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Las navidades de los Alba en Liria: de la unidad familiar a la separación
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NO HAY ACERCAMIENTO

Las navidades de los Alba en Liria: de la unidad familiar a la separación

Mientras vivió la duquesa de Alba, las fiestas navideñas en el palacio de Liria eran muy parecidas a las del resto de los ciudadanos. Salvando las distancias, por supuesto

Foto: Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba. (Reuters)
Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, duque de Alba. (Reuters)

Mientras vivió la duquesa de Alba, las navidades en el palacio de Liria eran muy parecidas a las del resto de los ciudadanos. Salvando las distancias, por supuesto. La dueña de la casa reunía a sus hijos, nietos, sobrinos y algunos amigos que por alguna razón estaban de paso en Madrid o no tenían con quien juntarse en esas fechas familiares.

La tradición se ha mantenido a lo largo de los años. Cuando los niños Alba eran pequeños, el árbol lo colocaban en el cuarto de juegos y, a los pies, los regalos que se abrían la noche del 24. Después, la cena en el comedor principal y, a las doce, la misa del Gallo en la capilla del palacio. Las costumbres principales se han mantenido hasta ahora con parecida decoración navideña y algunos pequeños cambios como el traslado del árbol a uno de los salones del primer piso, donde la duquesa hacía su vida cotidiana.

El menú de esa noche tampoco ha variado, aunque ya los comensales sean otros. Durante años se mantuvo la crema de marisco, el blinis de caviar, seguido del tradicional pavo y el pudin inglés. Cocinaba Casimira junto a su ayudante Linda. Al día siguiente, las reglas eran las mismas y, en vez de celebrar el almuerzo navideño en palacio, la familia lo hacía en algún restaurante clásico como Horcher, el Club 31 o Corinto, en la calle Preciados. Como contaba Cayetano Martínez de Irujo en su libro: “Mi madre daba libre al servicio y por eso íbamos a comer fuera”.

placeholder Cayetano, en la presentación de su libro. (EFE/J.J. Guillén)
Cayetano, en la presentación de su libro. (EFE/J.J. Guillén)

Con mando en plaza, la titular de la Casa de Alba no admitía excusas y reunía a la familia, aunque algunos de ellos no tuvieran ninguna conexión durante el resto del año. Y estos encuentros familiares se mantuvieron intocables hasta que falleció la aristócrata. Hubo entonces un antes y un después, y salieron a relucir los problemas entre los hermanos. Carlos Fitz-James Stuart se convirtió en duque de Alba y cambiaron los convocados a la cena de Nochebuena y al almuerzo navideño.

Después llegó la pandemia y se redujeron aún más los comensales. Hubo malos entendidos entre los hermanos, y el libro de memorias del duque de Arjona no facilitó la convivencia. Como todo en la vida, el tiempo suavizó las malas relaciones entre el actual titular de la Casa de Alba y Eugenia con su hermano Cayetano. Así quedó demostrado cuando todos los hijos de la duquesa se reunieron en el palacio de Liria para homenajear a su padre, Luis Martínez de Irujo, que falleció en 1972, en la presentación de su biografía. Allí estaban los seis: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia. Aparentemente, la cordialidad era el denominador común y, por lo tanto, se esperaba que todos ellos se reunieran en Liria para retomar las tradiciones navideñas que marcó durante años la madre.

placeholder Cayetano Martínez de Irujo, junto a su novia, su hermana Eugenia y Sofía Palazuelo. (Cordon Press)
Cayetano Martínez de Irujo, junto a su novia, su hermana Eugenia y Sofía Palazuelo. (Cordon Press)

Carlos Fitz-James Stuart, como dueño y cabeza visible de la saga, era el encargado de convocar a sus cinco hermanos con sus parejas y a sus sobrinos. Y este era el plan. Pero, según han confirmado a Vanitatis, el pasado ha vuelto y las relaciones familiares entre ellos han cambiado. Ya no habrá reunificación de los Alba estas navidades. La noche del 24 sí se mantendrá en lo esencial el menú, pero no lo compartirán varios de los miembros de la casa ducal. Alrededor de la mesa del gran salón solo estará el titular, sus hijos, sus nueras y los hermanos Fernando y Eugenia, que asistirá con su marido, Narcís Rebollo.

Si no hay cambios de última hora, la hija Tana pasará esos días con Francisco Rivera en Sevilla. Tampoco acudirán Alfonso, duque de Híjar, y sus hijos Javier y Luis. Otra ausencia será la de Jacobo, conde de Siruela, y su mujer, Inka Martí, que viven en Vilaür (Gerona). Su baja en la mesa de Nochebuena es menos llamativa que la del resto de los miembros de la familia. En los últimos años, no se desplazaba a Madrid. Entre otras cosas porque la relación con el primogénito no era lo estrecha que se esperaba de dos hermanos que por edad se criaron juntos y fueron los que pudieron disfrutar de unas navidades diferentes cuando vivía su padre. Una vez que la duquesa repartió en vida su herencia para casarse con Alfonso Diez, no estuvo muy receptivo con esa división patrimonial y dejó de visitar el palacio de Liria y a su madre.

placeholder Carlos Fitz-James, Eugenia Martínez de Irujo, la reina Sofía, la duquesa de Alba, Alfonso Diez, Cayetano y Genoveva Casanova. (Getty)
Carlos Fitz-James, Eugenia Martínez de Irujo, la reina Sofía, la duquesa de Alba, Alfonso Diez, Cayetano y Genoveva Casanova. (Getty)

Y si la ausencia del conde de Siruela no es ninguna sorpresa, sí, en cambio, la de Cayetano. Parecía que los lazos afectivos con su hermano mayor habían mejorado, pero no ha debido de ser así. El duque de Arjona no está convocado y tampoco su novia, Bárbara Mirjan, ni los hijos Amina y Luis. Esta presencia familiar ya no será posible. Al menos, por ahora no hay esa conciliación familiar esperada.

Según explican a Vanitatis, esta vez no ha sido el empresario y jinete el que ha marcado las reglas. Durante un tiempo fue el verso suelto entre los hermanos, pero esas diferencias habían desaparecido. Como explican a Vanitatis, esta vez la decisión la ha tomado directamente el titular del ducado. A falta de una semana para la cena de Nochebuena, así están las cosas, aunque siempre se pueden solucionar porque todo es posible con esta rama de la familia. La alternativa para Cayetano Martínez de Irujo puede ser adelantar su costumbre de viajar a Kenia en estas fechas. En África, en la bahía de Malindi, tiene su paraíso.

Mientras vivió la duquesa de Alba, las navidades en el palacio de Liria eran muy parecidas a las del resto de los ciudadanos. Salvando las distancias, por supuesto. La dueña de la casa reunía a sus hijos, nietos, sobrinos y algunos amigos que por alguna razón estaban de paso en Madrid o no tenían con quien juntarse en esas fechas familiares.

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