Sol Macaluso: así es la reportera que nos emocionó desde Ucrania

A través de unas sinceras palabras, "el cuerpo me está pidiendo una pausa", comunicaba la joven reportera Sol Macaluso que su etapa como tal en plena guerra de Ucrania llegaba a su fin. Después de dos meses conquistando a los espectadores con su forma de contar los dramas que se viven en el país desde la invasión rusa, relataba en su blog que el cansancio y estar tan lejos de su familia la habían empezado a afectar.

A su regreso a nuestro país, la periodista ha celebrado sus 27 años con una aparición en 'El programa de Ana Rosa', donde recibía la felicitación muy especial de Stephan, el cámara que trabajó con ella durante su periplo en Ucrania. "Ya estás en casa, te lo mereces. Estoy orgulloso de ti y de ser tu amigo. Nunca olvidaré lo que hiciste por mi país, por mi familia y por mí", decía emocionado.

El padre de Sol también se deshacía en elogios con ella, diciendo de su hija que es "una niña muy madura y extremadamente humana. Le ha puesto una faceta a esta crónica de guerra muy particular". La vida ha cambiado en muy poco tiempo de forma radical para Sol. Apenas unos días después de estar informando en el stand de su Argentina natal en Fitur, de pronto estaba enviando sus crónicas desde la guerra de Ucrania.

Con pocas horas de sueño y en medio de la preocupación por el incierto futuro del conflicto, con el recrudecimiento de los ataques de las fuerzas de Vladímir Putin, la periodista aseguraba en uno de sus últimos posts de Instagram encontrarse en "una situación totalmente nueva y desafiante para mi carrera", mientras repetía una y otra vez que "lo estoy haciendo lo mejor que puedo y tengo un gran equipo detrás".

Parte de ese equipo ha sido Max, su guía y hombre de confianza en la zona invadida por los rusos, de la que siguen huyendo miles de refugiados. Él ha sido protagonista además de una triste historia que afortunadamente ha tenido un final feliz. Sol Macaluso le prometía a su 'fixer' poner a salvo a su hija y ha cumplido su palabra.

"Yo iba a regresar a España hoy o próximamente, pero por mi compromiso con la profesión he decidido quedarme en Ucrania unos días más", contaba entonces la argentina en 'El programa de Ana Rosa', confirmando que la joven ya había podido salir del país junto a una compañera, pero su padre volverá a Kiev para tomar las armas y defender a su país.

"Yo no debería ser el foco de la noticia, pero si mi emoción permitió que ustedes se emocionen y empaticen desde casa, siento que mi tarea está cumplida", añadía en aquel momento desde sus redes sociales, aclarando que no daría entrevistas sobre la historia de Dana, que ya está sana y salva en Barcelona.

Tan profesional como solidaria y optimista, está convencida de que "de esto saldremos todos más fuertes y sabios, y ojalá mi voz siga siendo la historia de muchos otros que la necesitan". En esta tarea estará armada con el amuleto que le regaló su guía. Según explica ella misma, es un colgante "con el escudo y la bandera de su país, con los colores de la misma".

Lejos de los horrores de la guerra, sus redes sociales nos descubren a una joven reportera capaz de desenvolverse en tres idiomas –español, inglés e italiano– y que en materia de fútbol defiende los colores del Atlético de Madrid, que entrena su compatriota Diego Simeone.

De carácter muy familiar, es habitual verla posar junto a su padre, exministro de Salud en Tierra del Fuego, y a ellos les dedicaba un emotivo mensaje con motivo de la llegada del año nuevo.

"Para mi familia, seguir disfrutando y valorando lo simple de la vida, el habernos arriesgado una vez más, el estar juntos frente a cualquier adversidad, el levantarnos a pesar de las caídas, el sostenernos el uno al otro y apoyarnos a siempre ir por más. A ellos les desearía que se puedan ver con mis propios ojos, tan maravillosos y frágiles como los veo, desearía que nunca nada ni nadie les haga mal, que se sientan como yo los siento: mucho", eran sus tiernas palabras.

Viajera, aficionada al boxeo y afanosa representante de la comunidad argentina en España –donde aterrizó junto a su familia en el infausto marzo de 2020–, también es habitual verla en eventos relacionados con su país de origen o posando junto a artistas o deportistas argentinos.

Con la modestia y la sinceridad por bandera y con su popularidad en Instagram disparada, camino ya del cuarto de millón de seguidores, el futuro de Sol se presenta tan brillante como su nombre.

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