La religión del silencio: así retratan a Jaime Alfonsín, la sombra del rey Felipe VI, los que lo conocen
Cristina Cifuentes, Carmen Calvo, Manuela Carmena o García-Margallo, entre otros, comparten con Vanitatis sus impresiones sobre el que ha sido jefe de la Casa del Rey durante diez años
Hace tiempo que Jaime Alfonsín había comunicado la decisión de jubilarse. Pasaba el tiempo y siempre había un fuego que apagar en estos últimos tiempos con las complicaciones judiciales y mediáticas de don Juan Carlos. Y por fin lo ha hecho, ocho meses antes de cumplir los 67 años. Este miércoles deja oficialmente la jefatura de la Casa de su Majestad el Rey, que ha sido su vida sin horarios desde que comenzó su andadura laboral junto a un jovencísimo heredero. Pasará unos días con el traspaso de papeles a su sucesor, Camilo Villarino.
El Príncipe había terminado sus estudios de posgrado en la universidad norteamericana de Georgetown, en el año 1995, cuando el abogado del Estado entró en el palacio de la Zarzuela a petición del rey Juan Carlos. Era la primera vez que un civil tenía cargo en el organigrama y de primeras no lo tuvo fácil. Pero el tiempo ha demostrado que no se podía haber encontrado una persona más leal, discreta y con unos conocimientos jurídicos fundamentales para el desarrollo del actual jefe del Estado.
Siempre a la sombra de Felipe VI y siempre a su lado, apoyándolo. Esa ha sido la misión de Jaime Alfonsín desde la proclamación en junio de 2014. En cada acto o cada viaje que realiza el monarca, allí está él, en un segundo plano para comprobar que todo funciona según lo esperado.
Hombre discreto y de perfil público invisible, ha sido y es un consejero que no necesita brillar, como en su momento también lo fue Fernández Campo. Su biografía oficial es breve, y la personal, poco conocida. Y es precisamente esa parcela privada la que quiere disfrutar ahora con su mujer y sus dos hijas. Los que le han tratado apuntan que ya el año pasado quiso retirarse, pero que el Rey le pidió el favor de esperar hasta que la Princesa de Asturias cumpliera los 18 años. Y ese fue el compromiso que adquirió, como no podía ser de otra manera, resaltando de nuevo su lealtad al jefe del Estado.
No ha sido un hombre de tertulias ni componendas con la prensa. Pero sí de mucho trato con nombres muy relevantes de diferentes personas. Y Vanitatis ha podido hablar con quienes lo han tratado a lo largo de su vida profesional sobre su personalidad y su manera de hacer las cosas.
Muy educado
Cristina Cifuentes, Federico Jiménez Losantos, José Apezarena, la empresaria Paloma Segrelles, la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena, Carmen Calvo, Pedro Ruiz, el expresidente de Colombia Andrés Pastrana, Dolores Delgado, José María Michavila y José Manuel García-Margallo son algunas de las personas que en estos años lo han tratado directamente. Todos ellos coinciden en resaltar su discreción, su educación y, sobre todo, la fidelidad a la Corona.
Cristina Cifuentes lo trató cuando ella era delegada del Gobierno y él secretario de la Casa del Príncipe y tuvieron que organizar conjuntamente dispositivos de seguridad. Las cualidades que destaca son las de "un hombre leal, trabajador, discreto, educado, eficiente. Lo que más me llamó la atención de su personalidad es que, además de ser un profesional maravilloso, es una fantástica persona. Ha sido la mejor influencia que ha tenido Felipe VI, primero en su etapa como Príncipe y después como Rey. Tiene merecidísimo su descanso, pero ha dejado el listón muy alto para su sucesor. Lo que le deseo es todo lo mejor en su nueva etapa".
El exministro de Justicia José María Michavila apunta, como Cifuentes, la labor tan importante en sus años de trabajo. “Aportó una entrega absoluta, leal y permanente, su criterio y su sentido común, que son virtudes que el Rey tiene también en abundancia". De él destaca varias cualidades, como la discreción absoluta, el profundo sentido de Estado y su lealtad a España y a la Corona: "Le conocí cuando en el 96, siendo yo un joven secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, el entonces Príncipe me pidió conocer a políticos jóvenes. Jaime siempre estaba disponible y coordinando su agenda".
La actual diputada y exvicepresidenta, entre otros cargos públicos, Carmen Calvo explica a este medio que a lo largo de su trayectoria política ha tenido que trabajar con él a menudo. "Lo conocía desde mi etapa de Andalucía cuando acompañaba al Príncipe, muchos años ya, pero se estrechó la relación al llegar yo a la vicepresidencia y ahí el contacto era continuo. Creo que tiene el mérito de la discreción y el saber estar, que en su posición lo es casi todo”. Afirma que "aunque nuestros papeles eran distintos, teníamos y seguimos teniendo una relación cercana y de confianza entre ambos. Hay mucho respeto e interés por la opinión de uno y otro en relación con el papel del Rey y de la Casa Real".
Paloma Segrelles fue durante años presidenta del Club Siglo XXI, del que ahora es presidenta de honor. Este lugar de encuentro, creado en 1969, ha sido y es un foro de debate y encuentros políticos, culturales y sociales donde la empresaria era el hilo conductor hasta que se hizo cargo su hija Paloma. La referencia de Alfonsín es muy parecida al resto de opiniones de este reportaje: "Destacaría la lealtad a la Corona, su discreción. Es importante destacar la supervisión de todos los actos estando pendiente de los más mínimos detalles". Considera que es un gran acierto "el nombramiento del nuevo jefe de la Casa, Camilo Villarino".
"Ha hecho del silencio religión"
Federico Jiménez Losantos lo conoció antes de su llegada al palacio de la Zarzuela: "Lo conozco por Manolo Pizarro. Cuando obtuvo la plaza de abogado del Estado le tocó Teruel y paraba en su casa. Son íntimos amigos y a través de Pizarro hemos tenido relación". Lo más importante que destaca es "una discreción hermética. Ha hecho del silencio casi una religión. Y lo que más ha aportado al rey Felipe es la formación jurídica. El que sabe de leyes es Alfonsín. Le ha dado una solidez importante porque don Felipe es un fanático de la Constitución. Ha tenido el golpe de Estado de Cataluña, tiene en frente a Sánchez y la historia de su padre. Los cinco últimos discursos del Rey en defensa de la Constitución son el legado de Alfonsín".
El periodista José Apezarena coincide en los mismos términos que Losantos en la condición de abogado del Estado y destaca la lealtad y el silencio como normas de su vida. Autor de varios libros relacionados con la figura de Felipe VI, le define como "un hombre recto, con principios, capaz de sacrificar su vida personal por la Corona. Estaba ya cansado y ahora quiere dedicarse a su familia y amigos. Y una cuestión a destacar es que siempre le ha hablado al Rey, desde que era Príncipe, con claridad y sinceridad. Ha sido ayudante, consejero y casi casi padre".
El actual diputado del Parlamento Europeo, José Manuel García-Margallo, apoya las declaraciones del director de 'La mañana' en su conocimiento profesional: "Jaime Alfonsín es abogado del Estado y eso se nota cuando se abordan cuestiones jurídicas internas o asuntos internacionales. Su profesionalidad es intachable y extremada. Además, es muy reseñable su patriotismo, la absoluta lealtad a la Corona y la inmensa discreción".
"Tiene sentido del humor"
Añade que "la Casa del Príncipe y también la del Rey cuentan con muy pocas personas para desarrollar su labor. El jefe de la Casa asesora al titular de la Corona en todos los asuntos en los que el Rey debe intervenir, y eso no es nada sencillo. El Rey tiene que ser y parecer exquisitamente neutral, y eso exige escuchar y tratar de armonizar puntos de vista diferentes en cuestiones muy delicadas. Al Rey le corresponde, en segundo lugar, procurar un funcionamiento armónico de los poderes del Estado, y eso exige también un conocimiento de los asuntos muy preciso y una capacidad de conciliar posturas diferentes nada sencilla. El Rey, en tercer lugar, juega un papel importantísimo en la acción exterior de España, y eso obliga al jefe de la Casa a estar permanentemente al tanto de lo que ocurre en la escena internacional. A Jaime Alfonsín le correspondió además asesorar al Rey en el momento de la abdicación de su padre y su subida al trono".
Cuenta cómo y cuándo lo conoció: "Fue en una visita a México del entonces Príncipe de Asturias, siendo yo vicepresidente de la delegación del Parlamento Europeo para América Central y México. Le traté mucho más cuando fui nombrado ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Hicimos muchos viajes, porque es bien conocido el interés de don Felipe por Iberoamérica. Mi relación con Alfonsín se intensificó cuando asumió la Corona". Y como dato personal destaca: “Es un hombre muy serio, pero no carente de sentido del humor, lo cual hizo muy fácil mis relaciones con él".
Dolores Delgado lo conoció gracias a su cargo público: "El mismo día que prometí el cargo de ministra de Justicia, el 7 de junio de 2018. No lo había tratado personalmente. Después, debido a mi condición de notaria, asistía a los actos de juramento y promesas de los altos cargos en Casa Real y tuvimos más relación. En el organigrama tienen grandes profesionales con una muy buena coordinación. Alfonsín responde a ese perfil. Discreto, muy amable y en línea con don Felipe”.
La clave es "la calma"
Una opinión muy parecida a la de Manuela Carmena, que tuvo trato mientras fue alcaldesa de Madrid: "Siempre fue una persona amable y predispuesta a solucionar problemas". Por su parte, el expresidente de Colombia Andrés Pastrana nos cuenta que "no he tenido mucha relación con él, pero por lo poco que le traté, le considero un gran profesional".
Pedro Ruiz coincide también con los anteriores comentarios: "Una persona amable, natural, muy poco amigo de los aspavientos y con una gran capacidad para ir al fondo de las cuestiones". El profesional ha acudido en ocasiones al palacio de la Zarzuela para encontrarse con el rey Felipe y hablar de cosas de la vida: "Cuando subió al trono era consciente de las dificultades que se iba a encontrar porque el ambiente estaba agitado y con muchas grietas. Creo que ha servido de pegamento para que los agujeros que ha tenido que salvar sean menos hondos. Creo que Alfonsín ha aportado algo que nos viene bien a todos y que es la calma".
Hace tiempo que Jaime Alfonsín había comunicado la decisión de jubilarse. Pasaba el tiempo y siempre había un fuego que apagar en estos últimos tiempos con las complicaciones judiciales y mediáticas de don Juan Carlos. Y por fin lo ha hecho, ocho meses antes de cumplir los 67 años. Este miércoles deja oficialmente la jefatura de la Casa de su Majestad el Rey, que ha sido su vida sin horarios desde que comenzó su andadura laboral junto a un jovencísimo heredero. Pasará unos días con el traspaso de papeles a su sucesor, Camilo Villarino.