Devoción por las torrijas: reinventadas o clásicas, estas son las mejores de España
Ya huele a incienso y a torrijas. Estos días de Semana Santa tienen un clarísimo colofón con este pan dulce presente en cada casa y pastelería. Recorremos siete de las mejores del país
Pan, leche (o almíbar, o vino), huevo, azúcar, miel o melaza y canela. ¿Qué es? El dulce estrella de estas fechas, la torrija. Presente sin excepción en todas las vitrinas de las pastelerías durante la cuaresma y en estos días finales de la Semana Santa, lleva siglos en nuestra tradición culinaria. Tanto es así que hasta la propia RAE incluye su acepción más coloquial, esa que denomina a una considerable borrachera. “¡Menuda torrija!”, es lo que exclamarás —suponemos que en el sentido repostero de la palabra— cuando pruebes cualquiera de las que aquí te presentamos.
¿Por qué se comen torrijas solo en Semana Santa?
La torrija es tan universal que en muchos restaurantes ya la sirven como postre durante todo el año. En el caso de las confiterías es otro cantar porque no es fácil encontrarla fuera de su periodo estrella. Si bien no son una creación española —su primera mención está en el tratado culinario de Apicio, en el siglo I—, tiene en nuestro país una fuerte raigambre. Se explica, con toda probabilidad, por la tradición católica de España, por encima de la de Francia u otras naciones en el último siglo. El país vecino las ha popularizado en el mundo entero como tostadas francesas, pero en ningún lugar se comen con el fervor que aquí se les profesa.
El bajo nivel económico patrio hasta mediado y finales del XX o los ayunos y vigilias eclesiales durante la Cuaresma, son algunas de las teorías que justifican por qué se convertía una simple rebanada de pan duro en una calórica, barata, sencilla y deliciosa receta dulce. ¡Hasta hoy! Te contamos dónde están algunas de las más galardonadas y exquisitas, desde las más típicas a las más innovadoras.
La mejor torrija de España está en una carnicería
Es la única de esta lista que no sale de un obrador, pero tenemos que hacer la excepción. La mejor torrija de España, y no es la primera vez que resulta vencedora, está en la carnicería Gabiria de Getxo. Sí, en una carnicería. Aritza Gabiria, al frente ahora del negocio familiar, cocina y sirve algunos platos en ella, pero no deja de ser una carnicería. Su receta ha conquistado por segundo año consecutivo al jurado del VIII Concurso Nacional de Torrijas celebrado en Astorga.
Pan, leche, azúcar, huevo y canela. La receta no tiene trampa ni cartón. O sí. Amor de madre, la persona que le enseñó y acompaña a cada concurso. La torrija es la estrella, pero también ha ganado un certamen de cachopo, de hamburguesas… ¡Más carnicerías así, por favor!
La torrija más innovadora
Del mismo certamen sale otra ganadora; este año, especialmente sorprendente. ¿A qué te suena el nombre Tringles? ¿Tal vez a las famosas patatas fritas presentadas en botecitos de colores, las del 'cuando haces pop, ya no hay stop'? No vas desencaminado, mira la foto.
De esta forma tan creativa, la pastelería Xokoreto de Castronuño, en plena ruta del vino de Rueda en Valladolid, se ha alzado con el premio a la más original. Hay que tener la imaginación de José Ignacio Colina para que se te ocurre triturar una torrija, amasarla con esta forma y hasta diseñar el envase.
La más celebrada de Madrid
Una veintena de pastelerías artesanas han participado en otro certamen, en este caso organizado por la Asociación de Empresarios Pasteleros Artesanos de Madrid (Asempas). La reina de su sexta edición ha sido una de las más famosas de la capital, la de El Riojano.
Este icónico local, que abrió sus puertas en los años 50 del pasado siglo gracias al camerano Dámaso Maza, pastelero de la reina María Cristina de Borbón, las hace con leche o vino y son espectaculares. Dignas de la realeza, de las altas esferas y de ti y de mí, consta que eran las favoritas de Jacinto Benavente.
Torrijas de cruasán
Quizá no sean tan chocantes como las Tringles, pero las Pastelerías Mallorca, otro estandarte, se han atrevido a cambiar el pan habitual por pan de cruasán. ¿El resultado? A nosotros nos ha chiflado.
Mallorca destaca así con su torrija de pan brioche, su secreto desde hace más de seis décadas. A esta, vendida en dos tamaños, añaden una nueva edición limitada acompañada con una fina crema de vainilla de Madagascar que la da un toque sobresaliente.
Otra capitalina (y healthy) que nos encanta
Si ya nos gustaba el roscón de Reyes de El Horno de Babette, su torrija nos conquista del todo. Su particularidad es que no se fríe, se hornea, y resulta así mucho más ligera. ¡Para comerse más de una con menos remordimientos!
Con pan de masa madre, crujientes y doradas por fuera, y jugosas por dentro. La panadera Beatriz Echeverría ha dado en el clavo de lo saludable. Mejor resérvalas porque vuelan.
Las más famosas de Sevilla también son más ligeras
En el barrio de Nervión se encuentra Lalita Café, una reconocida cafetería con 'cocina dulce' que en Semana Santa ofrece un claro éxito: sus torrijas a la plancha.
Las suyas son torrijas de leche caramelizada y sí, se pasan por la plancha, no se fríen en aceite. Consiguen con ello, dicen, “un sabor diferente y una torrija mucho más ligera”. Encárgalas si no te quieres quedar sin ellas.
Con coñac, en Zaragoza
Una torrija que cumple con los dos significados del término, ¡ojo con excederte! En Nava, emblemática pastelería zaragozana desde los años 80, la bañan en leche y en coñac, lo que le confiere su distintivo sabor.
Otro secreto a voces es su masa de brioche. Entre el alcohol y su suavidad son como para agarrarse, en efecto, una buena torrija con todas las letras.
Pan, leche (o almíbar, o vino), huevo, azúcar, miel o melaza y canela. ¿Qué es? El dulce estrella de estas fechas, la torrija. Presente sin excepción en todas las vitrinas de las pastelerías durante la cuaresma y en estos días finales de la Semana Santa, lleva siglos en nuestra tradición culinaria. Tanto es así que hasta la propia RAE incluye su acepción más coloquial, esa que denomina a una considerable borrachera. “¡Menuda torrija!”, es lo que exclamarás —suponemos que en el sentido repostero de la palabra— cuando pruebes cualquiera de las que aquí te presentamos.