El archiduque Guillermo, el primo de Alfonso XIII que pudo haber sido rey de Ucrania
Fue un personaje singular que todavía hoy es recordado en Ucrania como el protagonista de una vida de lucha por la libertad y la identidad del país
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Cuando en febrero de 1917 la Revolución rusa dio su golpe de muerte al imperio de los zares, Ucrania creyó llegado el momento de su auténtica independencia y de su definitiva unificación después de haberse mantenido partida durante dos siglos y dividida entre las grandes potencias del Este de Europa. Así con el apoyo de los imperios alemán y austrohúngaro, ambos enemigos de la Rusia zarista durante la Primera Guerra Mundial, se pensó en la posibilidad de buscar un candidato ideal para un nuevo reino de Ucrania, recayendo las miradas en el archiduque Guillermo de Austria, primo hermano del rey Alfonso XIII de España y también primo del emperador Carlos I de Austria.
Un hombre joven, apuesto, arrojado, rebelde, con afanes de poeta y probablemente homosexual que por entonces se había 'ucranianizado' hasta el punto de dejar atrás su sonoro e histórico apellido Habsburgo para convertirse en Vasyl Vyshyvany. Un personaje singular que todavía hoy es recordado en Ucrania como el protagonista de una vida de lucha por la libertad y la identidad del país, pero cuya huella se pierde en la lóbrega oscuridad de las prisiones soviéticas de los años 40.
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Guillermo había nacido 1895 en el palacio de su familia en la isla de Losinj, en la actual Croacia, donde por entonces su padre, el respetado archiduque Carlos Esteban, servía como capitán de la Marina Imperial austrohúngara y oficial del Estado Mayor en aquellos confines del imperio de los Habsburgo. Su progenitor era hermano de la por entonces reina regente de España María Cristina y, por tanto, tío carnal del rey niño Alfonso XIII. Era un gran señor propietario de extensos dominios rurales, en torno a 53.000 hectáreas alrededor de palacio polaco de Zwyviec, en la región de Galizia, al sur de Polonia.
En aquellos años de nacionalismo creciente entre los distintos pueblos que conformaban el imperio de los Habsburgo, Carlos Esteban era un súbdito fiel de su primo el emperador Francisco José I y un archiduque con la inteligencia suficiente como para dar en sus palacios acogida a las justas reivindicaciones de una Polonia repartida entre Rusia, Alemania y Austria-Hungría. Así, sus numerosos hijos aprendieron polaco, se permearon de las costumbres y de la identidad polacas -dos de sus hijas casaron con magnates locales: los príncipes Radziwill y Czartoryski-, pero el menor, el contestatario Guillermo, se identificó desde fechas muy tempranas con las reivindicaciones de los ucranianos, rivales de los polacos que también habitaban aquellas tierras.
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En 1912, el joven archiduque había realizado un primer viaje a Ucrania para confirmar si, como tanto había escuchado, los ucranianos eran un atajo de bandidos y de malhechores, y pronto quedó fascinado por aquella cultura de cuyos derechos decidió erigirse en adalid contraviniendo la voluntad paterna. Por entonces estudiaba en el Colegio de Guerra de Viena y tan pronto como se graduó marchó al frente de la Guerra Mundial, enarbolando ya la bandera de los intereses de los ucranianos residentes en Galizia.
En 1916 entró a formar parte del Parlamento austrohúngaro animando a su primo el nuevo emperador Carlos I a concebir la idea de crear un Gran Ducado de Ucrania, tutelado desde Viena, del que él podría ser el soberano. Una idea brevemente acariciada también desde Alemania, que consideraba la posibilidad de levantar allí una monarquía de nuevo cuño, y fue entonces cuando Guillermo tomó su nombre local de Vasyl Vyshyvany, creándose para él en Viena un grupo de batalla de 4.000 soldados ucranianos que, sin embargo, no pudieron evitar que la Rusia bolchevique terminara con cualquier intento de consolidar una Ucrania libre e independiente. El país quedó bajo el gobierno de un Hetman (jefe de Estado) manejado desde Moscú, mientras ciertos círculos políticos conformaban de nuevo un plan para deponer al Hetman y colocar a Guillermo en el trono de un reino de Ucrania.
Tiempos de complots fallidos que obligaron al archiduque a huir de Ucrania en octubre de 1918, para internarse en un sanatorio antituberculoso y posteriormente vagar por los Cárpatos ocultándose en distintos monasterios. Finalmente, en junio de 1919, fue detenido por unos soldados rumanos y enviado a prisión durante tres meses. Tras su liberación juró lealtad a la República Popular de Ucrania, que le encomendó el cargo de coronel de la sección de relaciones internacionales, al tiempo que condenaba las matanzas de judíos en Polonia y se enfrentaba a su padre, que llegó a desheredarle.
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En 1922 viajó a España para solicitar a su primo Alfonso XIII ayuda financiera para Ucrania, que no obtuvo, y poco después y a causa de desencuentros ideológicos con el Gobierno ucraniano abandonó el país para instalarse un tiempo en España, con el apoyo de la familia real, y posteriormente residir entre Viena y París, donde continuó moviéndose en los circuitos de los nacionalistas ucranianos.
Aquella nueva fase en su vida le llevó a apoyar los movimientos fascistas de Austria e Italia y en 1938 dio la bienvenida a la anexión de Austria por parte de la Alemania de Hitler, todo ello hasta darse cuenta de las intenciones totalitarias del Reich, que, de ganar la guerra, no consentiría la creación de una Ucrania libre. Ya en plena guerra y viviendo en Viena, él y su hermano, el archiduque León, fueron arrestados por la Gestapo, convirtiéndose desde entonces en un antinazi furibundo que entró a formar parte del movimiento de resistencia antialemán en Austria.
En pleno conflicto bélico, y en tiempos muy turbulentos, en 1944 fue reclutado como espía británico y un año más tarde formaba parte del servicio de inteligencia francés. Con la llegada de la paz, e instalado todavía en la parte de Viena ocupada por los rusos, en la primavera de 1947 fue detenido por el ejército rojo y enviado a la prisión de Lukyanosvska en Kiev, donde, según la Cruz Roja, falleció de tuberculosis el 18 de agosto de 1948. Su lugar de entierro se desconoce pero, según algunos testimonios, la muerte de este denominado 'príncipe rojo' no habría acontecido entonces, sino en 1955 en la prisión ucraniana de Vladimir Volynski, tras padecer las mayores vejaciones y privaciones por parte de sus carceleros.
Cuando en febrero de 1917 la Revolución rusa dio su golpe de muerte al imperio de los zares, Ucrania creyó llegado el momento de su auténtica independencia y de su definitiva unificación después de haberse mantenido partida durante dos siglos y dividida entre las grandes potencias del Este de Europa. Así con el apoyo de los imperios alemán y austrohúngaro, ambos enemigos de la Rusia zarista durante la Primera Guerra Mundial, se pensó en la posibilidad de buscar un candidato ideal para un nuevo reino de Ucrania, recayendo las miradas en el archiduque Guillermo de Austria, primo hermano del rey Alfonso XIII de España y también primo del emperador Carlos I de Austria.