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Crimen de la viuda de la CAM: una herencia millonaria y un albacea de oscuro pasado
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se cumplen dos años del caso

Crimen de la viuda de la CAM: una herencia millonaria y un albacea de oscuro pasado

El partidor del testamento del ex presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo fue procesado por incendiar su propia empresa de plásticos y fraude procesal

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El asesinato de la viuda del ex presidente de la CAM, Vicente Sala, ocurrido hace dos años en un concesionario propiedad de la víctima en Alicante, y que la policía enmarca dentro de una guerra familiar por el control de una multinacional del plástico que en 2016 facturó más de 240 millones de euros, vive un trámite crucial. El juez, que primero metió en la cárcel y luego dejó en libertad provisional al único detenido, tendrá que decidir ahora si lo envía a juicio: Miguel López, de 51 años y yerno de la viuda asesinada, se sentaría ante un jurado popular y la posibilidad de ser condenado a 24 años de cárcel. Eso es lo piden para él el fiscal y su cuñado, el único hijo varón de la víctima. Vicente Sala Martínez es también el “heredero universal”, según el testamento de su madre, quién seis meses antes de morir designó a un albacea que había estado preso por incendiar su propia empresa de plásticos.

[LEER MÁS: Crimen de la CAM: la estrategia del hijo para apartar a sus hermanas de la empresa]

El albacea es la persona encargada de inventariar y repartir los bienes del difunto entre los herederos. Cuando María del Carmen Martínez fue asesinada, el 9 de diciembre de 2016, tenía 72 años y encabezaba uno de los dos bandos en los que se había partido su familia desde la muerte de su marido, por un cáncer, cinco años antes. Doña Carmen y el hijo, por un lado; y las tres hijas por el otro. Miguel López, marido de la hija pequeña, tampoco es que se hubiera criado descalzo: ese otoño había heredado dos millones de euros de su familia de origen. Cuando encontraron a la víctima agonizando, Miguel López no estaba en Novocar, pero se había cruzado con ella en el parking media hora antes, por lo que se convirtió en el sospechoso oficial.

placeholder  Coche en el que apareció el cuerpo sin vida de María del carmen Martínez. (Efe)
Coche en el que apareció el cuerpo sin vida de María del carmen Martínez. (Efe)

El foco policial sobre Miguel López llegó a cerrarse tanto que iluminó improbables pliegues de su biografía: “su padre era tornero”, escribió la policía para justificar su detención dos meses después del asesinato. El oficio del padre ayudaría a explicar la habilidosa manipulación con la que se habían recortado las balas del crimen, según el atestado policial. Pero resultó que el padre no era tornero; y que las balas tampoco habían sido recortadas con las herramientas de bricoleur que Miguel López tenía en su casa y que la policía requisó. Meses después, el análisis de los restos de ADN hallados en un casquillo de bala confirmó que hay un sospechoso suelto. Y no es el yerno. Junto a su esposa, las otras dos hijas de la víctima defienden la inocencia de López.

Un albacea expresidiario

En el caso de una guerra familiar por el control de la herencia empresarial y con una investigación policial tan entregada a la genealogía, sorprende que los agentes no hayan tenido en cuenta la biografía del otro albacea del testamento: un empresario catalán del sector del plástico a quien la viuda designó seis meses antes de que la asesinaran. José María D. V., hoy jubilado, estuvo preso por incendiar su propia empresa de plásticos, procesado por estafa y fraude procesal en los años ochenta, según dos reportajes periodísticos localizados por Vanitatis. Contactado el viernes para recabar su versión, el empresario declinó atendernos. Al menos una de las empresas de su familia también tiene, como Sanar Internacional, intereses en Latinoamérica.

El sumario no recoge que se haya investigado al albacea y la policía, contactados tanto el jefe de grupo que dirigió la investigación, como un portavoz de la Policía Nacional en Alicante, ha declinado pronunciarse. Quien sí dio el viernes explicaciones por teléfono fue el hijo de la viuda, así como los dos asesores que habían defendido la necesidad de nombrar albaceas seis meses antes del crimen. Los tres sostienen que no lo sabían.

“Me extraña muchísimo”, afirma Vicente Sala Martínez, primogénito de la viuda del ex presidente de la CAM. El heredero universal del testamento dice que no tenía “ni idea” del pasado de Dalmases. “Yo sí que conozco algún industrial del sector que ha tenido algunas dudas sobre algún incendio en sus fábricas. Pero vamos, jamás he sabido yo que hubiera sido el señor Dalmases. Y me extraña muchísimo”, añade. El empresario catalán ya había sido designado también albacea en el testamento del ex presidente de la CAM, fallecido cinco años antes que su viuda.

placeholder  Tanatorio donde se llevó el cuerpo sin vida de la viuda. (Efe)
Tanatorio donde se llevó el cuerpo sin vida de la viuda. (Efe)

La “conveniencia” de nombrar a albaceas de la confianza del hijo --al fin y al cabo, son los encargados de contar y repartir la herencia del difunto--, fue planeada por Vicente Sala Martínez y dos de sus asesores meses antes del asesinato. Según un documento del despacho de Luis Corno, uno de los asesores legales del hijo, al que ha tenido acceso Vanitatis, en una reunión de mediados de abril “se acordó la conveniencia de designar Albaceas y Contadores-Partidores a personas de [la] confianza” de Vicente Sala Martínez. Dos semanas después, la viuda modificó el testamento y designó a José María Dalmases y a José Luis Albarracín, asesor fiscal del hijo.

“Yo del señor José María Dalmases no sé nada más que fue la persona designada por Vicente Sala padre en su testamento”, dice Luis Corno al teléfono. “Y de ello coligo que si es una persona designada por don Vicente Sala padre para ser nombrada albacea, es que sería la persona que para don Vicente Sala [padre] debía tener su confianza. Esto es todo y lo único que sé”, añade.

El otro albacea, José Luis Albarracín, asesor en vida también del expresidente de la CAM, asegura que tampoco conocía el pasado de Dalmases: “Yo no he tenido jamás relación con este señor como para conocer ese detalle”. ¿Lo sabía al menos el ex presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, cuando lo nombró? “No podemos resucitarlo para preguntárselo”, responde Albarracín, uno de los hombres de confianza tanto de Vicente Sala padre como de Vicente Sala hijo.

Tanto el primogénito, como su abogado, Corno, y su asesor fiscal, Albarracín, descartan que ese pasado pueda tener alguna relevancia a la hora de desentrañar el crimen de la viuda de la CAM. “Eso es como si se pone usted a investigar sobre mí. Encuentre lo que encuentre, no tenemos nada que ver con este asunto”, dice Albarracín. Los tres mantienen una posición de principios, es decir, irreconciliable con la contingencia de los hechos. Esa misma postura la han mantenido durante el proceso y han protestado siempre que la defensa de López preguntaba por posibles móviles alternativos al crimen (desde un sicario enviado desde Latinoamérica, hasta un robo fortuito). El juez ha desestimado sistemáticamente sus protestas: todo lo que tiene que ver con un posible móvil, tiene que ver con la investigación del crimen.

Vicente Sala y sus dos asesores aparentemente mantienen con el albacea la misma confianza ciega que llevó al ex presidente de la CAM y a su viuda a nombrarlo. Y la misma determinación en seguir señalando al yerno, en contra incluso de los restos biológicos hallado en uno de los casquillos del crimen, como el asesino. Familia obliga.

El asesinato de la viuda del ex presidente de la CAM, Vicente Sala, ocurrido hace dos años en un concesionario propiedad de la víctima en Alicante, y que la policía enmarca dentro de una guerra familiar por el control de una multinacional del plástico que en 2016 facturó más de 240 millones de euros, vive un trámite crucial. El juez, que primero metió en la cárcel y luego dejó en libertad provisional al único detenido, tendrá que decidir ahora si lo envía a juicio: Miguel López, de 51 años y yerno de la viuda asesinada, se sentaría ante un jurado popular y la posibilidad de ser condenado a 24 años de cárcel. Eso es lo piden para él el fiscal y su cuñado, el único hijo varón de la víctima. Vicente Sala Martínez es también el “heredero universal”, según el testamento de su madre, quién seis meses antes de morir designó a un albacea que había estado preso por incendiar su propia empresa de plásticos.

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