El último giro de guion en el escándalo del príncipe Andrés: el papel de Meghan Markle
El abogado de Virginia Roberts Giuffre, su supuesta víctima de abuso sexual, quiere llamar a declarar a la duquesa de Sussex como testigo
Parece que Meghan Markle aún no puede tachar de su agenda próximas citas con la justicia. Hace unas semanas, el juez desestimaba el recurso de apelación que había presentado la editorial Associated Newspaper Limited, dándole una nueva victoria judicial y evitando, al menos de momento, la posibilidad de que tuviera que ir a declarar de forma presencial. Pero es posible que tenga que pisar de todas formas los tribunales, aunque por un proceso completamente diferente y que atañe a uno de sus familiares políticos: este es el nuevo giro de guion en el escándalo que rodea al príncipe Andrés y el papel que tendría Meghan.
Hablamos de la demanda contra el príncipe Andrés que el pasado verano presentó Virginia Roberts Giuffre, una de las supuestas víctimas de la trama de tráfico sexual de menores del magnate estadounidense Jeffrey Epstein, amigo del duque de York. La mujer lleva asegurando mucho tiempo que Andrés la agredió sexualmente cuando era menor de edad, lo que se materializaba el pasado agosto en una demanda, amparándose en la Ley de Víctimas Infantiles de Nueva York. Mientras, el hijo de Isabel II ha negado categóricamente cualquier tiempo de relación con ella.
Pero ante las afirmaciones de uno y las negaciones de otro, serán los jueces los que decidan. El próximo 4 de enero, el juez de distrito Lewis Kaplan escuchará a ambas partes para poder desestimar la demanda o continuar con el proceso judicial. Y en esta primera vista, cada uno de los equipos legales puede aportar hasta 12 testigos para apoyar sus argumentos. Y aquí es donde entra en juego Meghan Markle. Aunque se había considerado en un principio a Sarah Ferguson, ex de Andrés, para que fuera interrogada por la acusación, parece que se ha desestimado por el hecho de vivir en Reino Unido.
Así que David Boies, el abogado de Virginia Giuffre, ha asegurado que la duquesa de Sussex podría convertirse en la candidata ideal para aportar su testimonio. Primero, porque es ciudadana estadounidense y vive allí, por lo que está sometida a las leyes del país. Segundo, y en palabras del propio letrado, se trata de "una estrecha colaboradora del príncipe Andrés y, por lo tanto, está en condiciones de haber visto lo que él hizo". Y tercero, y también en sus propias palabras, "debido a su asociación pasada con él, es muy posible que tenga conocimientos importantes".
Es decir, que para el abogado de Virginia Giuffre, Meghan Markle cumple perfectamente con los requisitos que se piden a cualquier testigo de este proceso. Pero en algunos medios británicos se ha apuntado la posibilidad de que esto puede responder más a una estrategia mediática que legal. Y es que a nadie le pasa desapercibido que la relación de los duques de Sussex con los Windsor no es, precisamente, la más estrecha, y eso incluye al príncipe Andrés. Durante los dos años en los que formaron parte de la Casa Real como pareja, apenas han coincidido con el duque de York, y mucho nos tememos que sus encuentros privados tampoco han sido frecuentes, en el caso de que los haya habido.
Así que las teorías apuntan a una misma dirección: los abogados de la supuesta víctima del príncipe Andrés quieren hacer todo el ruido mediático posible, puesto que tampoco nadie tiene muy claro qué es lo que Meghan Markle podría aportar y cuáles son esos "conocimientos importantes" que podría tener de las andanzas de tu tío político. Lo que sí está claro es que, si realmente fuera llamada a declarar, medios de todo el mundo se harían eco de la cita, lo que vendría muy bien a la supuesta víctima y mal al duque de York, cuya reputación está ya más que dañada.
Incluso aunque la demanda interpuesta por Virginia Giuffre fuera desestimada, su vinculación con el empresario Jeffrey Epstein, que está constatada y de la que hay numerosas pruebas gráficas, ya ha traído al príncipe Andrés varias consecuencias negativas. De momento, tuvo que renunciar a sus obligaciones dentro de la Casa Real en noviembre de 2019, tras dar una entrevista en televisión para intentar limpiar su imagen que tuvo justamente el resultado contrario. Desde entonces, sus apariciones en público han sido por motivos estrictamente familiares e incluso las fotografías oficiales de la boda de su hija Beatriz se pensaron para que él no saliera en ninguna de ellas.
Si por el contrario el juez Kaplan no admitiera la moción presentada por el príncipe Andrés para desestimar la demanda y el caso siguiera adelante, estaríamos hablando de un miembro de la familia real sentado en el banquillo, acusado de agresión sexual, algo realmente escandaloso y dañino para la Corona británica, con o sin la ayuda de Meghan Markle.
Parece que Meghan Markle aún no puede tachar de su agenda próximas citas con la justicia. Hace unas semanas, el juez desestimaba el recurso de apelación que había presentado la editorial Associated Newspaper Limited, dándole una nueva victoria judicial y evitando, al menos de momento, la posibilidad de que tuviera que ir a declarar de forma presencial. Pero es posible que tenga que pisar de todas formas los tribunales, aunque por un proceso completamente diferente y que atañe a uno de sus familiares políticos: este es el nuevo giro de guion en el escándalo que rodea al príncipe Andrés y el papel que tendría Meghan.
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