma a este estreno el de la riojana Bodegas Beronia (propiedad del grupo gaditano González Byass desde el año 82), en marcha desde hace algunos meses, pero cuya inauguración no ha podido ser posible hasta este año por culpa de la pandemia. Y este verano tenía lugar su puesta de largo, otra construcción totalmente sostenible, integrada en el paisaje y de bajo impacto ambiental, y por ello la primera del mundo en lograr la calificación LEED V4 BD+C:NC, o lo que es lo mismo, la certificación Liderazgo en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible que concede el US Green Building Council.

Vecina de la subzona conocida como Rioja Alta, en concreto del pueblo de Ollauri, entre su interior y exterior reúne todos los argumentos medioambientales que la han hecho merecedora de dicho reconocimiento: aprovechamiento de la energía geotérmica para climatizar las instalaciones, recuperación del agua de lluvia, gestión de residuos o sistemas de detección de CO2 para asegurar la calidad ambiental, entre otros. El estudio de arquitectura IDOM ha sido su artífice (obra por la que la firma bodeguera ha recibido varios reconocimientos internacionales), como hace cinco años firmaron la bodega que Beronia tiene en Rueda. En cuanto al exterior de la de Rioja (www.beronia.com), llama la atención porque está enterrada casi en tu totalidad bajo una cubierta vegetal y en sintonía con las distintas terrazas de viñedo que se divisan desde el interior.

En resumen, un año de gran actividad en lo que a motivos de celebración respecta y que todavía no ha terminado; quedan semanas por delante para seguir celebrando.