El día que el marqués de Cubas le dijo al de Griñón que vender vino no era "propio" de su clase
El periodista Romualdo Izquierdo publica 'Los Falcó', una documentada novela sobre la vida de los dos aristócratas que protagonizaron la vida social en el epílogo del siglo XX
En el plazo de siete meses (entre marzo y octubre de 2020), la vida de Carlos y Fernando Falcó se extinguió a causa del covid. Con ellos también se fue una forma de entender la vida y la nobleza que se ha ido desmoronando en los últimos años como un coloso agonizante. Este es el material con el que ha trabajado el periodista Romualdo Izquierdo (La Rioja, 1967) para su primera novela, 'Los Falcó' (La Esfera), en el que desvela detalles inéditos de los marqueses de Cubas y de Griñón, que protagonizaron la vida social en el epílogo del siglo XX. A través de fuentes inéditas (de esas que nunca quieren dar su nombre), el redactor jefe de 'La Otra Crónica' ha podido colarse en los salones de la casa familiar de los duques de Montellano, padres de los marqueses, y recrear las conversaciones que a todos nos hubiera gustado oír. Quien mejor lo explica es él mismo.
Pregunta: ¿Por qué has optado por una novela?
Respuesta: Aquí no tuve muchas opciones. Es lo que me planteó La Esfera de los Libros desde el primer momento. Y yo dije: "Sí, por supuesto, una novela...". ¿Cuál fue mi sorpresa cuando les presenté las primeras 150 páginas? El arranque era prometedor, pero claro... "¡Me has puesto hasta ladillos! ¡Hasta ladillos!...", me contestaron en La Esfera. Eran unos reportajes periodísticos estupendos, muy trabajados, con mucho dato, muchas fuentes consultadas... Pero eso no era una novela... Así que, a pesar de ese arranque tan prometedor, tuve que reescribir todo... Y no veas cómo he disfrutado una vez que superas ese vértigo de: "Pero yo soy periodista...". Al final, como género literario, la novela es mucho más agradecida que el reportaje periodístico clásico. Respetando, por supuesto, toda la verdad histórica que se cuenta, sabiendo que los datos que se dan están contrastados... Todo el engranaje informativo, por decirlo de alguna manera, se ha trabajado de la manera clásica con la que hacemos periodismo... Pero el salto a la dramatización de los personajes hace el relato mucho más interesante, sobre todo con los datos históricos que he conseguido. ¡Pero da vértigo! No lo voy a negar.
P: Me interesa saber cómo se ha tomado la familia directa la publicación de este libro, si han colaborado, si no lo han hecho, si tienes algún 'feedback'.
R: La familia directa, por supuesto, conocía desde el principio el proyecto y su colaboración es la que queda reflejada en el libro.
P: A través de esta novela narras la decadencia de ese estamento social, la nobleza, desde los felices años 20 hasta el día de hoy, con el rey Juan Carlos y sus vicisitudes a la cabeza. Dicen tus 'personajes' que no se han sabido vender ante la sociedad, que si fueran anglosajones otro gallo cantaría.
R: Para mí ha sido uno de los grandes descubrimientos, el papel preponderante de la aristocracia en España en el último siglo. Aunque viviéramos en una dictadura, ellos continuaron con su forma y estilo de vida propios de una monarquía. De hecho, Franco no solo rehabilitó la antigua legislación nobiliaria derogada durante la II República, también favoreció y permitió el desarrollo económico de la aristocracia y se arrogó el derecho de otorgar nuevos títulos nobiliarios. Y lo hizo, nombró duques, marqueses y condes... No solo eso, se permitió incluso el derecho de elegir a su sucesor con título de Rey. Cuando Juan Carlos I asume la corona, prescinde de la corte no solo por los abusos que pudieron cometer con Alfonso XIII, sino también por cómo se habían significado como clase social durante la dictadura.
Es muy significativo que el marqués de Cubas y el marqués de Griñón no empiecen a ser conocidos por su apellido, Falcó, hasta la Transición. Desde que nacieron, eran conocidos como Carlos y Fernando Montellano. El título aristocrático familiar como sustitutivo del apellido paterno era lo habitual entonces. Y lo utilizaban todos los nobles.
Y, respecto a lo que dicen 'mis personajes', sí, supongo que ahí he trasladado algo muy común en la gente de mi generación, la desgana mezclada con complejos con la que se nos ha contado nuestra historia. En eso los anglosajones son mucho menos acomplejados que nosotros.
Además, la vinculación de la familia Montellano con Yuste -eran propietarios de los terrenos donde se retiró Carlos V una vez que abdicó- casi que lo exigía en la novela.
P: Da la sensación de que has podido consultar a grandes fuentes, de esas a los que normalmente los periodistas no tenemos acceso.
R: Efectivamente, he tenido acceso a fuentes hasta ahora inéditas para mí, grandes nombres, protagonistas directos de algunos de los episodios con más enjundia de nuestro pasado reciente; también amigos y aristócratas que conocieron al marqués de Cubas y de Griñón... Ninguno ha hablado mal de ellos, pero también es cierto que la mayoría ha preferido que se mantuviera el anonimato de las fuentes. El momento histórico obligaba a ser discretos y muy prudentes... Don Juan Carlos llevaba ya semanas instalado en Abu Dabi, acosado por el escándalo de sus cuentas opacas para el fisco español... Y Carlos y Fernando Falcó eran amigos desde la infancia... "¡No me hagas hablar, por favor...! ¡Es todo tan triste!", me dijo uno de ellos entre lágrimas. Esto no aparece en la novela.
[Sobre sus fuentes] "¡No me hagas hablar, por favor...! ¡Es todo tan triste!", me dijo uno de ellos entre lágrimas. Esto no aparece en la novela
P: ¿Se corresponde la imagen que dieron las revistas de estos dos hombres con la realidad de sus vidas?
R: Es una fotografía incompleta. Sus mujeres, sus divorcios, sus hijos... Esa historia es de sobra conocida, ninguno de ellos la ha ocultado y ha ocupado páginas y páginas de los medios de comunicación. Pero incluso en este aspecto ha sido posible descubrir algún detalle no tan conocido. Pero su vida, evidentemente, ha sido mucho más. Carlos Falcó fue un hombre que siempre estuvo innovando; trabajó las tierras que heredó, plantó viñas, se enfrentó a multas por regarlas cuando estaba prohibido; triunfó en el mundo de los aceites y fue un visionario respecto a las posibilidades que ofrecía el sector del lujo como negocio. Incluso tuvo que enfrentarse a la oposición de su hermano Fernando cuando dijo que quería dedicarse a plantar viñas. "Vender vino no es propio de los de nuestra clase", le espetó en más de una ocasión el marqués de Cubas...
P: ¿Hay algún aspecto de sus vidas que a ti te haya sorprendido particularmente?
R: Sin duda, que los dos supieron vivir sin pedir permiso y sin ningún tipo de complejo por quiénes eran, incluso en ocasiones por encima de sus posibilidades. Y esa rivalidad propia de los hermanos, que se traduce también en ver quién de los dos acapara la atención de don Juan Carlos una vez que es nombrado rey.
P: Carlos y Fernando tenían dos hermanos. Habla mucho de Rocío, muy singular, y menos de Felipe, más formal. Ambos murieron de forma trágica y prematura. Hoy, las Montellano son prácticamente desconocidas.
R: Fueron dos grandes tragedias familiares. Felipe, el primogénito y heredero de los títulos principales de la familia, entre ellos el de duque de Montellano, falleció en un accidente de tráfico a principios de los 60. Su hermano Carlos, el marqués de Griñón, iba de copiloto y se salvó, pero la muerte de su hermano le acompañaría siempre.
Y Rocío Falcó, la segunda de los hermanos, murió también de una manera trágica, cayó de espaldas por las escaleras mecánicas de un centro comercial y se desnucó. Justo el mismo día en el que el Tribunal Supremo le daba la razón en el litigio que mantenía con la Junta de Extremadura respecto a la expropiación de 'Valero', la finca familiar. Quien más sufrió con estas pérdidas fue la madre, doña Hilda, la duquesa de Montellano.
P: ¿Carlos Falcó se recuperó de aquel accidente mortal? En algún momento del libro mencionas que su mayor miedo era hacer daño a alguien mientras conducía.
R: Sí, sí, es algo que me han repetido varias fuentes y que el propio marqués de Griñón también contó en alguna ocasión, el miedo que le provocaba poder hacer daño a alguien mientras conducía. Él se salvó del accidente, pero éste le acompañaría el resto de sus días...
P: ¿Por qué crees que la nobleza genera esta fascinación entre los españoles?
R: Te doy un dato con el que juego en el libro: España es el país con mayor porcentaje de aristócratas por millón de habitantes en todo el planeta. Y en números absolutos también debemos estar en cabeza. Son en torno a los 2.200 los españoles que ostentan algún título nobiliario, un porcentaje ridículo respecto al resto de ciudadanos. No tienen ninguna validez extraordinaria, tan solo suponen un añadido aristocrático al apellido familiar... Pero claro que interesan, por eso se continúa litigando en los juzgados por ellos... No solo aquí, no olvidemos las denuncias en el Reino Unido por la venta fraudulenta e interesada de títulos nobiliarios... ¿Por qué interesan? Por el pedigrí que se supone que conllevan.
"La historia de este país está condicionada por ese trasvase de poderes y funciones entre la vieja aristocracia de la sangre y la nueva aristocracia del dinero"
P: La boda de los padres de Carlos y Fernando es descrita casi como una boda real. "Los Montellano eran una familia a la altura de los Alba", escribes, pero ahora la marquesa de Cubas está grabando 'MasterChef' y antes lo hizo la marquesa de Griñón. ¿Le han perdido el respeto a los títulos?
Ja, ja, ja. Creo que no hace falta añadir nada más. Lo que tú has dicho; de grandes de España y codearse con la realeza a concursantes de algún talent televisivo.
Por el camino se han perdido los palacios... "cuando te dan un dineral, no se puede rechazar la oferta", dicen, pero sobre todo la emblemática finca Valero. La familia "lo vendió todo, hasta los ceniceros". ¿Fue muy doloroso? ¿Qué es lo más relevante que les queda?
R: Para mí, es uno de los grandes aportes de la novela. Cómo la historia de este país va condicionada por ese trasvase de poderes y funciones entre la vieja aristocracia de la sangre y la nueva aristocracia del dinero. A mediados de los años 60, en pleno desarrollismo económico y con el precio del metro cuadrado disparado en el centro de Madrid, los padres de Carlos y Fernando venden el palacio familiar de la Castellana y con él, la mayoría de las obras de arte. "Hasta el último cenicero", se dice en la novela. Y efectivamente, así fue... Con lo que le correspondió de esta venta como parte de su herencia, Carlos Falcó inicio su faceta de emprendedor agrario.
¿Qué les queda? El palacio familiar de Mirabel en Plasencia es la joya familiar. Además, los hijos mantienen Casa de Vacas, en Toledo, y el palacio de El Rincón, en Madrid.
P: La pasión por ser ingeniero agrónomo, las inquietudes intelectuales, diferenciaron muy pronto a un hermano de otro. Carlos se encargó de sus hijos mayores cuando consiguió la custodia. También hablas de su faceta como político. Parece que te cae mejor Carlos que Fernando, más 'bon vivant'.
R: Es curioso, no eres la primera que me lo dice. Y no hubo intención en ningún momento en apostar mejor por uno y otro hermano. Lo que ocurre es que cuando comparas los currículums, es evidente... Cubas siempre fue más vividior.
P: El desfile de señoras alrededor de Fernando es legendario, desde Soraya ¡hasta la duquesa de Alba! o Cristina Onassis.
R: ¡Fue el primer 'playboy' español con fama internacional! Para disgusto de su madre, la duquesa de Montellano, por supuesto..., ja, ja, ja...
P: Se nota en la novela la decepción constante de doña Hilda, la madre de Carlos y Fernando, con el comportamiento libertino del rey Juan Carlos.
R: Es otra generación, educada de otra manera y con un concepto muy rígido de cuál tenía que ser su papel y, por supuesto, también el de su rey.
P: ¿Han heredado los hijos de Carlos y Fernando ese concepto de responsabilidad hacia Juan Carlos de Borbón o en su caso se dirige más hacia Felipe VI?
R: Los hijos mayores de Carlos, Manuel y Xandra, son amigos de Felipe VI desde que eran jóvenes. Pero siempre han mantenido un perfil muy muy bajo en este sentido... Han heredado títulos, son también grandes de España, y nada me hace pensar que no estén más interesados por lo que estamos viviendo con Felipe VI que por lo que ya es pasado y representa Juan Carlos I.
Las de Preysler y Chávarri, al final, "son las historias más repetidas siempre". "'Los Falcó' no es una novela sobre su ajetreada vida sentimental"
P: Isabel Preysler y Marta Chávarri están, pero no son personajes principales. A Esther Doña la 'despachas' en cuatro párrafos. ¿Por qué?
R: Al final, son las historias más repetidas siempre. Y para el total del relato tampoco era tan fundamental desarrollar más los personajes. Aunque tampoco creo que estén desdibujadas... 'Los Falcó' es evidente que no es un libro sobre sus mujeres; o al menos no es solo una novela sobre su ajetreada vida sentimental que, por supuesto, también aparece reflejada.
P: ¿Cuál fue la mujer más importante para Carlos? ¿Y para Fernando?
R: ¡Uy, qué difícil...! Te voy a responder como lo haría con un amigo: "Su historia más importante resulta que ha sido la suma de todas sus historias, algunas de ellas no tan importantes".
P: Y de fondo, la batalla legal de las señoras por la sucesión de los títulos.
R: La lucha por lograr la igualdad entre hombres y mujeres a la hora de heredar títulos nobiliarios significó también la ruptura dolorosa de numerosas familias de aristócratas. Hermanas contra hermanos, madres contra tíos... La guerra llegó a los juzgados y también a los medios de comunicación, un espectáculo al que no estaban acostumbrados.
En el plazo de siete meses (entre marzo y octubre de 2020), la vida de Carlos y Fernando Falcó se extinguió a causa del covid. Con ellos también se fue una forma de entender la vida y la nobleza que se ha ido desmoronando en los últimos años como un coloso agonizante. Este es el material con el que ha trabajado el periodista Romualdo Izquierdo (La Rioja, 1967) para su primera novela, 'Los Falcó' (La Esfera), en el que desvela detalles inéditos de los marqueses de Cubas y de Griñón, que protagonizaron la vida social en el epílogo del siglo XX. A través de fuentes inéditas (de esas que nunca quieren dar su nombre), el redactor jefe de 'La Otra Crónica' ha podido colarse en los salones de la casa familiar de los duques de Montellano, padres de los marqueses, y recrear las conversaciones que a todos nos hubiera gustado oír. Quien mejor lo explica es él mismo.