Laura Escanes, con nuevo look de pelo rosa, aclara los rumores sobre su separación de Risto

Ya sean los miembros de una relación famosos o no, lo que hagan o dejen de hacer desde sus redes sociales mutuas –un unfollow, aparecer en menos fotos juntos o borrar ciertas imágenes– es hoy en día un indicador que muchos toman como definitivo en el estado de un noviazgo o matrimonio. Esto es lo que les ha ocurrido a Laura Escanes y Risto Mejide, que últimamente han aparecido muy poco juntos en Instagram y esto ha hecho que se disparasen los rumores.

Por eso, la catalana, que recientemente sorprendía a sus seguidores –tiene más de un millón y medio en esta red social– con un cambio de look inesperado apuntándose a la tendencia del pelo rosa, ha querido salir al paso de estas especulaciones desde sus stories.

En sus habituales rondas de preguntas y respuestas para sus seguidores, mientras confesaba su mayor defecto ("mi impulsividad") y comentaba que su hija Roma ya duerme mejor por las noches, respondía también sin tapujos a la pregunta "¿qué pasa con Risto?".

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"Chicos, contesto una vez y ya", advertía la influencer al abordar este tema. "Ayer lo dije en el directo, pero lo recuerdo por aquí: por no subir fotos con alguien no significa que haya pasado algo. Ni con amigos, ni con parejas… Hace unos meses que subo más bien pocas fotos como post y estoy más presente en stories".

"No ha pasado nada. Estamos bien. No hay divorcio, podéis estar tranquilos. He leído cada cosa...", sentenciaba Laura, confirmando así que las aguas en su matrimonio, que dura ya tres años, siguen en calma de momento.

La pareja comenzaba a finales del año pasado junto a su hija una nueva vida tras varios años residiendo en Barcelona. Y es que, aunque mantenían una segunda residencia en la capital, donde entre semana trabaja el presentador de 'Todo es mentira', hace unos meses tomaban la decisión de trasladarse con todas sus cosas definitivamente a Madrid.

Ahora, tras una intensa búsqueda y una reforma, el matrimonio ya se han mudado a su nuevo hogar: un casoplón en el corazón del barrio de Alfonso XIII, una de las zonas residenciales más tranquilas de la ciudad, que han modificado a su gusto con el beneplácito de su casero y por el que estarían pagando unos 4.000 euros al mes.