Cónclave de royals y políticos en la boda del gran duque Jorge Románov
Como nos habían avanzado, estaban invitados miembros de distintas casas reales, aristócratas y personalidades políticas
Estaban previstas 1.500 personas invitadas a la ceremonia religiosa en la catedral de San Isaac de San Petersburgo y unos 500 de ellos en el banquete nupcial celebrado en el Museo Etnográfico de San Petesburgo. Sin duda, la boda de Jorge Románov y Rebecca Bettarini ha sido el acontecimiento social del año en Rusia, un país que se ha entregado para esta boda que tiene, además de un enorme valor simbólico, un gran calado histórico.
Cuando el pasado mes de enero anunciaron su compromiso matrimonial, Jorge Románov y Rebecca Bettarini ya nos informaban que harían llegar a sus ilustres invitados las invitaciones por correo postal una vez fijaran la fecha, que estaba en función de la evolución de la pandemia, lo que requería una enorme logística, habida cuenta de que muchos de ellos eran pertenecientes a numerosas casas reales con las que están emparentados los padres del novio, la gran duquesa rusa y Francisco Guillermo de Prusia.
Y, además del parentesco, son importantes los lazos afectivos de la familia del novio con grandes personalidades de nuestro país, donde tantos años han estado viviendo. Según nos han desvelado fuentes cercanas a la pareja, "la pandemia y la edad de algunos de los invitados han tenido mucho que ver en la asistencia o las cancelaciones. Algunos, por su avanzada edad, lo estuvieron pensando hasta el último momento, y finalmente no han acudido. Otros, por el contrario, sí han dado el paso porque no querían faltar en este día tan importante para la familia".
Volviendo a la entrevista que nos concedieron los novios el pasado mes de enero, ellos mismos nos confirmaban que los reyes Juan Carlos y Sofía estaban invitados (fueron sus padrinos de bautismo). Y la presencia de ambos, sin duda, hubiera sido un enorme scoop informativo, no en vano el rey Juan Carlos está apartado de la vida pública desde hace algo más de un año, en lo que podríamos denominar como un exilio temporal en Abu Dabi. También estaban en la lista de invitados que ya había trascendido Dom Duarte, duque de Braganza, pretendiente al trono de Portugal, y la princesa Léa de Bélgica, con quien Rebecca Bettarini tiene una buena relación de amistad (fue ella quien le presentó a Michael Lewis-Anderson, artífice del pastel de boda, realizado en colaboración con Fabergé).
Sea como fuere, las autoridades rusas han hecho un enorme esfuerzo logístico para que el enlace se celebre en condiciones óptimas, pues es un fantástico escaparate hacia el mundo que devuelve el esplendor a San Petersburgo, una ciudad con enorme tradición, cultural e histórica, epítome del refinamiento ruso.
Según nos dicen fuentes cercanas a la pareja, "toda la familia ha estado muy involucrada en la organización y el enlace suponía además un reencuentro con personas queridas que no veían hacía mucho tiempo", y también nos subrayan que "la espectacularidad vista en estos días obedece a un intenso trabajo muy bien coordinado".
Como decimos, la familia imperial rusa y Federico Guillermo de Rusia mantienen excelentes relaciones con distintas casas reales, algunas reinantes, como es el caso de la inglesa (sus raíces familiares entroncan con la reina Victoria) y otras como la egipcia o la búlgara, de ahí que estuvieran invitados Simeón de Bulgaria y su mujer, Margarita Gómez-Acebo, aspirantes a hacerlo algún día si se dieran las circunstancias para ello.
"En algunos casos, ciertos royals no asistirían, pero en su lugar han enviado personas en su representación", nos desvelan.
La boda de Jorge Románov y Rebecca Bettarini, que se casaron por lo civil el pasado 24 de septiembre en el ayuntamiento de San Petersburgo, ha sido tal cual la habían soñado. De momento no ha trascendido el lugar de su luna de miel, ya que al retrasarse la fecha de su boda por la pandemia tuvieron que desestimar su plan inicial de recorrer algunas zonas de Rusia, pero el clima no es el más adecuado para un viaje de estas características en estos momentos.
Estaban previstas 1.500 personas invitadas a la ceremonia religiosa en la catedral de San Isaac de San Petersburgo y unos 500 de ellos en el banquete nupcial celebrado en el Museo Etnográfico de San Petesburgo. Sin duda, la boda de Jorge Románov y Rebecca Bettarini ha sido el acontecimiento social del año en Rusia, un país que se ha entregado para esta boda que tiene, además de un enorme valor simbólico, un gran calado histórico.