Álvaro Falcó e Isabelle Junot estrenan casa (y tienen dónde elegir)

Las redes sociales personales de Isabelle Junot llevan unos días languideciendo, obligadas a la discreción por la exclusiva que han firmado los marqueses de Cubas con todo lo relacionado con su boda. La última publicación compartida desde su perfil como coach nutricional confrontaba hace una semana los típicos consejos a seguir por cualquier novia a siete días de su boda con su propio punto de vista. Donde otros recomiendan dejar de comer azúcar y carbohidratos, ella ha seguido comiendo lo que le ha hecho "sentir bien / feliz"; si lo habitual es querer perder tres kilos antes del enlace para entrar en el vestido, ella ha comido "lo que mejor" le ha hecho "sentir" y ha seguido cuidándose "mentalmente". Habrá que tomar nota de estos consejos de Junot a juzgar por el resultado.

Otra cosa es su perfil personal, donde estamos acostumbrados a ver su faceta más natural. Junto a alguna producción editorial o colaboraciones con marcas, Isabelle Junot comparte posados más espontáneos con su flamante marido, 'insides' de las celebraciones a las que acude y deja huella de sus viajes por el mundo. Una de sus últimas publicaciones, hace tres semanas, llevaba a la pareja al salón de la casa que han compartido hasta hace unos días en Madrid. "Múdate tres semanas antes de la boda, decían, será divertido, decían", escribe Junot con sentido del humor junto a varias fotos de ambos en el salón vacío de un piso señorial que acababan de vaciar rumbo a un destino desconocido.

La casa que dejaban era conocida para todos los seguidores de Junot porque ha sido protagonista habitual en sus redes sociales. Techos altos, molduras, suelos de parquet de espiga, chimenea... El piso perfecto para una pareja cool que empieza su vida en común, con un abundante caudal de luz bañando una decoración entre moderna y estilo años 50 repleta de guiños generacionales. Gracias a la generosidad de Isabelle pudimos ver también su cocina, el sueño de cualquier revista de decoración, con una isla central y vigas de madera vistas.

Pero ahora todo eso pasó, como dice la canción, y Junot y Falcó se han mudado. ¿Dónde? Quizá ya no lo sepamos por sus redes sociales, sino por las revistas. Lo cierto es que el marqués de Cubas atesora un buen patrimonio propio que engordó sobre todo en 2019. Ese año decidió meterse a fondo en el sector inmobiliario y, según revela una fuente a Vanitatis, "compró cerca de ocho o nueve pisos en el barrio de Salamanca y en Chamberí, en Madrid", con la intención de obtener rentabilidad. Estas compras coincidieron con la desinversión que hizo su padre de la finca Valero, el gran coto de caza extremeño, que pasó a manos del doctor Víctor Madera. Una venta dolorosa para la familia, pero inevitable por sus gastos de mantenimiento.

Los apartamentos que adquirió en 2019 tienen un mismo perfil. Están muy bien situados, son de pequeñas dimensiones y la mayor parte se encuentran en pisos bajos o sótanos de edificios con solera. Son perfectos como viviendas turísticas (alguna comunidad de propietarios ya le ha puesto pegas en este sentido) o para generar rentas de otra índole. Aunque quizá no son el sueño de un recién casado.

El piso de su padre

Álvaro Falcó tuvo que despedirse prematuramente de su padre, Fernando Falcó, en octubre de 2020. El inversor es el hijo único que tuvo el marqués de Cubas con Marta Chávarri. La socialité, apartada de los medios por decisión propia desde hace años, reapareció en la boda de su hijo Álvaro elegantemente vestida de Tot Hom y no tuvo problemas en alimentar el morbo al salir a bailar con su consuegro, Philippe Junot, a quien le unió un breve romance de verano en el año 1996.

De Fernando Falcó, Álvaro heredó varios activos inmobiliarios más, entre ellos un porcentaje del maravilloso palacio de Mirabel en el que celebró su boda; un piso de más de 200 metros cuadrados con dos plazas de aparcamiento situado en el barrio de Almagro, y otro piso en el barrio de Hispanoamérica en Madrid. Cualquiera de estos últimos podría servir a la pareja para comenzar su nueva historia como matrimonio, quizá tras someterlo a una actualización.

El inmobiliario es un sector que Isabelle conoce bien, dado que su padre, Philippe, es experto en este campo y mantuvo durante muchos años un despacho abierto en la inmobiliaria propiedad del matrimonio Goyanes Lapique en Madrid. Él tenía sus clientes y en ocasiones colaboraban con promotores de Francia. Compartían gastos en la inmobiliaria y vida social en Madrid y la Costa del Sol, según informó Paloma Barrientos.

Quizá en estas semanas sepamos algo más sobre el nuevo hogar del matrimonio. La pareja ha puesto en marcha una política de restricción informativa debido al contrato de exclusividad firmado con la revista '¡Hola!'. Mientras se desvela el destino de su luna de miel, que la pareja podría pasar en algún destino exótico "cerca del mar", según fuentes cercanas, la pareja ya ha aterrizado en Perú para asistir a la boda de Belén Barnechea y Martín Cabello de los Cobos, que se celebra el 9 de abril en Trujillo, al norte del país.

Para abrir boca, ya tenemos las fotos del enlace celebrado este fin de semana y las invitadas mejor vestidas en el kiosco. Aunque soñamos con el regreso de Isabelle y su frescura a las redes sociales.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí