El beso de la reina Sofía a Leonor y otros 7 gossip de los Princesa de Asturias

Cuánta emoción vivida este viernes en Oviedo, con el regreso a casa de la princesa Leonor, con la vuelta de los Premios Princesa de Asturias al teatro Campoamor y con la imagen de la familia real unida de nuevo después de varias semanas. La nueva edición de estos galardones nos dejaba un montón de detalles, como el efusivo beso de la reina Sofía a su nieta, la presencia de Paloma Rocasolano otra vez en la ceremonia y la felicidad de los premiados, algunos tan emocionados que no han podido evitar saltarse un poco los protocolos para mostrar su alegría.

Una estrella llamada Paloma Rocasolano

La madre de la reina Letizia es una habitual de la alfombra azul del Campoamor, pero en esta ocasión su llegada fue un poco distinta. Lejos de llegar por donde lo hacían todos los invitados, la suegra de Felipe VI lo hacía por uno de los laterales del teatro. Vestida con un dos piezas de Felipe Varela formado por falda negra bordada y blazer blanca, Paloma Rocasolano llegaba andando sobre unos taconazos cuando un grupo del público que se había acercado hasta allí para vivir el acto en primera persona la llamó al grito de "guapa" y la aplaudió.

Ella, muy simpática, se acercó a las mujeres y estuvo conversando con ellas durante unos minutos para después hacerse una foto. Habiendo complacido a sus 'fans', puso rumbo a la alfombra azul, por la que pasó muy discretamente sin llamar la atención de los fotógrafos. Una vez dentro, ocupó su asiento en una butaca de pasillo, desde donde vio la ceremonia. A la salida de la familia real, la Reina cogió de la mano a su madre mientras que Leonor y Sofía dedicaron a su abuela materna grandes sonrisas.

Una gran ayuda

Ya en el concierto del jueves vimos que la infanta Sofía y la princesa Leonor se cogían del brazo para subir las escaleras, una escena que volvió a repetirse este viernes en el Campoamor, tanto a la llegada como a la salida. Aunque en un primer momento se pensó que era un gesto de cariño entre las dos hermanas, que desde septiembre están separadas, lo cierto es que parece que es más una ayuda por parte de la infanta Sofía a la Princesa de Asturias, quien ya luce tacones y todavía no se la ve demasiada cómoda con ellos. A la heredera le falta todavía práctica, y cuando se enfrenta a unos escalones recurre al brazo de su hermana menor para no tener ningún traspiés.

Un homenaje a mamá

Las dos hermanas volvieron a demostrar lo distinto que es su estilo y mientras la princesa Leonor apostó por un minivestido de cuadros de Bgo & Me con lazada negra en la espalda y tacones negros, Sofía se decantó por un look de estilo bailarina con el que homenajeó por partida doble a su madre. Primero con el top, una camiseta negra con pedrería de Felipe Varela que había pertenecido a la reina Letizia y que le vimos en la cena de Estado con el presidente de Chile en 2011. El segundo guiño a la reina Letizia está en la falda, un diseño de tul rosa de la firma Psophía, en la que hace unos meses confió la propia Reina para su asistencia a una reunión con el Patronato de la Residencia de Estudiantes.

Las joyas de la familia

Un año más, veíamos un buen despliegue de joyas en la alfombra azul, muy bien lucidas por las mujeres de la familia real. Llamaban especialmente la atención las de la reina Letizia, tomadas prestadas del lote de joyas de pasar. Por un lado, hemos visto las pulseras gemelas de Cartier, como siempre las dos en la misma muñeca. Y por si no fuera esplendor suficiente, escogía los pendientes de chatones, que destacaban mucho al llevar el cabello recogido.

Y quizá no tiene el mismo valor histórico y económico -es difícil-, pero la infanta Sofía también llamó la atención por una pulsera que lució en la ceremonia de los premios, de plata con eslabones alargados y piedras en color negro. Su hermana mayor optaba por unos discretos aros de oro, mientras la reina Sofía dejaba en la maleta la mezcla de collares de todos los colores y materiales que suele llevar siempre para dar paso a un collar de perlas grises, su pieza fetiche para los actos más esplendorosos de su agenda.

La emoción de los premiados

Es difícil que uno no se emocione en esta gala, ya sea desde el teatro Campoamor o incluso viéndolo por televisión. Durante la ceremonia, hubo momentos de esos que provocan que se erice la piel por la intensidad, como el discurso de Teresa Perales o la ovación cerrada que recibieron los siete científicos que han contribuido al desarrollo de las vacunas contra el coronavirus que hoy día se están administrando en todo el mundo, también galardonados. Pero si alguien vivió la cita con gran emoción, fue el cocinero José Andrés, quien no pudo evitar ponerse a bailar y aplaudir al escuchar mientras bajaba del escenario el himno asturiano, que siempre da por finalizada la ceremonia.

Orgullo de padres

Uno de los momentos clave en cada ceremonia de los Premios Princesa de Asturias es el discurso de Leonor, que se convierte en la gran protagonista de la cita. Sus palabras fueron en dos idiomas, ya que utilizó el inglés para dirigirse a los galardonados. Pero nos quedamos con dos detalles de este momento. Por un lado, la mirada de orgullo que tenía la reina Letizia cuando, muy atenta, escuchaba el inicio del discurso de su hija. Por otro, el gesto que se repite cada año desde que la heredera debutara en esta cita: la felicitación del rey Felipe cuando la Princesa volvía a su sitio, cogiéndole cariñosamente la mano.

El besazo de la abuela

Tras terminar la ceremonia, la familia real estuvo departiendo con las autoridades, entre ellas Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno, y Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados, en el hall del Campoamor a la espera de que la reina Sofía abandonara el palco para salir los cinco juntos. Nada más bajar por las escaleras, la emérita se acercó a su nieta Leonor y le dio un fuerte beso y un abrazo, felicitándola por el discurso que había pronunciado unos minutos antes.

Una escena de cariño que ya se vio el viernes por la mañana, cuando doña Sofía llegó al hotel Reconquista y se reunió con sus nietas, quienes la abrazaron y la besaron. A pesar de que la madre de Felipe VI tiene un compromiso familiar este sábado por la tarde en Atenas, la boda de su sobrino Philippos de Grecia con Nina Flohr, no quiso perderse la ceremonia y, como cada año, estuvo disfrutando de ella desde el palco de honor.

El gesto feminista de Letizia

A la salida del teatro Campoamor, la familia real se encontró con una invitada inesperada, la lluvia. Ese 'orbayu', como se dice en Asturias, obligó al personal de don Felipe y doña Letizia a entregarles paraguas negros para que salvaran la distancia hasta el coche. Vimos en ese momento un gesto muy significativo de la Reina. En lugar de dejar que llevara el paraguas don Felipe, algo que quizá hubiera sido más lógico por la altura de uno y otro, quiso portarlo ella para así dejar que el monarca respondiera a los saludos del público, que esperaba paciente su salida de la ceremonia.