Cinco posturas de yoga fáciles para principiantes

El ejercicio físico cuenta con grandes beneficios para el cuerpo y para la mente, por eso quienes deciden dar el paso y comenzar a moverse un poco más, suelen hacerlo pensando en todo lo bueno que les puede traer. Sentirse mejor y más ligeros, pero también evitar problemas a largo plazo, por ejemplo, reduciendo el riesgo de padecer algunas enfermedades.

Tan importante como empezar a entrenar es no dejarlo, encontrar ese deporte que nos inspire y nos guste tanto que practicar unas cuantas veces por semana sea un momento de desconexión, de dedicarnos unos minutos a nosotros mismos. Entre las muchas opciones que se abren ante nosotros está la de probar suerte con el yoga, una práctica en la que cuerpo y mente van de la mano.

Somos conscientes que es una disciplina que parece muy sencilla cuando vemos a los expertos pasar de una asana a la siguiente, pero que no lo es tanto cuando somos nosotros mismos los que tenemos que mantener la postura sobre el mat. La práctica hace al maestro, por eso es necesaria constancia y dedicación, también comenzar por el principio, como por estas posturas ideales para principiantes.

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Cinco asanas para principiantes

Gracias al yoga se puede mejorar la concentración y la flexibilidad, reducir la ansiedad y aumentar la calidad del sueño, porque nos ayuda a dormir mejor. También fortalece huesos y músculos y nos ayuda a quemar calorías. Con el yoga aprendemos a respirar de manera consciente y también a escuchar a nuestro cuerpo. Conviene empezar despacio e ir aumentando la dificultad conforme evolucionemos, por eso estas posturas son ideales al principio.

Una de las primeras posturas que se pueden practicar y que suele ser bastante accesible es la del niño o balasana, es sencilla y permite liberal la tensión de la espalda. Solo hay que ponerse de rodillas sobre la colchoneta, sentado sobre los talones y con el cuerpo inclinado hacia delante, hasta apoyar la frente en el suelo. Con los brazos a ambos lados del cuerpo, se mantiene la postura durante varias respiraciones.

La postura de la silla o Utkatasana es otra de las recomendadas para el nivel principiante, ayuda a mejorar el equilibrio y fortalece las piernas. De pie, con los pies juntos, se elevan los brazos extendidos sobre la cabeza con las palmas hacia dentro, mientras se flexionan las rodillas y se inclina el cuerpo hacia delante.

Otra de las que no puede faltar en una sesión de yoga para principiantes es la postura del gato vaca (que en realidad son dos asanas combinadas). Esta se realiza a cuatro patas, curvando la espalda y acercando la cabeza al pecho para, a continuación, mirar hacia delante, arqueando la espalda hacia el suelo. Es ideal para liberar tensiones de la espalda, tanto en la zona alta como en la baja, movilizando las vertebras.

En las torsiones interviene la flexibilidad, por lo que quienes sean más flexibles sentirán que esta media torsión sentada es más sencilla. Es ideal para liberar la columna y la cadera, es necesario colocarnos en la posición y mantenerla. Sentados con las piernas cruzadas, hay que pasar la pierna izquierda sobre la derecha, hasta que el pie quede junto a la rodilla por su parte exterior. Apoyamos el codo derecho en la rodilla izquierda sujetándolo e intentamos girar el torso hacia el lado izquierdo. Se pueden apoyar las manos en el suelo para conseguir estabilidad.

La última de las opciones es la postura del guerrero (I), que se alcanza al colocarse de pie y dar un gran paso al frente, inclinándose sobre esta y flexionándola en un ángulo de 90 grados mientras la pierna atrasada queda estirada. Los brazos se elevan ambos lados de la cabeza, extendidos hacia el techo, y el pie que queda atrasado se coloca mirando hacia un lado.

Posturas sencillas que nos invitan a seguir mejorando y probando para ver todo lo que esta disciplina puede ofrecer.