La Parrilla de la Máquina: buenos pescados, magnificas verduras y la mejor carne del mundo

Son pocos los proyectos empresariales dentro del mundo de la gastronomía capaces de cumplir cuarenta años de vida. Ese es el caso del grupo La Máquina, creado en 1982, el mismo año en el que España organizó el Mundial de futbol, que García Márquez ganó el Nobel y que Michael Jackson lanzó su célebre videoclip ‘Thriller’. Desde la apertura de La Máquina Original de Sor Ángela de la Cruz, todavía indiscutible buque insignia del grupo, hasta el día de hoy, el veterano conglomerado gastronómico suma 15 establecimientos, unos más populares y otros más elitistas, pero todos compartiendo una misma preocupación por el producto.

Aunque lleva ya bastante tiempo funcionando, la Parrilla de la Máquina heredó el domicilio de su antecesor Lux, otro restaurante del grupo que, en nuestra opinión, jugó en su día a imitar a su vecino Amazónico, intentando, a su manera, plantear una oferta gastronómica ecléctico-internacional que no terminó de cuajar. Con el cierre de Lux y su transformación en La Parrilla de la Máquina, el grupo hostelero recuperó la esencia de su negocio, que fundamentalmente se basa en la búsqueda de las mejores materias primas, una cocina sencilla y un excelente servicio.

Este local no hace ni más ni menos que ser fiel a la filosofía que caracteriza al grupo desde siempre y lo pone en práctica de la manera más auténtica y actual: haciendo que el producto se exponga y exprese al máximo, sometiéndolo al desnudo y decisivo test de las brasas, sin más disfraz ni enmascaramiento culinario.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí

Transcurrido ya prácticamente un año desde su apertura, el restaurante ha consolidado su estupenda oferta parrillera. De sus brasas, a la vista del comensal si uno está en el comedor superior del restaurante, salen toda clase de apetecibles platos: desde unos delicados puerros confitados acompañados de salsa romesco a unas exquisitas alcachofas con lascas de ibérico, pasando por una espléndida lubina, un soberbio rape, un magnífico calamar… Así hasta culminar con tres suculentos cortes (chuleta, entrecot, solomillo), madurados entre 30 y 45 días, de la considerada a lo largo de los tres últimos años como la mejor carne del mundo (reses criadas en Finlandia de la raza Ayrshire).

Los aromas y paladares que las ascuas de encina de la Parrilla de la Máquina confieren a verduras, pescados y carnes, son verdaderamente notables. Decir únicamente que a los que somos declaradamente ictiófagos se nos queda un poco corta la actual nómina de grandes pescados que propone el restaurante. Estaría bien que con el privilegiado acceso que el grupo tiene a las mejores lonjas del país, su propuesta de fauna marina se enriqueciese algo más con singulares ejemplares de rodaballo, lenguado, besugo…

Lógicamente, además de todo lo que surge de la parrilla, el establecimiento de Jorge Juan ofrece una amplia gama de otro tipo de platos: la tradicional y ya clásica ensaladilla rusa de La Máquina, croquetas caseras de jamón ibérico, gambas de cristal con huevos camperos fritos, tortilla de bacalao, merluza de pincho albardada con pimientos de piquillo, chipirones en su tinta con arroz bomba, chuletitas de lechal a la sartén, steak tartar de solomillo Ayrshire… El momento dulce está también deliciosamente cubierto por una amplia propuesta de postres, entre los que habría que destacar la tarta de chocolate fondant y la cuajada de oveja con miel de retama, ambos caseros.

Entre la variada carta de vinos de la casa, merecen reseñarse, por su estupenda relación precio-calidad, los embotellados expresamente para La Máquina por diferentes bodegas como Cune o Contino.

Para finalizar, decir que como buena parte de los restaurantes que llenan la muy gastronómica calle Jorge Juan, este también dispone de una agradable terraza de la que disfrutar esos escasos pero deliciosos días soleados del otoño madrileño.