Diez años de la muerte de Adolfo Suárez: la apertura, como homenaje, de la casa donde nació

El 23 de marzo se cumplen diez años del fallecimiento de Adolfo Suárez. No hay prevista ninguna liturgia religiosa por parte de los hijos y nietos, y tampoco homenajes en Cebreros, donde nació, y en Ávila, ciudad en la que vivió hasta que se instaló en Madrid.

La figura de Suárez sí tuvo su reconocimiento en el momento de su muerte con una gran despedida del pueblo español y de toda la clase política que, por una vez, coincidieron en homenajear al primer presidente de la democracia española. Los reyes Juan Carlos y Sofía y los Príncipes de Asturias presidieron el funeral de Estado en la catedral de la Almudena.

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Paloma Barrientos

Su figura se mantiene a través de varios proyectos que ya son realidad. Uno es el Museo Adolfo Suárez y la Transición, ubicado en el recinto de la Iglesia Vieja de Cebreros. Desde su inauguración se desarrollan diversas actividades culturales. Hay una exposición permanente concebida como “un túnel del tiempo que transporta al visitante a una etapa apasionante cuyo éxito no es pasado, sino que define nuestro presente”, como figura en la presentación.

Y el siguiente proyecto que está en marcha también en Cebreros es de carácter cultural, social y personal. El próximo 19 de abril será la apertura oficial como museo de la casa de la abuela materna en la que nació y vivió Adolfo Suárez, así como tres de sus hermanos durante los primeros años de su vida. Después se trasladaron a Ávila. Llegaron al mundo dos hijos más, conformando la unidad familiar del que se convertiría en jefe de Gobierno.

En enero de este año, con el apoyo del alcalde Pedro Muñoz, se constituyó el Centro Adolfo Suárez de Investigación de las Transiciones Democráticas, dependiendo de la UNED. Ese día se constituyó la junta rectora presidida por el rector Ricardo Mairal y fue el inicio de las diversas actividades universitarias que se realizarán en esta localidad de la Comunidad de Castilla y León.

Cuando Adolfo Suárez murió, hacía años que había dejado de percibir el presente para soñar en el pasado. Vivía en su casa de la urbanización La Florida atendido y cuidado. Hasta allí llegaban los amigos íntimos a darle un abrazo para que sintiera ese calor familiar. Lo demás ya no existía.

De esa última etapa es la foto que tomó su hijo Adolfo y donde se ve al jefe del Estado echando el brazo por encima del hombro del que había sido su valedor para acabar con cuarenta años de dictadura. La foto representaba también ese lazo de unión y de amistad que, una vez que Suárez dejó la política, se hizo más intenso.

Las visitas del Rey a este chalé se espaciaban en el tiempo y nunca se hicieron públicas. Esta vivienda de seiscientos metros cuadrados y con amplio jardín fue vendida por los herederos al cirujano plástico José Luis Martín del Yerro.

En Ávila, su casa pegada a la muralla es ahora un hotel cuyo mayor atractivo para los huéspedes es recordar la historia. El que fuera el despacho de Adolfo Suárez mantiene la esencia y los secretos donde se perfilaron muchos de los asuntos de Estado que formaron parte de la transición. En esa estancia se mantiene una librería corrediza que escondía una puerta secreta. En caso de tener que escapar, esta hubiera sido la salida de emergencia.

En este lugar, Adolfo Suárez y familia pasaban fines de semana que alternaban en verano con la casa grande de Mallorca. En ninguna de las dos se hicieron reportajes para las revistas de entretenimiento y sí en el palacio de la Moncloa, sede de la jefatura del Gobierno. El presidente se dio cuenta muy pronto de que la imagen de padre de familia unida vendía. Adolfo Suárez fue el primer político de la democracia que inauguró esta alternativa a las entrevistas de carácter institucional. El medio elegido para este cambio de imagen fue la revista '¡Hola!', y el momento de su aparición, las primeras elecciones en 1977.

Aconsejado por Aurelio Delgado, cuñado y secretario personal, aceptó la propuesta que su hombre de confianza le planteaba: “Hay que conseguir el voto femenino, y salir con Amparo y vuestros hijos en un ambiente íntimo puede darte muchos votos”. Efectivamente, esa imagen de los Suárez Illana posando por primera vez no fue determinante para que ganara las elecciones, pero sí tuvo mucho peso en el voto femenino. Después vinieron más reportajes. Unos con la prole en su lugar de veraneo, otros en Navidad, en la Moncloa.

No tuvo una vida fácil en el aspecto familiar. Una tragedia griega con la muerte de su hija mayor, a la que diagnosticaron un cáncer poco después de la muerte de su mujer, Amparo Illana, de la que se hizo novio un verano en Ávila.

El recuerdo de Adolfo Suárez está mucho más presente ahora con los homenajes que suponen sus dos museos.